Digitalización de las infraestructuras un camino para cerrar las brechas de desarrollo en ALC
07 de diciembre de 2021
Fuente:
http://www.sela.org/en
La digitalización de América Latina y el Caribe se ha convertido en una prioridad para la región y todos los organismos que agrupan a estos países, tanto es así, que la misma forma parte de los tres ejes fundamentales en los que el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA) marcará su agenda para este 2022.
Pero, este tema no ha tomado valor tan solo en el SELA, sino también el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comunidad Andina de Fomento (CAF), que han trabajado arduamente para poder poner este tema sobre la mesa y brindarle a la región un mejor posicionamiento en esta área que le permita reducir las brechas que existen, que no sólo abarca el tema del Internet, conexiones y comunicación sino también todo un universo de posibilidades y desarrollo sostenible que permita reducir gastos y mejorar las condiciones de la zona.
La pandemia ha sido uno de los mejores aliados para este avance que ha tenido la región en estos últimos tiempos. La obligación de que muchos ciudadanos debieran quedarse laborando en casa, generaron mayores inversiones dedicadas a esta área, tanto en el sector público como en el privado, que dieron un gran impulso a la digitalización permitiendo acortar las brechas tecnológicas que, por mucho tiempo, han dividido a la población.
En el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y según datos del Banco Mundial, se observó que en Chile y Colombia alrededor del 60% de las pymes incrementaron su nivel de digitalización.
Para la CAF los países que han tenido los mayores avances en el sentido de la digitalización de la región son, hasta ahora, Chile, Costa Rica y Brasil.
El ultimo informe de Latin American Economic Outlook revela que en América Latina “tres de cada 10 personas no tiene acceso a Internet. Mientras que, el 81% de los hogares más ricos está conectado, solo el 38% de aquellos más pobres tiene conectividad. En zonas urbanas, un 67% de los hogares tiene conexión, pero en zonas rurales este número cae al 23%. Una de cada cuatro escuelas de la región carece de acceso a la red y aquellos estudiantes de hogares más pobres tienen seis veces menos probabilidades de tener internet en casa”.
Para mejorar estos números y lograr un mayor posicionamiento de la región en materia tecnológica y de conectividad el Centro de Estudios de Telecomunicaciones de América Latina, considera que se deben invertir unos 161 mil millones de dólares entre 2019 y 2025 para que los niveles de conectividad de economías tengan un ingreso alto, lo que supondría 61 mil millones de dólares por encima de las tendencias de gasto actuales.
Para el BID, el desarrollo de la digitalización, a través de avances en “eficiencia, el uso de las tecnologías digitales y otros aumentos relativamente menores podrían impulsar un crecimiento de 5,7 puntos porcentuales en los próximos 10 años en América Latina y el Caribe, lo que supone 325.000 millones de dólares en ingresos adicionales durante el decenio”.
“Las mejoras en la infraestructura reducirán la desigualdad y ayudarán a las poblaciones vulnerables que se han visto afectadas por la pandemia… La infraestructura será un componente crítico de la región para impulsar las economías y reducir las desigualdades tras la pandemia, los presupuestos serán restringidos, por lo que debemos invertir de manera inteligente y sostenible", admitió el economista jefe del BID, Eric Parrado.
En el SELA convertir a la digitalización en un vehículo para lograr mejores resultados económicos y sociales es una prioridad para los países de la región. En el marco de los retos regionales en este eje temático presente en el plan de trabajo del organismo, los esfuerzos del SELA estarán enfocados en el abordaje de dos programas de acción: Infraestructura y transformación digital.
Los principales retos identificados por el SELA para lograr un mayor despliegue de la infraestructura digital apuntan a despertar el interés del sector privado en obras con rentabilidad incierta, fomentar la cooperación regional e internacional para el aprovechamiento de oportunidades técnicas y financieras y generar esquemas eficientes para la colaboración público-privada.
Para la CAF esta realidad evidencia una oportunidad para América Latina y es que “la digitalización de las infraestructuras puede suponer un atajo para cerrar las brechas de desarrollo. O visto desde la otra óptica, pueden representar un rezago socioeconómico que la región no se puede permitir”.