Deuda pública mexicana bajó cuatro puntos
15 de junio de 2023
Fuente:
www.americaeconomia.com
La recuperación económica tras la pandemia y el manejo responsable de las finanzas públicas están detrás de la reducción del coeficiente de deuda pública, situación clave para mantener estabilidad y solidez macroeconómica.
Al 31 de marzo de este año, la medida más amplia de la deuda pública se ubicó en 13.9 billones de pesos, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Como porcentaje del PIB, la cifra anterior se tradujo en 47,6%.
Con esto, el nivel de coeficiente de deuda pública bajó 4.0 puntos porcentuales respecto al cierre del 2020, año del impacto más fuerte de la crisis sanitaria de covid-19, cuando el indicador se ubicó en 51,6% del PIB.
Otro factor que ha contribuido a la reducción del nivel de la deuda pública es la apreciación del tipo de cambio, que ha disminuido el saldo del componente externo de la deuda pública.
El indicador también es favorable si se compara al de países con nivel similar de desarrollo, e incluso respecto al de naciones desarrolladas.
De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, en 2022 México tuvo un coeficiente de deuda pública de 56,0% del PIB, siete puntos porcentuales menos que Colombia y Costa Rica, y casi 30 debajo de Brasil y Argentina.
El periodo de recuperación económica tras la crisis por el covid-19 y el manejo responsable de las finanzas públicas han sido el factor detrás de la reducción del coeficiente de deuda pública, situación que ha sido pilar para que el país mantenga estabilidad y solidez macroeconómica.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda, la medida más amplia de la deuda pública se ubicó en 13.9 billones de pesos al 31 de marzo de este año. Lo anterior, como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), se tradujo en 47.6 por ciento.
Así, el nivel de coeficiente de deuda pública se ha reducido 4.0 puntos porcentuales respecto del nivel de cierre del 2020, año del impacto más fuerte de la crisis sanitaria de covid-19, cuando el indicador se ubicó en 51.6% del PIB.
Así la combinación de expansión del PIB en el periodo de recuperación tras la crisis sanitaria, sumada a un manejo prudente de las finanzas públicas, que combina el ajuste del gasto a los ingresos obtenidos por el sector público, ha ocasionado que el coeficiente de deuda pública presente descensos y se estabilice a futuro.
En el corto plazo, otro factor que ha contribuido a la reducción del nivel de la deuda pública es la apreciación del tipo de cambio, mismo que ha reducido el saldo del componente externo de la deuda pública.
De acuerdo con HR Ratings, la reducción de la deuda pública obedeció al componente en deuda denominada en moneda extranjera, cuyo descenso trimestral fue de 5,5%, ayudado por la apreciación del peso frente al dólar en el periodo de referencia, que fue 7.9%, ya que pasó de 19.47 a 18.04 pesos por dólar en la cotización fix que publica el Banco de México.
Con el descenso de la deuda pública durante este año, el gobierno federal tiene un margen de endeudamiento de poco más de dos puntos del PIB, y con ello poder mantener el nivel del año pasado.
COMPARACIÓN GLOBAL
El coeficiente de deuda pública de México también se compara favorablemente respecto a países de similar nivel de desarrollo e, incluso, respecto de naciones desarrolladas.
Así, según el indicador de deuda pública bruta que mide el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuya metodología se aplica para hacer comparable los niveles de pasivos entre países, México se ubicó el año pasado con un coeficiente de 56.0% del Producto Interno Bruto. Este nivel es siete puntos porcentuales inferior a los niveles que registran países como Colombia y Costa Rica, y casi 30 puntos debajo de lo que marcan otras naciones importantes de América Latina como Brasil y Argentina.
Además, México destaca en el ámbito internacional respecto a países desarrollados como Japón, Estados Unidos, España, Francia, Canadá, Bélgica y Reino Unido, cuyos niveles de deuda a PIB superan el 100 por ciento.
La deuda bruta consiste en todos los pasivos que requieren el pago o pagos de intereses y/o principal por parte del deudor al acreedor en una fecha o fechas futuras. Esto incluye pasivos de deuda en forma de Derechos Especiales de Giro, efectivo y depósitos, títulos de deuda, préstamos, seguros, pensiones y planes de garantía estandarizados, y otras cuentas por pagar.