OIT: 5,9 millones en América Latina y el Caribe son trabajadores migrantes
14 de octubre de 2021
Fuente:
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La migración es un tema intrínsecamente vinculado con los mercados laborales. Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), entre 2017 y 2020 hubo un incremento del 3% de las personas que salieron de sus países en busca de oportunidades de trabajo en el mundo: de 164 a 169 millones.
Centroamérica no está exenta de esta situación. Varios de sus países, fuertemente marcados por falta de oportunidades, carencias de servicios esenciales y baja escolaridad, se enfrentan a grandes desafíos para contar con una migración segura, ordena y regular.
Desde esta perspectiva, el Consejo de Ministras y Ministros de Trabajo de Centroamérica y República Dominicana, con apoyo técnico de la OIT, llevó a cabo el 6 de octubre de 2021, un conversatorio enfocado en los abordajes de la migración laboral y movilidad, en el cual se dieron detalles de experiencias exitosas nacionales y binacionales.
En el marco de esta actividad, Manuela Tomei, directora del Departamento de Condiciones de Trabajo e Igualdad de la Sede Central de la OIT, en Ginebra, presentó un panorama de la situación de la migración laboral a escala mundial y regional para contextualizar las experiencias que posteriormente compartieron los países.
Este panorama muestra que 169 millones de personas son personas trabajadoras migrantes internacionales, constituyen el 4,9% de la fuerza de trabajo en el mundo y tres regiones son las que albergan a la mayor cantidad de migrantes, Europa, América del Norte y los Estados Árabes (un 22,1% por ciento se encuentran en Norteamérica).
“En Centroamérica y República Dominicana, en la última década el fenómeno migratorio se ha ido expandiendo en volumen, dinamismo y complejidad. Esto está estrechamente ligado al mundo del trabajo y la búsqueda de oportunidades laborales en condiciones decentes. A esto se suma el aumento de los flujos mixtos y de solicitantes de asilo y refugiados por crisis de diversa índole --como la provocada por el COVID-19-- y la vulnerabilidad al riesgo de eventos naturales como inundaciones, huracanes o sequías”, detalló Tomei.
Adicionalmente, en América Latina, la proporción de personas trabajadoras migrantes entre hombres y mujeres es de 58,5% y 41,5%, respectivamente; pero continúan siendo las mujeres las que enfrentan mayores obstáculos, tanto económicos como de otra índole: pueden sufrir discriminación por razones de género en el mercado de trabajo, además, carecen de conexiones sociales que les facilite conciliar la vida laboral y familiar en un país extranjero.
“En muchas regiones, las personas trabajadoras migrantes internacionales representan un porcentaje importante de la fuerza de trabajo, y efectúan una contribución crucial a la sociedad y a la economía de los países de destino, pues entre otras actividades realizan un trabajo esencial en sectores cruciales como la atención de la salud, el transporte, los servicios, la agricultura y la elaboración de alimentos; pero es frecuente que ocupen puestos temporales, informales o sin protección social”, añadió Tomei.
Por su parte el director regional de OIT para Américas, Vinicius Pinheiro, indicó que cerca de 1.650.000 personas que viven en Centroamérica y República Dominicana no lo hacen en el país en el que nacieron (según el International Migration 2020 Highlights de las Naciones Unidas).
“Estos flujos están estrechamente vinculados con el mundo del trabajo y la búsqueda de oportunidades de empleo en condiciones de trabajo decente. Es, por lo tanto, evidente que cualquier solución para promover una migración segura, ordenada y regular debe centrarse en las personas trabajadoras y las instituciones del mundo del trabajo y la necesidad de vincularlos con la creación de empleo y trabajo decente, derechos de las personas trabajadoras, protección social y diálogo social ampliado”, manifestó Pinheiro.
Iniciativas regionales para atender la migración
Como parte del conversatorio, jerarcas de los ministerios de Trabajo de la región mostraron el avance que han tenido con una serie de iniciativas dirigidas a atender la migración laboral para lograr que esta sea segura, ordenada y regular.
