El Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial y el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) cuentan con recursos para apoyar a América Latina y el Caribe para la recuperación tras el choque por la Covid-19.
Pero advierten que los fondeos estarán sujetos a un anclaje fiscal, transparencia en el ejercicio del gasto y reducción de la corrupción.
El presidente del BID, Mauricio Claver-Carone estimó que nada más para tratar de resolver el problema de salud que está generando la Covid-19 en los países de la región, se requieren US$ 150.000 millones.
Por separado, al participar en la última sesión del Foro de Davos, funcionarios del más alto nivel de los organismos expusieron la urgencia de la situación sanitaria que prevalece en la región, y consignaron que la pandemia se da en un contexto de problemas de gobernanza y corrupción, lo que limita el apoyo popular al endeudamiento que se requiere para salir adelante.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) es la principal fuente de financiamiento para los países de América Latina y el Caribe y en el año 2020, en plena emergencia sanitaria, desplegó apoyos cercanos a los US$ 22.000 millones.
El Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI Alejandro Werner, afirmó que los países de la región tienen dos vías para conseguir el fondeo para la recuperación económica: El mercado con la amplia liquidez que prevalece, y el apoyo público de los organismos internacionales.
Para acceder a ambas fuentes, los países deben “mandar señales muy claras de anclas fiscales de mediano plazo”, comentó.
“Que la gente sepa que el endeudamiento se utilizará dentro de un marco de racionalidad fiscal para proyectos altamente rentables desde el punto de vista social”, dijo.
El funcionario fue cuestionado para utilizar como en 2009, los Derechos Especiales de Giro para apoyar a los países en la emergencia. Comentó que sería viable, pero es una decisión que se debe someter a votación de la membresía. Y ahora, lo que prevalece es la urgencia del fondeo.
Para andar por el segundo camino, el de la recuperación, propuso enfocarse a cinco temas: integración regional, economía digital, apoyo a pequeñas y medianas empresas, alivio y atención al cambio climático e igualdad de género.
La clave estará en ver cuánto se invierte, cómo se invierte y dónde se invierte.
BID, criterio de gobernanza
Mauricio Claver-Carone, presidente del BID explicó en su oportunidad que el Congreso de Estados Unidos analiza actualmente una iniciativa bipartidista para otorgar una capitalización por US$ 80.000 millones al BID.
El funcionario planteó que para el mejor ejercicio de estos recursos se tiene que fortalecer la gobernanza y el control de la corrupción y mejorar la rendición de cuentas en el ejercicio del gasto público regional.
El BID es la principal fuente de financiamiento para los países de América Latina y el Caribe y en el año 2020, en plena emergencia sanitaria, desplegó apoyos cercanos a los US$ 22.000 millones.
“Una propuesta que de avanzar como se espera se convertirá en un Plan Marshall para la región”, aseguró.
El Plan Marshal fue una iniciativa de Estados Unidos para otorgar ayuda técnica y administrativas a los países de Europa del Este, para recuperarse de la destrucción provocada por la Segunda Guerra Mundial.
CAF y Banco Mundial fondos y acompañamiento
En la misma sesión, el vicepresidente del CAF, Pablo Sanguinetti, matizó que el Plan Marshall se echó a andar para la reconstrucción tras una guerra. Y aquí en la región, ahora mismo, la pandemia no ha terminado.
De manera que la participación de los organismos internacionales debe dividirse en dos frentes: Uno, atender la emergencia que prevalece, y el otro, diseñar la reconstrucción y apoyar en la mejor distribución de fondos para la recuperación.
Propuso como en el caso del BID, un aumento de la capitalización del CAF, por parte de países avanzados como Estados Unidos, China y Corea. Podemos ser exitosos en nuevos fondos y los países deben generar políticas capaces de gestionar los nuevos fondos por lo que es importante el apoyo que puedan dar en asesoría técnica a los países para distribuirlos.
El vicepresidente del Banco Mundial para América Latina, Carlos Felipe Jaramillo, dijo que sería “maravilloso que lleguen los recursos” a la región, pero que se tiene que plantear en qué los van a utilizar.
Centró su atención hacia el crecimiento verde y el tema digital, este último ha evidenciado la importante desigualdad en que están educándose los niños y jóvenes en medio de la pandemia y el distanciamiento social, y cómo ha afectado a los trabajadores.
Ambos funcionarios, del CAF y Banco Mundial, aseguraron que lo más reactivante para la economía regional, será precisamente salir de la pandemia.
Y todos pusieron en el centro, dirigir los apoyos a las pymes y hogares más vulnerables.