Madrid, 9 de febrero de 2015.- El economista de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), Andrés Mideros, es especialista en economía del desarrollo y tiene claro que "el principal problema de América Latina es la desigualdad", sin embargo, no se trata sólo de "lograr que muchas personas alcancen un estrato de ingresos mayor", sino también que "las nuevas generaciones nazcan en mejores condiciones".
Mideros investiga habitualmente sobre protección social, pobreza y desigualdad, desarrollo socio-económico y economía política, además forma parte del Instituto de Innovación y Tecnología de las NNNUU en Maastricht (UNU-Merit), y ha explicado que el problema de la región "no es la falta de recursos o de riqueza".
En lo que se refiere a los 200 millones de personas que han salido de la pobreza, pero se encuentran en "un limbo social de vulnerabilidad", según ha revelado el último informe del Programa de NNUU para el desarrollo (PNUD), Mideros ha considerado que "se requiere una mayor desagregación que permita saber el origen de quienes componen el grupo de población vulnerable".
En declaraciones a Notimérica.com, Mideros ha revelado que "seis de cada diez personas que se encuentran en este grupo [situación de vulnerabilidad] está mejor que antes", ya que un 59 por ciento de esos 200 millones eran pobres, según un estudio de movilidad económica del Banco Mundial (BM).
"Eso es bueno, pero quizá insuficiente, ya que cuatro de cada diez se encuentran en la misma situación, eso no es lo deseado ya que están en vulnerabilidad", en referencia al informe del BM, que también reveló que un 40 por ciento de los que se encontraban en situación de vulnerabilidad en el año del estudio (2010) lo estaban ya con anterioridad (en 1995).
"Se debe diferenciar si la preocupación es evitar que este grupo caiga al estrato de pobreza, o lograr que suba al de clase media", que para Mideros, "se deben pensar las dos cosas de manera integral". Entonces, llegan los retos: Políticas de protección social frente al riesgo de pobreza y políticas de promoción social para la inclusión y movilidad económica ascendente.
Lograr la promoción económica
Para el investigador, en el caso de la promoción e inclusión económica, "el gran reto es el subempleo y la informalidad, que en la región supera el 50 por ciento de la población económicamente activa, y que es el caso de los grupos considerados pobres y vulnerables".
Las capacidades que requiere este colectivo son, básicamente, "educación y capacitación", así como "salud física y emocional", "inclusión financiera" y "acceso a tecnología y otros medios de producción", lo que es especialmente importante en zonas rurales, "donde se concentra gran parte de la pobreza y la vulnerabilidad en la región".
Además, se debe dar prioridad a "grupos en los que las vulnerabilidades son más fuertes", como es "el caso de mujeres, jóvenes y poblaciones afrodescendientes e indígenas", ya que estas condiciones de discriminación y exclusión multiplican el nivel de vulnerabilidad.
Mideros alerta de que "si la atención se centra en la superación de la pobreza y no se cuenta con estadísticas ni políticas enfocadas a sostener los procesos de movilidad social", se puede caer en una "espiral de superación-retorno a la pobreza". Por eso, para el experto lo que hay que lograr es "la superación de la pobreza junto con la lucha contra la desigualdad".
Aprovechar el crecimiento
El crecimiento económico que se da desde inicios de este siglo viene de la mano de procesos de inclusión económica y social, lo que ha permitido "importantes avances", ha explicado Mideros, sin embargo, "la economía regional se desaceleró desde el 2011".
Dado el nivel de informalidad que caracteriza a la región y la ausencia de un régimen de bienestar consolidado, para "construir y ampliar los sistemas de protección social es necesario lograr que el crecimiento económico fomente empleo formal mediante procesos de promoción e inclusión".
Para eso, es necesario "mejorar la regulación laboral a fin de garantizar la afiliación a la seguridad social y salarios dignos"; pero además, "construir nuevos pactos sociales y fiscales que permitan mejorar en cobertura y calidad los servicios públicos de salud y educación", así como de "saneamiento básico" y "complementar con sistemas no-contributivos".
En lo que se refiere al futuro de la región, "la inversión tanto pública como privada determinará el ritmo de crecimiento en cada país", que a nivel regional "estará alrededor del 2 por ciento", ha explicado Mideros, que ha considerado la inversión privada como la que "marque la diferencia entre países".
"Hay algunos procesos en marcha que empezarán a dar resultados en el mediano plazo", a los que se debe añadir "la integración regional en términos comerciales" o "diversificar mercados hacia Asia", así como "la construcción de un sistema financiero regional propio".
Lo que se ha logrado "en tiempos de crecimiento económico, se debe sostener ahora", ya que "si se logra, se tendrá una nueva expansión en poco tiempo", ha concluido el especialista. Lo que está en juego es la calidad de vida de las generaciones venideras, ya que como diría Robert Kennedy "el futuro no es un regalo, es una conquista".