Según el Índice de Crédito al Consumo de El Observador (ICC-EO), el financiamiento vigente contraído por las familias en la totalidad del sistema financiero se redujo 1,5% en mayo medido en pesos constantes –una vez descontado el efecto de la inflación– respecto a igual mes del año pasado. De esta manera, el indicador acumula seis meses consecutivos de contracción interanual, desde diciembre del año pasado.
El indicador se nutre de información bruta del Banco Central (BCU) e incluye el financiamiento vigente a las familias –excluidos los préstamos hipotecarios y automotores–, otorgados por bancos públicos y privados, casas financieras, cooperativas y administradoras de crédito de más de 200 mil unidades reajustables –unos US$ 7 millones–.
La aceleración económica durante el primer trimestre vino acompañada por un crecimiento del consumo en igual magnitud (4,3%). De esta manera, el gasto final de los hogares volvió a recuperar empuje luego de un tímido desempeño en el último año y medio. Esa expansión no estuvo basada en crédito sino, por el contrario, se vio acompañada por un proceso de desendeudamiento de las familias, en especial con el sistema bancario.
El salario real de los trabajadores acumula un incremento de 3,5% en los 12 meses a mayo, impulsado principalmente por una importante moderación de la inflación, que en un escenario de aumentos salariales pautados en términos nominales con expectativas de subas de precios más pronunciadas, permite una mejora del poder de compra. La baja del volumen de crédito vigente al consumo puede interpretarse a la luz de las tendencias que muestran los indicadores de confianza de los consumidores. El sondeo que realiza la Cátedra Sura de la Universidad Católica y Equipos Consultores, muestra una fuerte reticencia de los uruguayos a abandonar la zona de "moderado pesimismo" y retornar a la de "moderado optimismo". Eso demuestra que todavía los consumidores ven con cierto recelo su porvenir económico, lo que desalienta decisiones de toma de financiamiento.
Agentes. El Banco República, que acapara 53% del mercado del crédito al consumo, fue el principal afectado por la caída del financiamiento a las familias. Según los datos del BCU procesados por El Observador, contrajo 4,1% interanual su cartera en este segmento en mayo. Por su parte, los bancos privados aumentaron 2,2% sus colocaciones en pesos constantes, lo que implicó un segundo mes consecutivo de aumento luego de 14 meses seguidos de contracción interanual.
En tanto, las administradoras de crédito aumentaron 1,5% el crédito vigente al consumo. Esto se dio luego de una caída de 0,7% en abril, muy puntual, luego de ocho meses de expansión a ritmo sostenido.