Pareciera conjuntarse una especie de tormenta perfecta”
Es tal el deterioro y la falta de coordinación e integración de políticas en cada uno de los países que por su efecto, la economía global podría contraerse en casi 4% en un periodo de cinco años, puntualiza José Vinals, consejero financiero del FMI.
En el segundo día de trabajos de la Reunión de Primavera del FMI y el Banco Mundial Vinals consideró que dos elementos empeorarían aún más la confianza.
La primera, la eventual salida de Gran Bretaña de la zona euro por el cuestionamiento hacia la calidad de la Citi de Londres como hubb financiero.
Y segundo, porque es y será un elemento que aumente la incertidumbre financiera y sus efectos en la medida en que se acerque la fecha del referéndum de junio.
En caso de ocurrir se pondrá atención en el tipo de arreglo que detallarían el país y la región comunitaria, para continuar o transitar sus estrechos lazos financieros y económicos.
¿Qué se puede hacer?
En este contexto, el FMI urgió a los países a usar la política fiscal, pues a pesar de lo “impopular que resulte” elevar impuestos, reducir gastos y fortalecer la transparencia y buena ejecución del gasto público, es la única forma que tienen los países de preservar la capacidad de respuesta del Estado, y al mismo tiempo, generar condiciones que les permitan enfrentar estos episodios de volatilidad que se repetirán, sin duda, cuando suban las tasas o se eliminen las tasas negativas que no pueden durar por siempre.
Vitor Caspar, director del Departamento Fiscal del FMI, consideró que dentro de cinco años, al ritmo actual, el déficit acumulado de los países de medio este y norte de África productores de petróleo, habrían acumulado 2 trillones de dólares, en comparación con el periodo 2004-2005.
Donde el efecto de la contracción de ingresos petroleros o de materias primas ha tenido más impacto en crecimiento de deuda pública es en Arabia Saudita y Brasil; han sido revisadas al alza en más de 10 puntos porcentuales tanto para 2016 como para 2017, 15,5% y 24,2% en el caso del país árabe y 10.1% y al 15,2% en el caso de Brasil.
En mercados emergentes la deuda pública bruta alcanza más del 50% del PIB, más de 10 puntos de diferencia sobre lo anticipado ante los bajos precios de materias primas.