La CEPAL y el FIDA proponen redefinir el concepto de ruralidad para mejorar las políticas públicas e impulsar la agenda de desarrollo socioeconómico
17 de enero de 2024
Fuente:
CEPAL
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) proponen una nueva aproximación al concepto de ruralidad en México y América Latina con el objetivo de focalizar la acción pública para reducir las desigualdades y avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La nueva ruralidad plantea que es necesario superar la visión tradicional que contrapone las zonas rurales y las urbanas, reconociendo la existencia de distintos grados de ruralidad en los territorios y de una mayor interacción entre ellos.
En un panel de expertos reunidos en la Sede Subregional de la CEPAL en México, se presentaron las nuevas metodologías y herramientas de medición de la ruralidad contenidas en el libro “Nuevas narrativas para una transformación rural en América Latina y el Caribe”, elaborado por la CEPAL y financiado por el FIDA.
El Secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), Víctor Villalobos, agradeció a la CEPAL y al FIDA haber tomado la iniciativa para crear las metodologías para entender la ruralidad actual y los esfuerzos que han hecho con las autoridades mexicanas para sensibilizarlas sobre la necesidad de cambiar la metodología que por más de 30 años se han utilizado en México.
El Vicepresidente Adjunto del Departamento de Administración de Programas del FIDA, Donal Brown, destacó los resultados del trabajo conjunto efectuado por FIDA y CEPAL. “La nueva aproximación de la ruralidad debe reflejar el carácter diverso y dinámico de los espacios rurales, que están en continua transformación e interacción con otras áreas. Además, sienta las bases para mejorar las condiciones de vida de la población rural”, apuntó en el evento.
El Director del Proyecto y Jefe de la Unidad de Desarrollo Económico de la Sede Subregional de la CEPAL en México, Ramón Padilla, resaltó el fuerte componente participativo y de construcción de capacidades. Cada etapa de la iniciativa promovió el diálogo y la participación de funcionarios públicos y representantes de la academia, con miras a asegurar su relevancia y pertinencia, así como la adopción de los resultados, el fortalecimiento de capacidades locales y la sostenibilidad en el largo plazo.
Por su parte, la Directora Regional de la División de América Latina y el Caribe del FIDA, Rossana Polastri, se refirió a la importancia de comprender a fondo las narrativas y procesos que conforman lo rural para mejorar la eficacia de las políticas y del gasto público.
“El proyecto busca reemplazar la narrativa dominante -reduccionista y marginadora- de las áreas rurales como estáticas y atrasadas, por otra que reconozca los desafíos y oportunidades de la nueva ruralidad”, dijo Polastri.
El estudio analiza las limitaciones de las mediciones actuales de la ruralidad en América Latina, que hacen en su mayoría una lectura dual, es decir, sólo consideran dos tipos de territorios: urbano o rural. Este enfoque tiende a subestimar la importancia del mundo rural y no reconoce la existencia de una gran diversidad de espacios intermedios, ni las transformaciones demográficas, económicas y medioambientales experimentadas en las últimas décadas en las zonas rurales. En México, cuyo caso fue analizado en el evento, se definen como rurales las localidades con menos de 2,500 habitantes, mientras que aquellas con una población superior a 2,500 se consideran urbanas.
Para México se proponen nuevos indicadores que podrían ser utilizados con la información oficial existente, y que incorporan distintas variables para caracterizar lo rural, entre ellas, la distancia a centros urbanos, el acceso a bienes y servicios, los tipos de ocupaciones predominantes y el uso del suelo.
Las metodologías propuestas permiten superar la visión que contrapone lo rural y lo urbano y ayudarán a mejorar el enfoque de la acción pública hacia zonas prioritarias, ya que, dentro de los territorios rurales, se pueden identificar los que presentan un mayor nivel de necesidad. Por lo tanto, una redefinición que reconozca la heterogeneidad y riqueza de los espacios rurales abre oportunidades para el diseño de políticas públicas de desarrollo rural que aceleren el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El proyecto CEPAL-FIDA apuesta por ver lo rural como una vía de desarrollo innovadora para los territorios, dejando atrás la idea de que la urbanización y la industrialización son los únicos caminos para alcanzar el desarrollo.
Con la creciente necesidad de afrontar el impacto causado por el cambio climático, las áreas rurales, más ricas en recursos naturales, están mejor dotadas para ser una parte fundamental de la solución a la crisis climática y, en consecuencia, deben ser puestas en el centro de atención de las políticas.
Participaron en el panel que analizó el estudio los funcionarios mexicanos Paloma Merodio, Vicepresidenta del INEGI; Rodrigo Jiménez, Coordinador de Planeación y Desarrollo del Consejo Nacional de Población; y el especialista en Desarrollo Rural, Julio Berdegué.