Banco Central de Ecuador proyecta crecimiento de 2,8 por ciento

Según indicó el ente en un comunicado, tras la caída registrada el año pasado por un valor de 7,8 puntos, la expectativa es de un PIB de 68 mil 135 millones de dólares en valores constantes, indicó la institución.

Aclaró además que la cifra se da en cumplimiento del calendario estadístico y forma parte de la revisión a la previsión macroeconómica de 2021, publicada el 30 de noviembre del año anterior.

De acuerdo con el reporte, la proyección de este año consideró para su elaboración la base de información proporcionada por el Ministerio de Economía y Finanzas e incorporó otras fuentes del sector público y privado.

En su informe, el BCE precisó que en 2020 el precio promedio de exportación de crudo ecuatoriano se ubicó 35,62 dólares por barril, inferior en 19,7 dólares al valor de 2019, sin embargo, para 2021 se espera una recuperación del precio internacional del petróleo asociado a la alianza OPEP+.

Igualmente, señala una probable expansión en bienes de consumo (696,7 millones de dólares), materias primas (mil millones 280 mil), bienes de capital (866,7 millones) y combustibles y lubricantes (983,8 millones), todo eso como consecuencia del crecimiento en la actividad económica interna.

Por otra parte, se prevé una reactivación para este período de la principales economías mundiales: China y Estados Unidos, lo cual supone un impulso al aumento de la llegada de divisas a través de remesas del territorio norteño, así como también desde España e Italia.

El gasto del gobierno decrecerá en 0,03 por ciento frente al año anterior, debido, principalmente, al recorte en los rubros de salarios y la compra de bienes y servicios.

Sobre la Formación Bruta de Capital Fijo, la expectativa es de un alza del uno por ciento, asociado al incremento esperado de la inversión pública por 671,6 millones de dólares, que tendrá impacto en las importaciones de bienes de capital por 866,7 millones.

No obstante, el Banco alertó que las restricciones de movilidad tienen efectos de ralentización en la recuperación económica, particularmente en los servicios relacionados con el turismo, pese a los incentivos asociados a los gastos del sector, deducibles del pago del impuesto a la renta 2021.