Uruguay y Brasil impulsan nueva hidrovía en medio de riesgos ambientales
31 de mayo de 2024
Fuente:
dialogue.earth
El norte de Uruguay y el sur de Brasil comparten una de las mayores fuentes de agua dulce del mundo: la cuenca formada por la Laguna de los Patos, en Brasil, y la Laguna Merín, que cruza sus fronteras. Es aquí donde los gobiernos de ambos países planean construir una hidrovía de 800 kilómetros para facilitar y aumentar las exportaciones de soja, madera y arroz, creando una ruta alternativa hacia el norte que evitaría el tránsito más lento por los puertos tradicionales del sur de Uruguay.
Con un dragado previsto de nueve metros, la vía navegable, aún sin nombre, permitirá el paso de embarcaciones de mayor tamaño y la construcción de un puerto a lo largo de su trazado, en el río Tacuarí (Uruguay). El proyecto, planteado desde los años sesenta, atravesará un ecosistema lacustre de 143.000 kilómetros cuadrados, en un territorio habitado por unos 4,5 millones de personas en ambos países.
Para los gobiernos de Uruguay y Brasil, así como para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), el proyecto se ha planteado para reducir los costos del transporte marítimo y aportar desarrollo económico local. Sin embargo, las comunidades que viven cerca de las orillas uruguayas de la Laguna Merín temen posibles impactos ambientales y sociales en una zona que describen como ya afectada por la contaminación.
La Laguna Merín, ya vulnerable
La cuenca de la Laguna Merín abarca algo más de 62.000 km2, de los cuales 33.000 km2 están situados en Uruguay. Es una de las mayores reservas de agua dulce del mundo, aunque, irónicamente, su nombre original “Mi-Ri”, que procede de la lengua indígena tupí-guaraní, significa “pequeño”.
Cuatro ríos y varios arroyos desembocan en la laguna, cuya cuenca se extiende por tres departamentos uruguayos y se adentra en el estado brasileño de Rio Grande do Sul.
La mayor parte del agua de la laguna, el 98%, es accesible para su uso en actividades productivas, principalmente para inundar los cultivos de arroz que crecen en las cercanías. Sin embargo, cuando dichos cultivos han madurado tres meses después, la misma agua vuelve a la laguna mezclada con fertilizantes e insecticidas.
El cultivo de arroz en estas tierras, que ha tenido lugar en lo que originalmente eran humedales, se considera el principal contaminante del agua de la Laguna Merín: los controles realizados en la cuenca entre 2014 y 2021 hallaron más de 80 contaminantes químicos presentes en sus aguas.
La posible expansión de los cultivos de arroz y, en menor medida, de soja debido al proyecto de la vía navegable, preocupa a los habitantes de los alrededores de la cuenca, que dependen de la laguna para su subsistencia.
“Donde antes había peces y pájaros, ahora hay arroz”, dice el pescador Rafael Carnales. “Es el llamado progreso y no podemos luchar contra él. Y ahora tendremos la vía fluvial en el mismo lugar donde hoy estaba pescando”.
El trabajo académico “Problemáticas socioambientales en el territorio hidrosocial de la Laguna Merín: aportes desde la interdisciplina”, elaborado por investigadoras e investigadores del Centro Universitario Regional del Este (CURE) de la Universidad de la República (Udelar) y publicado en 2022, señala cómo los productos químicos aplicados en los cultivos de arroz “se integran en el ciclo hidrosocial”. Esto produce “diferentes efectos secundarios en la red alimentaria, la biodiversidad, el estado trófico y la vida de los organismos, incluidos los efectos directos e indirectos sobre las personas”; el informe señala la preocupación por la salud de los pequeños agricultores que viven y trabajan en las proximidades de la producción industrial de arroz, así como el temor por la contaminación y su capacidad para permanecer en sus localidades a largo plazo.
Los grandes productores de arroz no están de acuerdo con las conclusiones del informe. “No estamos generando ningún impacto negativo sobre el medioambiente en la cuenca de la Laguna Merín”, afirma Alfredo Lago, presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz de Uruguay (ACA). Afirma que la investigación de CURE y Udelar toma datos que ignoran la propia historia de la laguna. “La laguna es mucho más grande que la zona arrocera. El arroz en la cuenca no llega a 80.000 hectáreas, por lo que nos parece que el impacto de la actividad arrocera no puede tener la escala que el informe le quiere dar”, declara.
Marcos Míguez, miembro de la asamblea de Hue Mirí, decidió trasladarse a la Laguna Merín en 2021 por considerarlo un lugar ideal para criar a su familia. Compraron un terreno que antes era un vertedero, lo limpiaron y construyeron su casa. Sin embargo, desde el año pasado, empezaron a ver pasar cada día aviones y drones utilizados para fumigar los cultivos, en vuelos que, según él, asustan a sus vacas. A los pocos días de iniciarse las fumigaciones, dice que empezaron a aparecer pájaros muertos en los jardines y patios del pueblo.
A principios de este año, Hue Mirí remitió una carta al presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, y a la Dirección Nacional de Aguas (Dinagua) expresando su preocupación por el proyecto de vía navegable, y solicitando que el gobierno garantice la participación ciudadana reuniéndose con la población local antes de seguir adelante. Hasta la fecha no se ha recibido respuesta.
