Estados Unidos: La visa no soluciona la crisis migratoria, ¿cuál es la alternativa?
03 de octubre de 2022
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP por sus siglas en inglés) publicó hace unos días sus datos más recientes sobre "encuentros" con migrantes en la frontera sur. Las cifras revelan que, en lo que va del 2022, 2.1 millones de personas han tratado de cruzar, casi medio millón de personas más respecto de los 1.7 millones de "encuentros" del año anterior. Pese a la estrategia conciliadora de Biden, comparada con la de la era Trump, los niveles de migración siguen a el alza, la visa y otras medidas de contención han sido poco eficientes, ¿qué alternativas tiene Estados Unidos?
Venezuela, Nicaragua y Cuba
Los casos de estos tres países son especiales, Nicaragua y Cuba tienen más experiencia en este ámbito, al que Venezuela se ha unido debido a la crisis que se vive bajo el gobierno de Nicolás Maduro. Los migrantes de estos países cruzan a través de México pues saben que tienen una ligera "ventaja" sobre otras nacionalidades. Esto ha provocado un éxodo desde Venezuela en una de las mayores migraciones del mundo en los últimos años. Para los estados del sur estadounidense, republicanos, Biden ha tenido una estrategia errónea que sólo ha empeorado las cosas: la solución temporal ha sido enviar a los migrantes en autobuses hacia otras ciudades, además de facultar a la Guardia Nacional en estados como Texas para detener a los migrantes.
Como medida de contención, Estados Unidos reconoce el derecho de los venezolanos de solicitar asilo, y con ello una oportunidad de rehacer sus vidas. Pero el Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés) fue diseñado para apenas 343 mil venezolanos, cifra que pronto se verá rebasada. Así que el gobierno estadounidense ha intentado usar a Colombia y México como diques ante la migración venezolana. No obstante, las cifras no muestran un cambio efectivo en la dinámica. Colombia se ha convertido en una especie de oficina de migración, donde los venezolanos solicitan (o intentan) la visa estadounidense, mientras que México suele funcionar como la primera barrera física para llegar al territorio estadounidense.
México, tercer país seguro
Durante el gobierno de Trump, el presidente aprovechó la pandemia y la crisis global para imponer sus reglas sobre migración. Amenazó a México para que se convirtiera en tercer país seguro, y así poder deportar inmediatamente a los migrantes a suelo mexicano. La realidad es que México se resiste a recibir migrantes que no sean de Centroamérica, lo que obligaría al gobierno estadounidense a deportar al resto a sus lugares de origen, algo que ha movilizado a la sociedad civil. Biden ha entendido el mensaje y se ha mostrado reacio a deportar a los venezolanos a su país, al conocerse las condiciones en las que se encuentra.
Si México no quiere recibir deportaciones de venezolanos, los estados del sur se resisten a recibirlos y Biden se niega a deportarlos a su país, ¿cuál sería la alternativa? Parece una encrucijada difícil de resolver, los espacios destinados al TPS se acaban, mientras tanto los migrantes siguen siendo "deportados" desde Texas a estados y ciudades demócratas. Los republicanos son contrarios a los gobiernos de Nicaragua, Venezuela y Cuba, pero al mismo tiempo se niegan a reconocer sus problemas humanitarios y a darles solución.
Trump a la ofensiva
El expresidente republicano, Donald Trump, ha aprovechado la oportunidad para hacer campaña en Pensilvania, en un evento a favor de candidatos leales. Ahí Trump aseguró que de volver al poder eliminará la lotería de visas, reforzará las medidas contra la migración ilegal y reactivará el programa "Remain in Mexico" ("Quédate en México") que buscaba quitar la oportunidad de solicitar asilo desde suelo estadounidense. Para Trump las medidas de Biden sólo incentivan la llegada de más migrantes, lo que se convierte en una situación insostenible y en la vía para regresar a la presidencia.
¿Qué opciones tiene Biden?
La administración estadounidense tendrá que decidir pronto si mantiene su estrategia sin cambios o si la replantea, solicitar visas a los migrantes no es una medida efectiva desde hace décadas, la porosidad de la frontera con México, de más de 3,000 km, la convierte en un lugar perfecto para el tránsito de personas y mercancías ilegales. Su opción es la misma que ha planteado Trump, utilizar a México como el principal dique que evite la migración ilegal. La frontera sur de México es más "pequeña" con una extensión de 1,149 km, menos de la mitad de la frontera norte, ya en 2019 Trump "obligó" a López Obrador a movilizar a la Guardia Nacional a esa zona. No obstante, Biden podría aprovechar la misma estrategia de Trump aunque con un enfoque distinto, la Casa Blanca ha mantenido una actitud positiva hacia los programas de López Obrador en Centroamérica y ha prometido apoyo.
Aunque la migración tiene como destino final Estados Unidos, México es la principal vía de paso, lo que lo convierte en un problema binacional. Esa es una de las razones por las que México ha endurecido sus medidas migratorias hacia los venezolanos, centroamericanos e incluso con peruanos y colombianos, estos dos últimos miembros de la Alianza del Pacífico con los que en algún momento se planteó incluso un pasaporte común. Lo importante es que Estados Unidos no podrá resolver el problema por sí solo y menos aún con un blindaje de la frontera que en el papel y en la realidad no ha funcionado, los "encuentros" con 2 millones de migrantes son la muestra.