OIT: 12 millones de mujeres vieron desaparecer sus empleos a causa de la pandemia en ALC
08 de marzo de 2021
Fuente:
https://andina.pe/
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que alrededor de 12 millones de mujeres salieron del mercado laboral en América Latina y el Caribe debido a la destrucción de los empleos por la crisis económica en un entorno de pandemia por el Covid-19.
Detalló que según los últimos datos disponibles en el 2020 la tasa de participación laboral de las mujeres experimentó una baja histórica de 5.4 puntos porcentuales (un retroceso 10.3%) llegando a un nivel de 46.4%.
Subrayó que la tasa de desocupación regional de las mujeres en el 2020 aumentó de 10.3% a 12.1%, por encima del promedio de desocupación general, que subió a 10.6%. Esto significó que aproximadamente 1.1 millones de mujeres se incorporaron al desempleo femenino.
“Esta crisis sin precedentes ha exacerbado las brechas de género en los mercados de trabajo de la región, sacando de la fuerza de trabajo a millones de mujeres y anulando avances anteriores. Hemos retrocedido más de una década en un año y ahora necesitamos recuperar esos empleos y pisar en el acelerador de la igualdad de género”, dijo el director de OIT para América Latina y el Caribe, Vinícius Pinheiro.
Pospandemia
Agregó que los planes de recuperación del mercado laboral tras la pandemia del covid-19 en América Latina y el Caribe deben incluir medidas especiales para favorecer la reincorporación laboral de las mujeres, que fueron especialmente golpeadas por una crisis causante de fuertes salidas de la fuerza de trabajo, desempleo y grandes demandas de cuidados no remunerados.
Refirió que antes de la pandemia la igualdad de género era una asignatura pendiente que desafiaba a los hacedores de políticas laborales a enfrentar sus raíces estructurales, aun cuando se habían registrado importantes avances durante décadas.
“Con la crisis actual han aparecido nuevas dimensiones que ensanchan las brechas”, dijo.
También destacó que la recuperación de la crisis en el trabajo debe desactivar la amplificación de desigualdades causada por el covid-19, si queremos lograr un crecimiento económico sostenible con empleos productivos y de calidad.
“En este Día Internacional de la Mujer es crucial reafirmar el compromiso para recobrar el terreno perdido durante la debacle económica y social en nuestros países”, agregó Vinícius Pinheiro.
Refirió que el retroceso en la participación laboral de las mujeres se produjo después de décadas durante las cuales se había registrado un aumento constante en su incorporación al empleo remunerado.
De acuerdo con los datos del Panorama Laboral de la OIT, hace más de 15 años que no se registraba una tasa tan baja de participación de las mujeres.
“En total, alrededor de 25 millones de mujeres están desempleadas o se encuentran fuera de la fuerza de trabajo en este momento”, dijo.
Sectores más impactados
Las mujeres además han sido afectadas en el mercado de trabajo por su mayor presencia en sectores económicos fuertemente afectados por esta crisis como, por ejemplo, los servicios, donde se desempeña cerca del 50% de la fuerza laboral femenina, y de comercio, con 26%.
De acuerdo con el último Panorama Laboral de América Latina y el Caribe de la OIT, la contracción del empleo en 2020 fue particularmente importante en sectores de servicios como hoteles (-17.6%) y comercio (-12%).
A ello se le suma la mayor incidencia de ocupaciones informales que fueron particularmente golpeadas por la crisis en el empleo femenino.
Otro factor que afectó y, más aún, puede condicionar las perspectivas de recuperación del empleo de las mujeres son las crecientes dificultades de conciliar el trabajo remunerado con las responsabilidades familiares, en un contexto en donde los servicios educativos y de cuidado se han visto profundamente alterados de la mano de las medidas sanitarias para el distanciamiento y reducción de la movilidad de las personas.
Aumento del trabajo en domicilio
Por su parte, la especialista regional de empleo de la OIT, Roxana Maurizio dijo que la pandemia, por un lado, puso en evidencia la importancia vital de estas tareas. Por otro lado, agudizó aún más las tensiones en materia de conciliación entre el trabajo para el mercado y las responsabilidades familiares.
“A todo esto hay que sumar el aumento del teletrabajo y del trabajo en el domicilio en un contexto de cierre o suspensión de los espacios de cuidado asociado con las medidas de confinamiento y de distanciamiento físico”, comentó.
Según la OIT las consecuencias pueden extenderse más allá de la crisis sanitaria si no se genera el debido soporte de los sistemas públicos de cuidados (enfermos, ancianos, niños) y el sistema escolar presencial, que faciliten el retorno de las mujeres al mercado laboral.
A su vez, mencionó que el significativo incremento en la subutilización de la fuerza de trabajo durante el 2020 puede también generar mayores dificultades para su reinserción laboral en el futuro. Por ende, la crisis económica regional puede incluso tener impactos más permanentes si no se implementan respuestas de política sociolaboral pertinentes.
“No sólo se requieren políticas que incluyan a las mujeres, sino políticas de recuperación del empleo y los mercados laborales que desde su diseño e implementación tengan una perspectiva de género de modo tal de no reproducir las dificultades que ellas enfrentan para insertarse y permanecer en el mercado de trabajo”, comentó Maurizio.
Los institutos y sistemas de formación profesional pueden tener un rol importante en impulsar la participación de las mujeres en ocupaciones no tradicionales para ellas, pero de mayor futuro y productividad.
También es importante crear una ruta formativa para las mujeres con bajos niveles educativos que han sufrido mucho más el impacto de la crisis y cerrar las brechas digitales entre hombres y mujeres para asegurar su participación, aseveró.
Maurizio agregó que el desafío va más allá de recuperar las fuertes pérdidas en materia laboral ocurridas como consecuencia de la pandemia.
“Se requiere apuntalar, aún con más fuerza que antes, un proceso que asegure a las mujeres mayores oportunidades de empleo de calidad, formación y acceso a las nuevas tecnologías, reducción de brechas y el pleno cumplimiento de los derechos laborales”.
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