A menos de dos meses para la celebración de la COP26, la conferencia anual de la ONU sobre el clima que se celebrará en Glasgow del 1 al 12 de noviembre, el Secretario General de la ONU ensalzó este miércoles el “espíritu de cooperación multilateral” climática de las naciones del continente americano que asistieron al Diálogo de alto nivel sobre acción climática en las Américas.
Durante su discurso vía videoconferencia, António Guterres instó a los países asistentes al evento a actuar unidos con el objetivo de superar “el actual estancamiento” en materia medioambiental que sufre el planeta.
El titular de la ONU destacó la ambición que muestran muchos países de la región a la hora de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y el trabajo que desempeñan para adaptarse a las alteraciones del clima, al tiempo que combaten los efectos sociales y económicos de la pandemia del coronavirus.
Guterres abogó por defender “la arquitectura internacional” de financiación para el desarrollo que ha de “ofrecer opciones que vinculen la acción climática con la sostenibilidad de la deuda” para crear puestos de trabajo y mitigar “las dificultades” que causa ese endeudamiento.
Asimismo, les expresó “el pleno apoyo del sistema de la ONU para hacer frente a la triple amenaza del COVID-19, el cambio climático y la deuda” y destacó como “fundamental” alinear los paquetes de recuperación del coronavirus con el objetivo de limitar a 1,5ºC el aumento de la temperatura global y “promover la resiliencia frente a las consecuencias del cambio climático”.
Con la COP26 en el horizonte, el Secretario General destacó las tres principales áreas en las que los países deben centrar sus objetivos medioambientales: limitar la temperatura en 1,5ºC, lograr grandes avances en materia de adaptación y resiliencia y cumplimiento de la agenda solidaria por parte de los países desarrollados.
Los trabajadores de los sectores relacionados con los combustibles fósiles necesitan una “transición justa”
Con relación al primer objetivo señaló que estamos muy lejos de lograrlo y propuso eliminar el uso del carbón a más tardar el año 2030.
“Las naciones de América Latina y el Caribe, al igual que la mayoría de los países en desarrollo, necesitan apoyo para llevar a cabo una transición hacia las energías renovables y las economías resilientes”, declaró.
Entre estas medidas de soporte, pidió una “transición justa” para los trabajadores de los sectores relacionados con los combustibles fósiles y que se les proporcionen “alternativas dignas, cuenten con apoyo para la reconversión profesional y dispongan de redes de protección social”.
En materia de adaptación y resiliencia llamó a los donantes y a los bancos multilaterales de desarrollo a que destinen al menos el 50% de su apoyo al clima a este fin y recordó que actualmente los países en desarrollo necesitan 70.000 millones de dólares al año, una cifra que podría cuadruplicarse a finales de esta década.
Por último, recordó la necesidad de que los países desarrollados apoyen a los países en desarrollo en materia de vacunas, deuda y liquidez, así como en la financiación del clima.
“Necesitamos un plan creíble para cumplir el compromiso de 100.000 millones de dólares asumido hace más de una década. Lo necesitamos mucho antes de Glasgow, para restablecer la confianza”, resaltó.