Hambre en América Latina y el Caribe creció 4 millones en un año

La cantidad de personas que sufrieron hambre en América Latina y el Caribe, creció en 4 millones entre el 2020 y el 2021.

De acuerdo con el nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022”, del total de personas con hambre en 2021, 823 millones, el 7,4% vive en la región.

El representante regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Julio Berdegué, tildó de extremadamente grave la situación. “En sólo dos años, trece millones de personas han caído en el hambre. Y cuatro de cada diez personas viven con inseguridad alimentaria, mientras que todavía tenemos que prepararnos para los impactos de la crisis alimentaria actual, incluida la guerra en Ucrania”, dijo.

Problemática se duplica en América del Sur y amplía brecha de género

Según la publicación conjunta de la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), SOF, indica que el Caribe tiene la mayor población afectada por la problemática, más del 16%.

En América del Sur el hambre desde el 2015 se ha duplicado, mientras que en el Caribe aumentó 2,2% y en América Central 0,9%, desde el mismo año en adelante. “Estamos frente a una crisis compleja y de proporciones, que requiere acciones sin precedentes, no solo de los gobiernos sino de todos los actores del sistema agroalimentario regional”, dijo Berdegué.

Asimismo, SOF señala que la brecha de género en la seguridad alimentaria creció en 2020 y 2021 con la pandemia del Covid-19. El año pasado, el 31,9% de las mujeres en el mundo padecía inseguridad alimentaria moderada o grave, en comparación con un 27,6% de hombres.

Cosechas y producción de carne animal debe crecer para reducir el hambre

Según el informe “Perspectivas Agrícolas 2022-2031” de la FAO y la OCDE, es necesario duplicar las cosechas y hacer crecer la producción de carne animal en un 31% para poder hacerle frente al hambre.

En paralelo, recomienda aprobar políticas directas que mitiguen las emisiones de gases, así como implementar nuevas tecnologías para transformar los sistemas agroalimentarios, aplicar medidas más estrictas contra el desperdicio de alimentos y limitar el exceso de ingesta de calorías y proteínas en países con mayores ingresos.

“Se necesitan más esfuerzos para que el sector agrícola contribuya efectivamente a la reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto incluye la adopción a gran escala de procesos y tecnologías de producción inteligentes desde el punto de vista climático, especialmente en el sector ganadero”, explica el informe.