Así se explica aventura de venezolanos que van a EEUU por tierra (y cruzan el Darién)
25 de julio de 2022
Fuente:
https://elestimulo.com/
El éxodo masivo de venezolanos cruzando por tierra América Central y México rumbo a EEUU sigue a paso de vencedores: en junio y en lo que va de julio suponen más del 70% de todos los que pasan por el peligroso Darién. Los poblados fronterizos de Colombia y Panamá están en alerta por los efectos de esta ola de gente sin dinero.
Antes de abordar un vuelo internacional ya hay que tener la visa del país de destino y un pasajero común sólo puede entrar a ese país por un aeropuerto y una aduana. Pero, cuando se llega por tierra a una frontera, es posible driblar los requisitos burocráticos. Esa lógica implacable explica en parte el renovado auge de venezolanos que ahora mismo van por América Central y México rumbo a Estados Unidos, después de cruzar a pie o en lancha la potencialmente mortífera selva del Darién, que separa Colombia y Panamá.
Un incentivo se define como algo «que impulsa a hacer o desear una cosa, especialmente a obrar o hacer determinada cosa mejor o más deprisa».
Pero en términos económicos, ¿qué incentivos llevan a una persona a salir desde la frontera con Colombia por vía terrestre y recorrer más de 4.000 kilómetros hasta la frontera entre México y Estados Unidos, con la aspiración de quedarse a vivir en ese país?
La primera razón para estas personas de origen está en Venezuela: la crisis económica y social lleva años y hay pocas oportunidades de trabajo bien remunerado.
Por otra parte, la mayoría de los países vecinos de América tiene sus propios problemas, por lo que si se piensa en darle un futuro mejor a los hijos, o en formar una familia, para estos migrantes convictos, es mejor no esperar mañana lo que Venezuela no les dio ayer.
En una reciente encuesta confidencial de una reconocida firma de opinión, el 18% de los venezolanos señala que la solución es irse del país, emigrar pues.
Y, como ya esa salida fue usada por muchos otros venezolanos, -hasta el punto que según datos del gobierno de Estados Unidos los de la tierra de la arepa están entre los 10 colectivos de migrantes no autorizados-, parece haber un motor en marcha que jala cada vez más compatriotas hacia el Norte.
A los centroamericanos que año tras año encabezan las cifras de migrantes no autorizados rumbo a Estados Unidos se suman los venezolanos, que llegan caminando a Panamá, donde los montan en autobuses y los sacan directamente hacia Costa Rica para que sigan su camino.
El77% de esos venezolanos que están cruzando la selva del Darién salieron directamente desde Venezuela (ese fue su último país de residencia) según los datos de la Plataforma de Coordinación Interagencial para refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V).
La visión de un economista
Para el economista Asdrúbal Oliveros no es contradictorio que esté aumentando el número de personas que quieren salir mientras a la vez se habla de cierta recuperación de la economía venezolana, que crecerá cerca de un 10% este año.
Hay una gran cantidad de personas en pobreza extrema que se suma a los empleados públicos y jubilados para alimentar las cifras de excluidos.
Entre esos tres sectores, «estamos hablando de un 50% de la población a la que las bondades no le llegany están pensando en otra salida», como irse del país, explica este director de Ecoanalítica.
«No entra en conflicto, hemos hablado de mejorías perolo hemos dicho claramente: es una mejoría desigual en una versión triple: por un lado no todos los sectores se han beneficiado de esa mejoría; tienes banca, manufactura construcción, que son importantes, que siguen estando afectados, creciendo muy muy poco», dice Oliveros después de una exposición en la que explicó que este 2022 la economía crecerá en torno a 10% .
Ese crecimiento también es desigual en regiones, no es lo mismo estar en Caracas que en Maracaibo, Puerto Ordaz o lechería. Sobre todo en ciudades pequeñas y rurales el impacto de las mejorías es muy limitado, porque ahí el Estado es muy fuerte y se ha reducido, agrega Oliveros.
El tercer elemento de esa desigualdad es el social: si no tienes cómo rebuscar un buen empleo en el sector privado, con alguna habilidad que puedas tener para entrar además al mercado informal y captar recursos adicionales, «quedas excluido de todas las bondades».
«Hay muchos factores ligados a la emocionalidad que no son del todo racionales. La gente ha llegado a un punto de desesperación yahí siemprese amerita un análisis costo beneficio. Pero no hacerlo desde la perspectiva de la emocionalidad o la irracionalidad, sino de efectivamente qué estoy perdiendo, qué voy a hacer donde voy a llegar, qué oportunidades tengo, qué costos representa eso», recomienda.
