Aumenta informalidad laboral en Latinoamérica

La pandemia por Covid-19 y la disminución social provocaron que un sin fin de negocios alrededor del mundo se vieran en la necesidad de cerrar sus puertas por diferentes razones, entre ellas, el miedo ante la alza de contagios, la poca afluencia de personas, falta de actividad económica, proveedores “congelados”, entre un sin fin de acciones más a considerar, afectando así la economía de millones de personas.

Para tener en cuenta el impacto que la pandemia ha dejado a su paso, valdría la pena contemplar detalladamente el estudio de Statista  donde muestra cómo el Covid-19 influyó en la economía mundial durante 2020, donde solamente China logró incrementar su PIB en un 1.8 por ciento, mientras que el resto de países disminuyó considerablemente sus números, como lo fue el caso de Estados Unidos con un menos 3.7 por ciento, Alemania con un menos 5.5 por ciento, Francia con un menos 9.1 por ciento, México con un menos 9.2 por ciento y Argentina con un menos 12.9 por ciento, entre otros.

El empleo informal en América Latina, una realidad entre negocios

Hablando de economías podemos hacernos una idea del impacto económico a nivel mundial durante los últimos años, pero ¿cómo se ve esto reflejado en el mundo de los negocios?

De acuerdo con los estudios sobre la Demografía de los Negocios 2020 y 2021 (EDN) realizados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se demostró que fueron aproximadamente 1.6 millones de negocios los que se vieron en la necesidad de cerrar sus puertas permanentemente, afectado directamente en los ingresos económicos de millones durante los últimos años; en contraparte hubo más de 619 mil nuevos.

Este tipo de cifras han provocado que millones de personas vean en el emprendimiento una buena alternativa para lograr un constante ingreso económico, o simplemente como un complemento de este; no obstante, no todo el mundo cuenta con los papeles necesarios para llevar su emprendimiento de manera legal, por lo que el empleo informal es termina siendo una práctica bastante habitual en América Latina.

Afortunada y desafortunadamente para algunos, una de las razones por las que el empleo informal en América Latina existe es debido a que no es necesario pagar impuestos ante las debidas instituciones vinculadas al gobierno (en el caso de México el SAT), por lo que al final del día esto significaría un mayor ingreso; asimismo, este tipo de “empleos” no necesariamente brindan a los trabajadores un trato digno, con seguro social y demás prestaciones posibles (como bien lo puede ser una caja de ahorro y vales de despensa, por nombrar algunos), siendo otra “atractiva” idea para “ahorrar” y llevar a cabo esta práctica.

A pesar de esto, existe una amplia parte de la población que encuentra en el comercio informal una forma de solventar sus gastos indispensables, como comida, un hogar y demás cosas que implica una vida digna, pero habría que considerar ¿Qué tan bien o mal hace esto a la población? ¿Cómo hacer algo al respecto?

Diferentes empresas se encuentran integrando sus esfuerzos para mejorar la calidad de vida de las personas y apoyando sus pequeños ( o no tan pequeños) emprendimientos, como bien lo puede ser el Semillero Nutrisa o inclusive Belcorp, marcas que cuentan con algunas alternativas para impulsar la economía de mujeres y familias mexicanas mediante diferentes iniciativas.

El comercio informal es bastante común de ver en Latinoamérica, donde cada vez más empresas se unen para disminuir este en medida de lo posible y ayudar a la economía de las familias a nivel internacional.