La viceministra de Trabajo de Costa Rica, Natalia Álvarez expuso sobre los acuerdos bilaterales entre Costa Rica y Panamá y entre Costa Rica y Nicaragua, en el establecimiento de un protocolo de intervención intrainstitucional de atención del ingreso de personas trabajadoras migrantes en las cosechas agrícolas.
Dado que las cosechas agrícolas requieren de un alto porcentaje de personas trabajadoras migrantes, sobre todo provenientes de la comarca indígena Ngäbe-Buglé, para su desarrollo exitoso y ante la situación sanitaria generada por el COVID-19 se establecieron medidas coordinadas para su ingreso, permanencia y retorno; que, con el establecimiento de una plataforma digital, permite documentar a quienes ingresan y hacer un monitoreo de su estado de salud.
Maritza Calderón, viceministra de Trabajo de El Salvador, fue enfática en que en su país trabajan para lograr la reducción de la migración irregular, crear condiciones propicias para que los salvadoreños puedan quedarse en su territorio, de tal forma que migrar no sea una obligación, sino una opción.
“Como medida implementamos el programa de migración laboral temporal hacia países donde se identifiquen oportunidades de empleo, damos un servicio público gratuito para evitar el tráfico y trata de personas e implementar mecanismos que nos permitan monitorear el desempeño y las condiciones laborales donde se insertan los hermanos salvadoreños”, apuntó Calderón.
En Guatemala, el ministro de Trabajo, Rafael Eugenio Rodríguez habló sobre el aumento en un 85%, entre 2020 y 2021 de los trabajadores colocados de manera temporal, regular y ordenada en empleos ofrecidos por Estados Unidos y Canadá, a fin de incrementar las oportunidades de trabajo para las personas guatemaltecas en el extranjero, de manera coordinada con las autoridades nacionales y que permitan garantizar el respeto de sus derechos laborales y humanos.
También comentó sobre otras dos iniciativas relacionadas con mejora en las condiciones de pago y estadía en empresas del Carnaval de Estados Unidos y las oportunidades para que enfermeras guatemaltecas ingresen a laborar en el sistema de salud alemán.
Para Honduras, Patricia Canales Aguilar, Directora General de Empleo detalló el proceso que realizan con el Programa de Trabajo temporal hacia Estados Unidos, Canadá y próximamente España; que tiene como objetivo disminuir el desempleo y brindar mayores oportunidades, para lo cual cuentan con un acuerdo bilateral que facilita la asistencia de las personas trabajadoras hondureñas para que gocen de las mejores condiciones.
En Nicaragua, la ministra de Trabajo Alba Luz Torres, explicó el proceso que llevan en un proyecto de Gestión Migratoria para personas trabajadoras temporales, en conjunto con Costa Rica y otro para la regular la contratación en el país vecino. De esta forma, se trabaja en procesos para regular y ordenar los flujos migratorios laborales con fines de empleo en los sectores agrícolas y construcción, para tutelar y garantizar el cumplimiento de sus derechos laborales en el país de destino.
El viceministro para Inspecciones del Ministerio de Trabajo de República Dominicana, Julián Mateo detalló sobre la puesta en marcha de una Mesa Interinstitucional de Migración Laboral en su país, para articular a todas las instituciones vinculadas con la temática, de manera que sea posible impulsar acciones para gestionar una migración laboral ordena, segura y regulada.
Para concluir, el Director a.i. de OIT para América Central, Haití, Panamá y República Dominicana, Leonardo Ferreira indicó que este intercambio es sólo una muestra de muchas acciones que impulsan los países de la región. Según sus palabras “Un intercambio que enriquece el quehacer, profundiza el saber y anima a proseguir para lograr una migración laboral cada vez más segura, ordenada y regular, y por supuesto, cada vez más humana”.