La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) indicó que alrededor de 360 millones de personas (58%) viven con sobrepeso en Latinoamérica. Las mayores tasas se encuentran en Bahamas, México y Chile.
"La obesidad y el sobrepeso han crecido a lo largo de América Latina y el Caribe como si se tratara de una epidemia, amenazando la salud, el bienestar y la seguridad alimentaria y nutricional de millones de personas", dijo Eve Crowley, representante de la FAO para la región.
La obesidad afecta a 140 millones de personas, especialmente a todos los países del Caribe, destacó la entidad en el informe Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2016.
Sin importar su condición económica, étnica o lugar de residencia, la FAO reparó en que en los últimos 20 años ha tenido lugar un rápido incremento del sobrepeso y obesidad en la población, aunque el riesgo es mayor en zonas y países importadores netos de alimentos donde se consume más comida procesada.
El organismo puso énfasis en que la situación es particularmente grave para las mujeres, ya que en más de 20 países, la tasa de obesidad femenina es 10 puntos porcentuales mayor que la de los hombres.
Un factor determinante que explica el alza de la obesidad y el sobrepeso ha sido el cambio en los patrones de alimentación de la región impulsado por el crecimiento económico de las últimas décadas, el aumento de la urbanización, mayores ingresos y la integración de la región en los mercados internacionales.
"(Esto) redujo el consumo de comidas tradicionales basadas en cereales, leguminosas, frutas y verduras frescas, y aumentó el consumo de productos ultra procesados, con alta cantidad de azúcares, sal y grasas", dijo Crowley.
La FAO destacó que el impacto de la malnutrición ha sido considerable en los niños: 3,9 millones de menores de cinco años tienen sobrepeso en la región, de los cuales 2,5 millones residen en Sudamérica.
El organismo enfatizó que el sobrepeso y la obesidad se combaten con planes gubernamentales que fomenten el consumo de alimentos frescos, sanos, nutritivos. Esto se complementa con educación nutricional, impuestos a bebidas azucaradas y leyes de etiquetados sobre la composición de los alimentos.
Como contrapartida, la malnutrición se ha reducido significativamente a 5,5% en la región, aunque Haití posee la prevalencia más alta del planeta: 53,4% de su población. Además, la desnutrición infantil cayó a 11,3%.
"Aunque el hambre ha disminuido, no se ha erradicado. Aún existen 34 millones de personas que no pueden acceder a los alimentos (...) lo que significa que la región se enfrenta a una doble carga de malnutrición", dijo Crowley.