Regulaciones más estrictas contra el lavado de dinero y el fraude han llevado a instituciones financieras globales a cortar sus vínculos con los denominados bancos intermediarios o corresponsales en países percibidos como menos estables. El Caribe es la región del mundo más afectada por este proceso.
Un sondeo del Banco Mundial a 20 instituciones financieras internacionales el año pasado mostró que 15 de ellas habían recortado la cantidad de relaciones con bancos corresponsales, que se emplean para transacciones internacionales como el envío de remesas.
Como resultado, los líderes empresarios de países como Jamaica enfrentan incertidumbre, y algunos temen depender de acuerdos financieros a largo plazo en momentos de cambios diarios, dijo en una entrevista el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Jorge Familiar.
"Si alguno de estos riesgos se concreta y una empresa pierde su intermediación bancaria de un día para el otro, responder a eso tendría costos muy importantes relacionados con las transacciones pendientes que no puedan realizarse", añadió.
Estados Unidos, que posee lazos comerciales muy estrechos con muchos países del Caribe, tiene la mayor cantidad de bancos que terminaron la relación con sus corresponsales, de acuerdo a un reporte del Banco Mundial publicado el año pasado.
"En algunos países, los problemas han sido bastante serios hasta el punto en que hay problemas en términos de envíos de remesas (...) Esto tiene un efecto muy importante sobre el costo de hacer negocios", dijo Familiar. Cortar las remesas personales podría tener consecuencias severas en un país como Jamaica, donde en 2014 representaron un 16,3 por ciento del PIB.
En abril, el Banco Nacional de Panamá (Banconal) dijo que evaluaría abrir una entidad corresponsal en Nueva York. Más de 20 cuentas en bancos corresponsales panameños fueron canceladas desde que Panamá fue colocado en 2014 en una "lista gris" de países por el organismo internacional contra el lavado de dinero con sede en París conocido como FATF.