XXVIII Cumbre Iberoamericana apuesta por una digitalización centrada en las personas
20 de marzo de 2023
Fuente:
EFE
La XXVIII Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Santo Domingo esta semana sellará un compromiso para que la región se convierta en una de las primeras del mundo en contar con una Carta de Principios y Derechos Digitales que establezca estándares comunes para proteger a las personas en el entorno virtual y regular tecnologías emergentes.
Este es uno de los principales ejes de la reunión, que tiene a la Carta de Digitalización europea y española como modelos y que, en palabras del secretario general iberoamericano, el chileno Andrés Allamand, será "un referente para los países latinoamericanos" y creará "un precedente en el que 22 países trabajen consensuadamente en este asunto".
"El mero hecho de aprobarla en alto nivel en cumbre expresa un compromiso de los estados en orden a lanzar un mensaje de que en los entornos digitales los derechos fundamentales tienen que ser preservados", dice a EFE José Luis Piñar, miembro de la Fundación Hermes, dedicada a identificar, difundir y defender los derechos de los ciudadanos en el entorno digital.
Para Piñar, la Carta Iberoamericana de Principios y Derechos Digitales es "muy importante", porque "pone sobre la mesa y visualiza ese compromiso (de la región) con los derechos digitales".
"Cartas internacionales no hay, sería la primera, existe la española, la peruana, la portuguesa, y hay una declaración de principios y derechos de la UE (Unión Europea), pero no hay una carta de acuerdo de 22 países. Es un hito, es una cosa vanguardista, es la primera vez que tanto países se ponen de acuerdo para potenciar los derechos digitales", señala.
La digitalización ha estado constantemente presente en los debates de la Conferencia Iberoamericana, pero el interés se intensificó con el desafío que planteó la pandemia de la covid-19. Ya en 2021, la Declaración de la Cumbre de Andorra advertía de la importancia de “alcanzar una sociedad digital inclusiva, regulada, segura y transparente para un desarrollo sostenible que permita eliminar las brechas digitales entre los países y dentro de ellos”.
"No somos nada conscientes de estos derechos, podemos ser vigilados, observados, pueden saberlo todo de nosotros", destaca Piñar.
También hay riesgo de exclusión "porque todo es digital, pero hay millones de personas que no tienen acceso. Exclusión de sectores más desfavorecidos, no ya mayores o personas con discapacidad, si no las mujeres, hay que acabar con la brecha de género digital, es sumamente importante".
Por eso Piñar apunta a la centralidad de la persona: "la carta iberoamericana va a tomar como referencia al ser humano, no al mercado o a los gobiernos", y lo hace poniendo como ejemplo a China, donde "el centro de todo es el gobierno, el que controla datos y los datos han de ser manejados por el bien público, la seguridad".
La Carta Iberoamericana será "inclusiva", un documento que "pretende evitar las exclusiones y en el futuro brechas digitales, una carta que también apuesta por un uso de las tecnologías digitales que sea sostenible, energético, medioambiental, que apuesta por los Derechos fundamentales, privacidad, igualdad e inclusión".
Influenciada por la española, la Carta Iberoamericana "tiene un contenido propio, en cuanto al esquema difiere", dice Piñar.
Según el experto, se ha querido hacer una carta auténticamente Iberoamericana, "pero tiene presente la española, la declaración de la UE, la portuguesa, peruana, tiene presente bastantes documentos, pero es verdad que la española es bastante avanzada, muy elaborada, y hoy por hoy es modelo para cualquier iniciativa de este tipo, también fue para la europea, ha sido pionera y vanguardista".
Y lo es porque influye en la idea de que "en el entorno digital se tienen que respetar los derechos como en el entorno físico y la persona debe estar también en el centro".
Esta alianza digital ayudará, según el internacionalista español y director de la Fundación Carolina, José Antonio Sanahuja, a que Iberoamérica converja con la UE.
"Los europeos tenemos una aproximación distinta a la de China y Estados Unidos -más centrada en los Gobiernos que en las personas- y una de las preguntas es dónde se sitúa Latinoamérica. Con esta carta se demuestra que hay cierta convergencia con la visión europea", afirma a EFE Sanahuja.