Analiza la Cepal efectos ambientales de la pandemia

25 de octubre de 2021
Fuente: https://bit.ly/3vM2w1w

Pese al acelerado deterioro del ambiente y los ecosistemas del planeta, remediarlo aún no es una prioridad para la mayoría de los gobiernos, advirtió José Luis Samaniego, director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos de Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

Destacó que la pandemia de Covid-19 no mejoró las tendencias estructurales hacia la sostenibilidad en ningún país del área. Agregó que tan sólo durante la crisis sanitaria se generaron 585 millones de toneladas de residuos plásticos sanitarios en el mundo.

Ochenta y cinco por ciento de estos desechos, dijo, proviene de 35 naciones, cinco de ellas en América Latina, incluido México. A ello se suma un aumento acelerado de la motorización en grandes urbes, con el uso más frecuente de motocicletas, aseguró en conferencia, durante la mesa La salud de los ecosistemas, convocada por El Colegio Nacional.

Acompañado de los investigadores Julia Carabias y José Sarukhán, Samaniego destacó que los efectos del Covid-19, no sólo fueron sanitarios, sino también ambientales. Destacó que hay grandes urbes que no han recuperado el uso del transporte público reportado antes de la epidemia, por lo que “tienen altísimos niveles de motorización privada. Las soluciones se dejaron en manos del mercado, lo que creó el desfinanciamiento en los sistemas de movilidad pública y mayor motorización”.

Otro desafío, subrayó, es que el gasto en protección ambiental “sufrió un recorte de 35 por ciento desde 2016 a 2020, y bajó en la participación en los presupuestos públicos de 0.4 a 0.2 por ciento, y los principales casos de reducción del presupuesto público se produjeron en Colombia, México, Brasil, Argentina y El Salvador”.

A ello se suma, indicó, que al caer los ingresos familiares por la pandemia, también aumentaron los asentamientos informales en la región. Desde 2018, dijo, “se estima que 116 millones de la población latinoamericana (21 por ciento) vive en tugurios”, cifra que seguramente aceleró su incremento.