Sin embargo, a pesar de la clara postura de la asamblea sobre la vía navegable, Míguez afirma que el grupo no quiere imponer sus puntos de vista a la población local: “Queremos que la gente esté informada y decida si el proyecto es bueno o malo para ellos. Hemos celebrado charlas con 60 personas en el salón comunitario, charlas informativas abiertas a todo el mundo, les guste o no el proyecto”. Informó que muchos residentes expresaron su preocupación por la hidrovía.
Interés del gobierno
Aunque fue concebido a principios de la década de 1960, el proyecto de la hidrovía cobró impulso especialmente durante las conversaciones mantenidas en 2021 entre el actual presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, y el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Al asumir el cargo, su sucesor Luiz Inácio Lula da Silva también ha mostrado interés en el proyecto, oficializando sus intenciones en septiembre de 2023 en la ciudad uruguaya de Rivera.
Ese día también se inauguró el primer aeropuerto binacional, se anunció la restauración del puente que une las ciudades de Río Branco y Jaguarao, así como el dragado del canal de Sao Gonçalo, que une la Laguna Merín con la Laguna de los Patos, al sur de Porto Alegre. Uruguay, por su parte, informó que se construiría un puerto a lo largo de la ruta, en el río Tacuarí.
El pasado mes de diciembre, el gobierno brasileño convocó una licitación para el dragado de la Laguna Merín, buscando una empresa que realizara también el levantamiento hidrográfico, así como las obras de señalización, por un total de 10 millones de dólares.
Sin embargo, estos procesos de licitación han sufrido varios retrasos en ambos países.
Eduardo Morrone es ex alcalde de Santa Vitoria do Palmar, el municipio brasileño que comparte la mayor frontera con la Laguna Merín. Considera que el proyecto de hidrovía es una buena forma de conectar el municipio con el resto de Brasil, así como de aprovechar los servicios sanitarios y educativos de Uruguay. Sin embargo, cree que su destino estará ligado a si puede cumplir la normativa medioambiental.
Por parte brasileña, se han detectado niveles nocivos de fósforo y bacterias E. coli en las aguas de la Laguna Merín. A pesar de ello, el gobierno municipal aprobó el pasado carnaval su idoneidad para el baño basándose en los últimos análisis, realizados por la agencia medioambiental del estado de Rio Grande do Sul, FEPAM, aunque afirma que la aprobación puede anularse en función de los controles en curso.
Dado que la vía navegable y las instalaciones asociadas se encuentran aún en fase de licitación, los estudios de impacto están aún lejos, pero Morrone afirma que “todo el proyecto” requerirá una licencia medioambiental antes de que pueda empezar a construirse. También pedirá que se tengan en cuenta las actividades de los pescadores artesanales locales.
Potencial de exportación y desarrollo
El subsecretario de Transporte de Uruguay, Juan José Olaizola, reconoce el potencial de nuevos proyectos turísticos, ganaderos y agrícolas vinculados a la iniciativa de la hidrovía.
Señala que empresas vinculadas a la zona han manifestado interés en el proyecto, dados sus potenciales beneficios en cuanto a costos y tiempos de flete. “También tenemos algunas tierras aptas para el cultivo de soja en el noreste de Uruguay, que hoy, por los costos logísticos, no pueden ofrecer un precio razonable para esa producción y que, si tuviéramos la hidrovía, podrían habilitarse o incorporarse a la producción agrícola a un costo más barato”, dijo el funcionario.
En 2023, la CEPAL calificó el proyecto de “estratégico” y argumentó que mejoraría la integración del Cono Sur, reduciendo los costos del transporte marítimo así como las emisiones de CO2 en comparación con el transporte por carretera. También describió el área cubierta por la hidrovía como “subexplotada” y “escasamente poblada” y señaló que podría ayudar a fomentar la expansión de las áreas productivas hasta en un 270% para 2030.
Un objetivo clave de la hidrovía es conectar Brasil con las regiones productivas de Uruguay. En 2023, el principal destino de las exportaciones de Uruguay era China, con un 22% del total, seguido de cerca por Brasil, con un 19%, y la Unión Europea, con un 16% del total. Los principales productos exportados el año pasado fueron carne vacuna, madera, productos lácteos, concentrados de bebidas y arroz.
Olaizola afirma que el gobierno uruguayo no piensa en el proyecto “en términos de competencia entre los puertos internos [de Uruguay]”, sino que buscan “mejorar los costos de producción”.
Y añade: “Creemos que, en la medida en que preste mejores servicios, proponga nuevos servicios y sea competitivo, este [proyecto] es bueno para Uruguay y bueno para la región.”
Carla Kruk, investigadora de la Udelar y una de las autoras del informe sobre la contaminación de la Laguna Merín, afirma que, aunque los ríos que desembocan y conforman la cuenca ya han sido muy modificados por la producción de arroz y soja, todavía hay zonas donde la flora y la fauna son prósperas. “En la cuenca hay humedales ricos en biodiversidad que hay que proteger”, afirma.
Sin embargo, Kruk afirma que el gobierno seguirá inclinándose por la producción en detrimento de la conservación y la opinión de la comunidad, “con la justificación de que la vida es mejor si aumenta y se intensifica la producción”, un argumento que, en su opinión, “estudios como el suyo demuestran fácilmente que no es así”.
Brasil ha abierto licitaciones para obras relacionadas con la hidrovía, para el dragado de un nuevo canal y el puente de Yaguarón que unirá los dos países, y podría concluir su adjudicación en breve, aunque toda la actividad en torno a las cuencas de las lagunas de Merín y Patos está actualmente en suspenso debido a las graves inundaciones que han devastado recientemente el estado de Rio Grande do Sul.