La semana pasada, la cámara de comercio internacional de Brasil, Camex, decidió no renovar el pacto de 1975 y permitir que las cargas sean transportadas por barcos de cualquier bandera, citando la necesidad de una mayor competencia.
El acuerdo otorgaba exclusividad a dos compañías propiedad de grupos navieros alemanes, la filial chilena de Hapag Lloyd AG y la unidad brasileña de Hamburg Sud, que fue adquirida este año por Maersk Line, la mayor compañía de transporte de contenedores del mundo y una unidad de A.P. Moller-Maersk.
"Si esto entra en vigor y en el momento en que lo haga, aumentará la cantidad de compañías navieras que operen entre Brasil y Chile", dijo el encargado de comercio internacional de CNI, Diego Bonomo, en una entrevista telefónica.
Camex también extendió a un año desde un mes la validez de las exenciones para los buques Ro-Ro (roll-on roll-off), que transportan cargamento con ruedas, debido a la falta de tales navíos en ambos países y la necesidad de enviar vehículos y productos del papel.
"Si esto entra en vigor y en el momento en que lo haga, aumentará la cantidad de compañías navieras que operen entre Brasil y Chile", dijo el encargado de comercio internacional de CNI, Diego Bonomo, en una entrevista telefónica.
Un estudio del grupo de expertos en economía IPEA determinó que el acuerdo marítimo aumentaba el costo final de los productos en un 5%, incluidos los alimentos, artículos eléctricos y equipamiento industrial de Brasil y las exportaciones de cobre y vinos de Chile.
Bonomo advirtió, sin embargo, que la Camex sólo decidió que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil debería enviar una nota diplomática para informar a Chile que el acuerdo no sería renovado en 2020, fecha en la que habrá otro gobierno brasileño en funciones y podría revertir la decisión.
"Necesitamos una mayor certidumbre legal de que esto ocurrirá", afirmó.