Al menos dos personas fallecieron el pasado jueves frente a las costas de Venezuela cuando se hundió la embarcación en la que viajaban, informaron este lunes la Agencia de la ONU para los Refugiados y la Organización Internacional para las Migraciones que expresaron su consternación por la pérdida de vidas humanas.
Basándose en informaciones locales, se estima que en el barco que se dirigía a Trinidad y Tobago viajaban por lo menos 24 personas, entre ellas varios menores.
Un grupo indeterminado de embarcaciones comerciales venezolanas logró rescatar a siete personas y recuperar dos cuerpos. Al mismo tiempo, continúan las operaciones de salvamento para encontrar a otros posibles sobrevivientes entre los 15 venezolanos que continúan desaparecidos.
El representante especial conjunto de la Agencia y la Organización para los Refugiados y Migrantes de Venezuela, Eduardo Stein, lamentó que las aguas del Caribe se sigan cobrando víctimas de nacionales venezolanos.
“A medida que las condiciones en el país siguen deteriorándose, agravadas por la pandemia COVID-19, las personas venezolanas continúan emprendiendo viajes que ponen en peligro sus vidas”, afirmó.
El incidente ocurrido la semana pasada es el último de varios incidentes relacionados con el naufragio de embarcaciones que transportaban refugiados y migrantes venezolanos hacia islas del Caribe, el último del que se tenía noticia se produjo cerca de la ciudad venezolana de Guiria en diciembre del año pasado.
El cierre de fronteras terrestres y marítimas para disminuir la pandemia del coronavirus provoca que estos viajes se emprendan a través de rutas irregulares, aumentado los peligros, así como los riesgos de salud y protección.
Creación de vías regulares
“Los naufragios, las muertes trágicas al cruzar fronteras y el sufrimiento son evitables, pero solo si se moviliza una acción internacional inmediata y concertada para encontrar soluciones pragmáticas que pongan al frente de la respuesta el salvar vidas y la protección de los derechos humanos”, agregó Stein.
Como posible solución, Stein propuso “el establecimiento de vías regulares y seguras, a través de visas humanitarias y la reunificación familiar, así como la puesta en marcha de sistemas de acceso sensibles a la protección y mecanismos de recepción adecuados, pueden evitar la utilización de rutas irregulares, el tráfico y la trata”.
Ambas organizaciones reiteraron su disposición de brindar apoyo y experiencia técnica para explorar soluciones prácticas que brinden vías regulares y sostenibles, teniendo en cuenta las medidas de la COVID-19.
Según sus fuentes, hay más de cinco millones de personas refugiadas y migrantes venezolanas en todo el mundo, de las cuales unas 200.000 se encuentran acogidas en el Caribe.