La crisis del café en Centroamérica impulsa migración récord hacia el norte

08 de diciembre de 2021
Fuente: https://es.euronews.com/

EL LAUREL, Honduras/LA LAGUNETA, Guatemala, 8 dic – Los cuatro hijos de María Bonilla y Esteban Funes, entre ellos un menor de 10 años, se embarcaron en el traicionero viaje hacia el norte, prefiriendo la vida de un migrante sin papeles en Estados Unidos a la de un productor de café en Centroamérica.

“Si yo no tuviera a mi mamá, también me iría para Estados Unidos (…) aquí nadie es solvente”, dijo la mujer de 40 años, quien todavía está tratando de vencer las probabilidades y obtener ganancias de la finca de su familia en El Laurel, una aldea rural en el noreste de Honduras.

El café ya no es negocio para muchos de los cientos de miles de agricultores centroamericanos que producen los delicados granos arábica. Cada vez más, están tirando la toalla, convirtiéndose en parte de un flujo migratorio más amplio que buscar llegar a la frontera entre Estados Unidos y México y que, según cifras oficiales, ha llegado a un récord este año.

Francisca Hernández, de 48 años, contó a Reuters que alrededor de una décima parte de los 1,000 caficultores de su caserío La Laguneta, en el sur de Guatemala, había salido este año rumbo a Estados Unidos.

Entre ellos se encontraba su hijo de 23 años, quien fue detenido en México mientras intentaba llegar a la frontera sur de Estados Unidos, a pesar de haber pagado 10,000 dólares a un “coyote”, como se conoce a los contrabandistas de personas.

Finalmente cruzó la frontera en febrero de este año y ahora trabaja en un restaurante en Ohio y envía a casa alrededor de 300 dólares al mes.

Periódicamente han habido oleadas de migrantes desde Centroamérica mientras las fortunas fluctuaban en el sector del café, de los que dependen casi cinco millones de personas de la región para sobrevivir, el 10% de la población total, según cifras del Sistema de Integración Centroamericana (SICA).

Sin embargo, este año ha sido particularmente difícil, según entrevistas con una docena de agricultores de la región, los jefes de un instituto cafetero regional y tres nacionales, además de un ejecutivo de una asociación internacional del café que tiene su sede en Estados Unidos.

Agricultores que habían acumulado pérdidas y deudas durante varios años por la caída de los precios internacionales del grano y la pérdida de negocios por la sobreproducción en Brasil, ahora se han visto inundados por un devastador resurgimiento de la enfermedad de la roya.

El patógeno fúngico ha revivido por la intensa humedad traída por los huracanes Eta e Iota que golpearon Centroamérica a fines de 2020, destruyendo cultivos y desplazando a cientos de miles de personas.

“El PIB de los países centroamericanos depende del café. Cuando al café no le va bien, es cuando se ven grandes migraciones de Honduras, El Salvador, Guatemala, Nicaragua”, dijo René León-Gomez, secretario ejecutivo de Promecafé, una red regional de investigación formada por los institutos nacionales de café de Centroamérica.

El café representa el 5% de Producto Interno Bruto (PIB) de Honduras, el mayor exportador de la región.

La decisión de migrar es el último recurso, agregó el ejecutivo. Los caficultores centroamericanos han estado produciendo con pérdidas durante años. “Se están suicidando”, comentó León-Gomez.

HACIA EL NORTE

Las autoridades estadounidenses realizaron alrededor de 1.7 millones de detenciones en la frontera con México en el año fiscal que finalizó el 30 de septiembre, la mayor cantidad jamás registrada. La cifra fue el doble que en 2019 y más de cuatro veces la de 2020, en plena pandemia.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) no desglosa las cifras por tipo de trabajo, aunque los datos de migración más recientes proporcionados exclusivamente a Reuters por el Instituto Hondureño del Café (Ihcafe) dan alguna indicación de los números involucrados.

El instituto encuestó a 990 caficultores hondureños y encontró que en tres meses de gran migración en 2019 mayo, junio y julio el 5,4% respondió que al menos un miembro de su familia se había ido a Estados Unidos.

Si eso se repitiera en todo el sector cafetalero del país, el número de migrantes equivaldría a casi 6,000 en esos meses solamente; un 6% de todos los hondureños detenidos tratando de cruzar la frontera entre Estados Unidos y México durante ese período, según datos estadounidenses.

La encuesta no incluye familias enteras que migraron por lo que la cifra real podría ser mayor.

Las autoridades hondureñas no cuentan con cifras migratorias para este año, aunque los informes anecdóticos de los agricultores y las autoridades cafeteras de Centroamérica sugieren que una similar si es que no mayor proporción de los migrantes de este año son productores de café.

Bonilla dijo que casi todas las 55 familias caficultoras de El Laurel, en el estado Olancho, han visto migrar a miembros durante los últimos cuatro años, mientras que unas 10 familias enteras abandonaron por completo sus tierras para ir al norte.

Los datos estadounidenses no cubren a las personas que tienen éxito en cruzar la frontera ilegalmente.

Este grupo incluye al hijo de Hernández y a los cuatro hijos de Bonilla, que partieron hacia Estados Unidos a partir de 2018.

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