“Si un mexicano vende un aguacate a 100 pesos (US$4,7), cuando se introduzca a Estados Unidos va a costar 120 pesos (US$5,7). Este dinero no lo paga el mexicano, sino el importador estadounidense. Entonces es ilógico que Trump diga que, con este impuesto, los mexicanos pagarán el muro, porque en realidad serán los estadounidenses”, explicó Nora Morales, experta en temas fiscales de la agencia EY.
Refirió que el impacto para México podría ser que otros países decidan venderle a Estados Unidos productos similares, pero a un precio más bajo, lo que también tendría un impacto en menores exportaciones mexicanas. “Guatemala podría venderles a 90 pesos (US$4,3) el aguacate, pero aun así, si se le aplica el impuesto fronterizo, los que terminan pagando este impuesto son los estadounidenses”.
Víctor Keller, director general de la firma de asesoría fiscal Grupo KMC, consideró difícil la aplicación del impuesto de ajuste fronterizo, ya que muchos de los insumos que necesitan empresas ubicadas en Estados Unidos para la fabricación de su producto final —como las compañías automotrices— son provenientes de México, situación que sin duda encarecerá su producto.
Comentó que hoy en día abundan en las tiendas de Estados Unidos productos fabricados en México, incluyendo las tiendas de ropa Donald J. Trump; y que será a éstas a las que pegará dicho arancel y no a los mexicanos, como asegura el presidente de Estados Unidos,.
Manuel Toledo coincidió en que Estados Unidos tiene que respetar las reglas de esta regulación internacional y dijo que “lo expresado por el señor Trump se traduce en intenciones, pero realmente falta toda la formalidad que el asunto requiere; (aun así) este impuesto afectaría más a las empresas instaladas en el país vecino del norte”.
Empresarios desconocen cómo se aplicará impuesto.
Manuel Toledo, presidente de la Comisión Fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México, aseguró que, como se ha planteado el BAT, las empresas instaladas en Estados Unidos desconocen cómo deberán pagar este arancel al momento de hacer el pedimento de importación.
“Aún se está maquinando cómo se cobraría este impuesto, pues hasta ahora Trump no ha entregado una propuesta de ley de este arancel para poder interpretarlo (...) La única manera en que el BAT impacte en la economía mexicana sería que las empresas de Estados Unidos decidieran ya no comprar más productos a México porque tienen un mayor costo de adquisición”.
Añadió que otra consecuencia sería que las empresas estadounidenses busquen trasladar este costo a las empresas mexicanas, es decir, que se solicite un descuento al precio del producto para que el BAT no incremente sus costos.
Morales recordó que Trump también propuso un impuesto para aquellas empresas estadounidenses que busquen generar sus productos en países emergentes como México, donde el costo de producción es más barato.
Detalló que la idea de este impuesto es que si los consumidores compran productos hechos en Estados Unidos podrán deducir los impuestos que se cobran por ese producto, pero si es un producto importado, no habrá deducción.
“Este impuesto también es de 20%, y en cualquiera de las dos medidas que sean aprobadas por el Congreso de Estados Unidos, lo que México tendría que hacer es meter una denuncia a la Organización Mundial del Comercio por recibir un tratamiento discriminatorio y por violar las reglas del organismo”.
A la espera del congreso
Keller Kaplanska aseguró que, para aplicar los impuestos que propone Trump, primero será necesario que Estados Unidos salga del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y de la Organización Mundial del Comercio, pues de no hacerlo estaría violando el principal objetivo del organismo y del TLCAN, que es el libre comercio sin impuestos.
“En caso de que Estados Unidos pretenda salirse del TLCAN deberán transcurrir seis meses para que se dé por finiquitada la relación; además de que esta decisión también depende de la aprobación de su Congreso”, expuso.
Manuel Toledo coincidió en que Estados Unidos tiene que respetar las reglas de esta regulación internacional y dijo que “lo expresado por el señor Trump se traduce en intenciones, pero realmente falta toda la formalidad que el asunto requiere; (aun así) este impuesto afectaría más a las empresas instaladas en el país vecino del norte”.
Una propuesta de antaño
* Aplicar un impuesto de 20% a las importaciones no es una propuesta nueva. Trump la mencionó en su campaña en el esquema de lo que se conoce como un impuesto de ajuste fronterizo (BAT, por su sigla en inglés).
* Los republicanos en el Congreso han pugnado por algo similar desde hace tiempo. Ellos proponen sustituir el actual impuesto corporativo de 35% (impuesto al ingreso) por uno sobre el flujo de efectivo basado por destino (destination-based cash-flow tax -DBCFT-) a 20% (algo parecido al IETU en México). Este gravamen es complementado con un impuesto BAT que exenta a las exportaciones y prohíbe deducciones en las importaciones.
* La idea original era desalentar las importaciones e incentivar exportaciones en busca de regresar producción y empleo a EU.
* El artículo 2103 del TLCAN limita la implementación de nuevos impuestos que resulten ineficientes o que discriminen arbitrariamente entre bienes de los países firmantes.