Los riesgos para quienes deciden cruzar por ‘El Hueco’
13 de mayo de 2022
Fuente:
https://www.eltiempo.com/
Manolo Préstamo, investigador migratorio en México; y María Teresa Palacios, experta en migraciones y directora del Grupo de Investigación en Derechos Humanos de la Universidad del Rosario, en Colombia, hablaron sobre los riesgos que enfrentan quienes deciden cruzar de manera irregular a Estados Unidos.
Préstamo, graduado en relaciones y asuntos internacionales de la Universidad de las Américas Puebla, advierte que en México se ha apostado por militarizar el país y a cambio de beneficios políticos ha cedido ser el muro que tanto quiso Donald Trump.
¿Cómo está la situación en México?
Desde que la administración de Donald Trump entró en vigor colapsó todo el sistema migratorio en Estados Unidos, en condados, en municipios, y empezaron muchísimas redadas. Todo esto repercute en la frontera, México no estaba preparado para tantas deportaciones y tan diversificadas.
Las autoridades mexicanas y las instituciones no tienen la capacidad para asegurar su bienestar, traslados a sus países y dar seguimiento a todos sus casos.
Lo que estamos viendo ahora, tras el fin de la pandemia, es que hay flujos desmedidos y hay picos de personas en tránsito en todo el país que nunca lo habíamos registrado en México. Y esto se suma a que no hay preparación en las instituciones responsables como el Instituto Nacional de Migración y la Comar.
No hay forma de dar seguimiento ni de dar asistencia humanitaria cuando México se caracterizaba históricamente por su ayuda a los migrantes.
Los flujos se han diversificado. Hoy dentro de los 10 países que más solicitan asilo ya se encuentran Venezuela y Colombia.
¿Cuáles son los riesgos que enfrentan en el camino?
La mayoría de los migrantes de América del Sur y Centroamérica llegan por la frontera sur, en Chiapas; otros, por Quintana Roo, en Cancún.
En Tapalucha, ciudad cercana a Guatemala, pasa La Bestia, un tren de carga que cruza todo el país de México y es muy icónico. Lo que hacen los migrantes es tratar de subirse como puedan al techo. Es muy peligroso.
Los migrantes llegan hasta el centro del país, a la ciudad de México. Este tren pasa por el sur del país y toda la costa de México, como Veracruz, Tamaulipas y otros, donde hay presencia de crimen organizado y de carteles mexicanos.
Los migrantes se arriesgan a tomar esas rutas y lamentablemente muchos acaban desaparecidos o en manos de tráfico de personas o incluso secuestrados y luego van pidiendo rescate a sus familiares.
Hay ‘polleros’ o ‘coyotes’ que se dedican a llevar migrantes en autobuses y camiones de carga. Van hacinados e incluso algunos mueren por las altas temperaturas, en el norte del país pueden llegar a los 40 a 45 grados. Los recorridos, por lo general, se hacen al final del día para llegar a Tijuana, Sonora o en Tamaulipas. En esa ruta luego ya cruzan por el desierto de Sonora o por el río Bravo.
Estos cruces son heroicos porque más allá de los muros o de la frontera fronteriza están las altas temperaturas, cruzar el desierto sin agua, sin comida. Muchos de ellos llegan a morir por esas condiciones y después de ahí, la cacería de las patrullas fronterizas, de los drones y las camionetas, a algunos los matan en el camino.
El Gobierno ha pasado de recibir y de acompañar en los recorridos a los migrantes a criminalizar la movilidad. Esto ha causado que los migrantes en lugar de tomar las rutas tradicionales que son “seguras”, opten por otras. Hoy en día se ven pequeñas caravanas de migrantes, de 100 personas, por así decirlo, perdidos en Puebla, en Veracruz, en Michoacán, entre otros y cada uno de ellos va a ciegas porque no pueden tomar estas rutas.
Una persona se les acerca y les dicen que por 5.000 dólares te van a cruzar y aceptan por la desesperación y acaban en manos de traficantes de personas, secuestradas o asesinadas.
¿Cómo es la situación en Mexicali?
Mexicali está en la frontera, es la capital de Baja California del norte de México. Es una zona con una alta densidad poblacional de inmigrantes, principalmente colombianos, venezolanos, haitianos y asiáticos. Y por ello, altamente transitada por ‘polleros’ o ‘coyotes’.
