Movimientos sociales de toda América Latina se reúnen en Argentina hasta el primero de mayo
28 de abril de 2022
Fuente:
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En Argentina se lleva a cabo la Tercera Asamblea Continental de ALBA Movimientos. Decenas de delegados de movimientos sociales de 23 países latinoamericanos debaten sobre el continente, el mundo, y el curso de acción a tomar para enfrentar una realidad atravesada de crisis, cambios y oportunidades.
"En qué mundo estamos parados y cuál es el rol que cumplimos los movimientos de América Latina y el Caribe", dice Laura Capote, integrante de la Secretaría de ALBA Movimientos, y de la organización Marcha Patriótica, de Colombia. Capote se encuentra junto a decenas de delegados de diferentes movimientos sociales del continente, que se han dado cita en Argentina para la Tercera Asamblea Continental de ALBA Movimientos.
Son muchos los movimientos reunidos: el Movimiento Sin Tierra de Brasil, el Movimiento de Defensa por el Acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente de Chile, diferentes organizaciones de Cuba como el Frente Campesino, el Frente de Mujeres y la Confederación de Trabajadores de Cuba, colectivos de Estados Unidos, o el Sindicato Mexicano de Electricistas. Organizaciones urbanas, campesinas, juveniles, indígenas, de mujeres, entre otras.
"Somos cerca de unos 200 movimientos alrededor de todo el continente, con delegaciones de 23 países", explica Manuel Bertoldi, integrante del Frente Patria Grande, de Argentina. "De acá de Argentina estamos un conjunto de movimientos en particular aquellos reunidos en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular".
La Asamblea ocurre en un momento de crisis global, y de un continente que en los últimos años atravesó numerosos cambios: crisis sociales, cambios de signos de gobiernos, golpes de Estado, un vértigo que ha marcado y continúa haciéndolo la actualidad latinoamericana. Comprenderla y actuar dentro de ella representa un desafío.
Un continente que cambió
El paso fundacional de ALBA Movimientos fue la denominada Carta de Movimientos Sociales de las Américas, firmada en el año 2009 en Belém do Pará, Brasil. Era entonces un momento de fuerte integración regional: en 2004 se había creado la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) impulsada por los Gobiernos de Cuba y Venezuela, y en 2008 había nacido la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
La primera Asamblea que dio lugar a ALBA Movimientos ocurrió en el 2013, también en Brasil, en la Escuela Florestan Fernandes, del Movimiento Sin Tierra. Ya para ese entonces había fallecido el presidente venezolano Hugo Chávez (1999-2013), uno de los principales artífices de la integración continental, y se habían consumado dos golpes de Estado, uno en Honduras en 2009 contra Manuel Zelaya, y en 2012 en Paraguay, contra Fernando Lugo.
La segunda asamblea ocurrió tres años después, en el 2016, esta vez en Colombia. Para ese entonces Mauricio Macri (2015-2019) había ganado las elecciones en Argentina; en Brasil estaba en curso el impeachment contra Dilma Rousseff, que terminó en su destitución y asunción de Michel Temer, y Venezuela se encontraba inmersa en una etapa de fuerte crisis económica y política.
Entre el 2013 y este 2022, es decir nueve años, ocurrieron numerosos acontecimientos de forma vertiginosa. Un año particularmente crítico fue, por ejemplo, el 2019, con la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela a principio de año; el levantamiento indígena en Ecuador; el estallido social en Chile; la victoria presidencial de Alberto Fernández en Argentina; el golpe de Estado en Bolivia y grandes movilizaciones en Colombia a final de año.
Ahora el continente está en otra situación. Existen varios presidentes progresistas o de izquierda, como Andrés Manuel López Obrador en México; Pedro Castillo en Perú; Gabriel Boric en Chile, y se espera que las elecciones de Colombia y Brasil, que tendrán lugar este año, puedan dar como ganadores a Gustavo Petro y Lula da Silva respectivamente. Pero esa nueva situación está atravesada de debates, preguntas, y es lo que se debate en la Asamblea de Alba Movimientos.
Un mapa complejo
"Esta Asamblea es muy importante en esta coyuntura de América Latina y el Caribe que viene presentando una serie de transformaciones, cambios, retrocesos, pero también victorias, desde lo que fue nuestra segunda asamblea en Colombia en el 2016 al día de hoy 2022 donde han pasado una gran cantidad de sucesos en nuestro continente y demanda una reactualización", explica Capote.
Bertoldi, por su parte, define al contexto actual como "abierto", con "avances de los movimientos populares, conquistas, pero también retrocesos, y por eso creemos que los movimientos populares tenemos que estar articulados, unidos, pensando una estrategia de conjunto a nivel continental".
El mapa, según Bertoldi, puede analizarse en términos de Gobiernos en varios espacios. Por una parte, "hay Gobiernos con los que nos sentimos más aliados en esta perspectiva", como son, por ejemplo, el caso de los Gobiernos de Cuba, Venezuela o Bolivia. Por otro lado, "Gobiernos con los cuales estamos más enfrentados, que constituyen la agenda neoliberal que sigue en curso en la región", como es el caso Guillermo Lasso en Ecuador, o Iván Duque, en Colombia.
"Es un escenario que está muy abierto, donde hay un avance de cierta radicalización de sectores de derecha, conservadores, que incluso han llegado al Gobierno en Brasil —con Jair Bolsonaro— o que estuvieron en el balotaje de Chile —con José Antonio Kast—, pero son procesos que no se han podido consolidar en el tiempo", afirma.
A su vez, "los proyectos que se asocian al ALBA también están con dificultades, por elementos intrínsecos a los propios procesos y por los bloqueos que sufren por parte del imperialismo, y hay procesos que plantean una agenda de redistribución más moderada y también están atravesando una crisis, como lo vemos en el caso de Argentina donde el Gobierno está muy condicionado ahora por haber aceptado las condiciones que planteó del Fondo Monetario Internacional para renegociar la deuda".
La acción de los movimientos
El objetivo de la Asamblea es comprender el continente y actuar según la mirada de los movimientos. "Estamos orientando de qué manera desde nuestros seis ejes de lucha, lo que es nuestro programa político, podemos avanzar en la conquista de derecho y la unidad de otras articulaciones para poder diseñar una estrategia anti-imperialista de una forma más efectiva y más unida", explica Capote.
Algunos de esos ejes son "unidad e internacionalismo, batalla ideológica, economía popular, y democracia para el buen vivir, desde los cuales analizamos la realidad de América Latina y diseñamos acciones que puedan llevar adelante las organizaciones de ALBA en unidad".
La Asamblea, cuenta Capote, también tendrá una articulación con otras organizaciones: "Vamos a tener la presencia de Sacha Llorente, secretario de ALBA-TCP, de compañeros de la Confederación Sindical de las Américas, de la Asamblea Internacional de los Pueblos, de la Marcha Mundial de las Mujeres, la Asamblea de los Pueblos del Caribe, y otras expresiones organizativas de la región con las que nos encontramos en muchos escenarios, pero que no hemos logrado todavía diseñar una estrategia conjunta de acción política".
El debate, finalmente, está atravesado por el contexto internacional y sus repercusiones en el continente: "Estamos trabajando (…) un análisis que hicimos sobre qué implica no solo la guerra en Ucrania, sino toda la transformación de alguna manera geopolítica, la transición hegemónica que estamos viviendo en el mundo y cómo se ubica América Latina en ese contexto".