«Lo que ves es un conjunto de personas en condiciones muy precarias de ingreso, queno tienen nada que perder y por eso terminan saliendo. Es muy difícil en esas condiciones, cuando no tienes que perder, recomendar algo. Ahí no estás evaluando nada, estás tirándote al vacío, a la suerte: si te va bien chevere y si no, prácticamente dices ‘para lo mal que estoy, es nada lo que pierdo», señala Oliveros.
La visa a venezolanos como incentivo al revés
Ese viaje terrestre hasta Estados Unidos cuesta entre $4.000 y $5.000 por persona, que son pagados a «operadores» que arman grupos desde ciudades de Venezuela.
Algunos se van por cuenta propia porque no tienen esa suma junta, y van resolviendo en el camino.
Es paradójico, casi todos los países de América Central y México exigen visas a los venezolanos cuando llegan por avión, como parte de una política migratoria en línea con la de Estados Unidos.
Cuando esos países comenzaron a pedir visas, especialmente México, se redujo el número de venezolanos cruzando, con una caída del 85% la frontera sur de EEUU.
«Como resultado (de la imposición de visas), el número de entradas regulares por aire de personas venezolanas a México cayó significativamente de 27.835 en enero a 3.578 en febrero, y se mantuvo bajo en los meses subsecuentes (4.438 en marzo y 4.333 en abril», señal un reciente informe de la ONU sobre la situación de los migrantes en Centro América, México y Colombia.
De enero a febrero también cayó dramáticamente el número de venezolanos detenidos en la frontera entre México y Estados Unidos. Aunque después ha ido en aumento otra vez esta cifra, en la medida en que ha ido llegando los grupos que se van por tierra.
Si entran a pie o en vehículos terrestres a esos países no parece haber mayores obstáculos: es que no los pueden devolver tan fácilmente, menos si forman grupos o caravanas que desafían a las autoridades y las enrevesadas normas migratorias locales.
«La mayoría de las personas no podían cumplir con los requerimientos de visa para entrar a los países de manera regular y segura, lo que llevó a que el número de personas refugiadas y migrantes de Venezuela cruzando de manera irregular por
cruces fronterizos terrestres en Centro América notablemente aumentara durante cada mes de 2022, con un aumento significativo en mayo», señala el informe más reciente.
La recompensa de llegar y entrar a Estados es para muchos la justificación para arriesgar la vida, la salud y la integridad en esa travesía costosa donde hay muchos ganadores.
Por eso el trayecto se cumple a pie o en lancha para atravesar el tapón del Darién, después en autobús para atravesar Panamá (que cuesta unos $50) y seguir a través de Costa Rica.
A partir de Costa Rica los viajeros combinan el transporte terrestre con caminatas en algunos puntos, como en Tapachula, Chiapas, sur de México. Se organizan en caravanas que ya suman centenares y hasta unos pocos miles de venezolanos que van a través de Nicaragua, Honduras y Guatemala.
La situación se complica y encarece los viajes terrestres de los migrantes cuando intentan entrar desde Necoclí, Antioquia, Colombia.
Para muchos desprevenidos venezolanos esta situación los ha agarrado de sorpresa: en la salida del Darién se están represando los migrantes, atrapados sin poder abordar los autobuses que los llevan hasta Costa Rica, advierten fuentes de organizaciones humanitarias.
«En Panamá, sindicatos y organizaciones sociales convocaron protestas indefinidas debido a demandas sobre el alza en los precios, al desempleo y la corrupción. A raíz de ello, se han presentado bloqueos en las vías, que han generado desabastecimiento de bienes y combustibles. Los bloqueos incluyen la vía Panamericana, ruta de movimientos mixtos transcontinentales provenientes de la región del Darién, fronteriza con Colombia», explica un reciente alerta emitido por el «Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos en Colombia», vinculado a la ONU.
El Grupo advierte que entre 800 y 900 personas podrían represarse por día en Necoclí en caso de que la situación en Panamá continúe y se cierre el tránsito fluvial por rutas regulares a través del muelle del pueblo.
Esto «incentivaría sobrecostos y mayor tránsito por rutas marítimas no reguladas, lo que favorecería el fraude, la trata y el tráfico de personas, las violencias basadas en el género, la separación de grupos familiares y la devolución de personas con necesidades de protección internacional y apatridia (si hay nacimientos durante el tránsito)», advierte la Red.
El promedio diario de salidas de personas hacia Panamá desde Necoclí fue de 440 entre el 9 y el 15 de julio, por debajo de la cantidad que se represaría por día.
Es que el flujo de migrantes, una abrumadora mayoría de ellos venezolanos, sigue creciendo: aumentó en 78% en las semanas que van de julio respecto a junio.
Necoclí una escala atestada
Este es un municipio de unos 13.700 personas, por lo que el número de migrantes aglomerados podría presentar problemas mayores, como ocurrió en 2021 con un imparable flujo principalmente de haitianos provenientes del sur de América.