Los campamentos de migrantes se han convertido en espacio para abusos, estafas y violaciones de derechos humanos.
¿Cómo operan los centros de refugio?
Normalmente quienes administran estos espacios son Naciones Unidas, Acnur, la sociedad civil y la iglesia católica. Se encargan de brindar asilo, alimentos, información y servicios de salud.
Por el poco presupuesto que da el gobierno federal funcionan con alrededor del 300% de capacidad.
Es muy triste porque la tradición diplomática que antes tenía México era de asistencia y humanitaria y hoy en día lo que estamos viendo en las fronteras es militarización, asedio y violaciones de derechos humanos.
María Teresa Palacios, experta en migraciones internacionales y directora del Grupo de Investigación en Derechos Humanos
¿Ha aumentado la migración de colombianos a otros países?
Históricamente Colombia ha sido un país de migración, pero no en el volumen que se está presentando en la actualidad.
Desde una perspectiva histórica, Colombia sí es un país de migración, pero no ocupa los primeros lugares. Está en el puesto 85 de los 193 países de las Naciones Unidas. Sin embargo, no estamos en la primera línea de los países que más expulsa personas de su territorio.
¿Cómo ha cambiado la dinámica de la migración?
Los pasos irregulares son normalmente aquellos lugares donde hay fronteras porosas. Por ejemplo, cuando Venezuela era un país atractivo para los colombianos, cruzaban la frontera por Cúcuta y Villa del Rosario. El Darién, además, no solamente ha estado protagonizado por la migración de cubanos o personas de Asía o de África, sino también por los mismos colombianos que buscan ese “sueño americano”.
Estados Unidos siempre ha sido un destino muy atractivo para los colombianos, quienes son impulsado por oportunidades económicas y por la crisis económica. En los años 90 también se sumó Ecuador.
¿Qué modalidades encuentran y cuáles son los riesgos?
Dentro de los riesgos asociados a la migración están varios delitos transnacionales. Uno de estos es el tráfico de migrantes.
Al traficante no solo le interesa que la persona le pague por cruzar la frontera, por lo general, está de por medio el engaño. En la trata de personas hay muchísimas conductas asociadas, como por ejemplo el matrimonio servil, la prostitución, violaciones de derechos humanos, ofertas laborales engañosas, la esclavitud, entre otros.
En la migración latinoamericana hay una constante. Por lo general son jóvenes que tienen mayores oportunidades por fuerza de trabajo. Ese joven, entre los 20 y los 40 años, decide aventurarse a tratar de buscar mejores condiciones de vida.
Es muy importante entender que la migración se mueve en redes. Es difícil que un migrante llegue a un lugar donde no hay un apoyo, donde no hay un conocido o un familiar, así sea lejano.
¿A qué se exponen las personas que llegan a Estados Unidos de forma irregular?
Cualquier autoridad migratoria puede expulsarlos de manera automática. Ese es un primer riesgo, ser devuelto a territorio de origen. El segundo riesgo es ser víctimas de precariedades y explotación laboral por ser irregular.
Estados Unidos tiene un agravante y es que no hace parte de la Convención de protección laboral de extranjeros, que incluso cobija a las personas irregulares. Ese es un tratado de las Naciones Unidas, donde incluso una persona que sea irregular debería tener el mismo trato que un nacional respecto a sus condiciones laborales. En este país esa disposición no tiene ningún sentido porque ellos no han ratificado este tratado y dentro de su legislación interna son bien restrictivos.
¿Qué hace falta? ¿En qué deberían trabajar Colombia y Estados Unidos?
El tema de la migración es de soberanía interna de los países. Los países deciden cómo configuran su política migratoria y eso implica que establecen quién puede ser admitido en su territorio, a quién se le pide visa, en qué condiciones y cuáles son los requisitos.
Dentro del punto de vista de los derechos humanos, uno de los vacíos principales que requieren regulación son precisamente las políticas migratorias. Los estados conservan un alto grado de discrecionalidad, no le consultan absolutamente a nadie ni están obligados a hacer acuerdos.
La solución es más un tema de conciencia global, de entender que la migración es una realidad y es inevitable. A las personas, por más que les ponga policías y un muro alto, no las van a limitar.
Los Estados han arraigado de manera muy fuerte el concepto de nacionalidad, de quién es el ciudadano y de ver al extranjero como un sospechoso, como un delincuente, quien viene a robar oportunidades y a generar costos económicos.