Amplía la investigación que la demanda de petróleo retrocedió un 8,6 por ciento, la cota máxima de su historia, lo cual representa más de la mitad de las emisiones mundiales.
Igualmente, se afectaron los pedidos de crudo en el orbe por la disminución del 50 por ciento del transporte por carretera, mientras que el sector de la aviación se contrajo un 45 por ciento como consecuencia de los límites de movimiento, resalta la AIE.
Sin embargo, las tecnologías y los combustibles bajos en carbono como la energía solar y la eólica, alcanzaron su participación anual más alta, por encima del 20 por ciento, apunta la agencia.