Ya, sin la aglomeración esperada, «entre 80 y 100 personas permanecen y pernoctan en playas de Necoclí. Allí piden dinero para cubrir sus gastos de viaje y necesidades básicas, como alimentación. Permanecen, en promedio, entre dos y cuatro semanas».
Ante un represamiento, la situación en la playa podría deteriorarse, y mujeres gestantes, niños y personas con discapacidad serían las poblaciones más afectadas. Además, la circulación de dólares en el municipio afecta la economía local y limita el acceso a alimentos para algunos refugiados, migrantes y población de acogida, señala el documento.
En salud, la capacidad de atención primaria también podría colapsar: aglomeraciones anteriores causaron desabastecimiento de medicamentos en el Hospital de Necoclí, lo que aunado a insuficiencia de equipos médicos, representó dificultades en la atención a personas en tránsito.
El Grupo de organismos de Naciones Unidas explica que a diario monitorea movimientos hacia Necoclí, en coordinación con socios humanitarios en Panamá, para identificar incrementos en los flujos y considerar acciones, difundir mensajes clave sobre la contingencia a la población refugiada y migrante.
También identifica futuras acciones clave en caso de que se materialice una mayor aglomeración de los migrantes.
Hace una semana, el 15 de julio, ya había en los puntos de atención a refugiados y migrantes en la frontera sur de Panamá unas 4.000 personas represadas. Los funcionarios brindan servicios básicos, pero persisten problemas de alojamiento y condiciones sanitarias. La inseguridad impide la apertura de corredores humanitarios.
Una alta inversión
«El creciente número de personas venezolanas en tránsito hacia el norte a través de la subregión representa un desafío, no solo por el tamaño de la población refugiada y migrante en tránsito, sino también por las condiciones severas a las que se
enfrentan en la peligrosa ruta a lo largo de estas rutas irregulares», señalan los organismos humanitarios de la ONU y sus aliados en otro reciente informe.
La travesía desde Colombia hasta los primeros centros de recepción en Panamá toma alrededor de una semana, dependiendo de la combinación de rutas usadas. Las lanchas rápidas pueden reducir la cantidad de tiempo necesario para atravesar la jungla de seis a dos días, pero incluyen riesgos de naufragios y son más costosas, explica el documento.
Esos refugiados y migrantes venezolanos tiene en promedio menos recursos que los de otras nacionalidades. De hecho el 64% de los encuestados por R4V en Necoclí NO contaban con suficientes recursos para su viaje. Por esa razón no pudieron evitar travesías por tierra más largas a través de la jungla y recurren a dormir expuestos durante su tránsito.
Muchas rutas de tránsito irregular a través de Colombia, Centro América y México son conocidamente controladas por diferentes grupos criminales, los que se aprovechan de las vulnerabilidades de refugiados y migrantes, poniendo a esos venezolanos «en riesgo de robo, trata de personas, explotación y violencia, incluyendo sexual y violencia basada en género (VBG)», advierten los expertos desde el terreno.
Venezolanos en la punta
La mayoría significativa de estas personas refugiadas y migrantes son hombres, según R4V. Las mujeres y los niños se enfrentan a desafíos particulares en estas rutas, con las mujeres representando un 24% y la niñez un 15% de la población en tránsito, de acuerdo al mismo reporte.
Las cifras más recientes de Migración del gobierno de Panamá muestran que en junio pasado cruzaron desde Colombia por el Darién otros 11.359 venezolanos.
Eso representa 10 veces más con respecto a la cantidad de enero, y un 15% más respecto a mayo, cuando pasaron 9.844 hombres, mujeres y niños venezolanos.
La cifra supone el 72% de las 15.633 personas que en total hicieron la travesía provenientes de destinos tan variados como Haití, Senegal, Congo, Angola, Bangladesh y Ecuador.
Hasta hace poco algunos analistas creían que la mayor parte de ese éxodo era alimentado por venezolanos que ya se habían ido hace tiempo de su país, para asentarse principalmente en Colombia, Perú, Ecuador y Chile, por ejemplo.
En mayo unos 9.844 refugiados y migrantes venezolanos entraron a Panamá desde Colombia de manera irregular por el Tapón del Darién, más de tres veces la cantidad de personas venezolanas que usaron esa ruta en abril (2.694) y más de ocho veces la cantidad que lo hicieron en enero (1.134).
Entre esta población de migrantes hay también más de 5.000 niños.
Cobrar por mover dinero
Como en esos pueblos y aldeas selváticas no hay bancos ni forma de recibir transferencias, hay un negocio creciente llevado a cabo por los propios funcionarios panameños principalmente, que ofrecen sus cuentas para que los familiares en el exterior le manden plata a los viajeros.
Cobran un 10% de comisión por recibir esos fondos que permitirán a los migrantes seguir su viaje, inclusive pagar el autobús dispuesto por el gobierno Panameño para que los lleve directamente a Costa Rica.