“El Niño” obliga al agro a tomar medidas de prevención y gestión de riesgos

18 de diciembre de 2015
Fuente: Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA)

Los pronósticos indican que el evento climático se perfila como fuerte y con una permanencia que se extendería hasta el 2016.

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El Niño ha afectado en el sector productivo, social y ambiental. En ALC, por ejemplo, entre 1997-1998 el fenómeno generó pérdidas del 50% en algunas actividades agrícolas y pecuarias, aunado a los daños en infraestructura de transporte, electricidad y agua. Créditos. IICA.

San José, (IICA). El fuerte y prolongado fenómeno de “El Niño”, que afecta a América Latina y el Caribe (ALC) desde inicios del 2014 ha impactado, e impactará aún más, los sectores productivo, social y ambiental de varios países de la región.

Aunque el fenómeno no tendrá el mismo impacto en todas las naciones de ALC, ni en todos los cultivos dentro de un mismo país, expertos coinciden en que la única vía para anticipar, prevenir y mitigar sus impactos es integrar la gestión de riesgos en la planificación agrícola, solo de esta manera se logrará una agricultura con mayor resiliencia ante eventos climáticos extremos.

Estas conclusiones se desprenden del más reciente boletín técnico elaborado por especialistas del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), en el cual se analiza el impacto de El Niño en el sector agrícola de ALC, con el objetivo de apoyar a tomadores de decisión en el diseño de instrumentos y estrategias para enfrentarlo.

El boletín fue elaborado bajo la coordinación técnica de Hugo Chavaría, especialista en Análisis Cuantitativo y Sectorial del Centro de Análisis Estratégico para la Agricultura (CAESPA) del IICA, con aportes de más de 12 especialistas del Instituto.

Mientras que en Centroamérica, México, el Caribe y algunos territorios de América del Sur se prevén fuertes sequías hidrológicas, meteorológicas y agrícolas que generarán importantes pérdidas en granos básicos, frutas y ganadería (sobre todo en el Corredor Seco Centroamericano), en naciones andinas y del sur del continente El Niño podría mejorar los rendimientos agrícolas, debido al incremento esperado en las lluvias.

“Aunque algunos países han desarrollado proyectos y estrategias para la mitigación del impacto del fenómeno en la agricultura es fundamental construir estrategias de largo plazo, que además de la mitigación contemplen la adaptación y transferencia de riesgos climáticos”, comentó el especialista en Políticas y Análisis Sectorial del IICA y coautor de la publicación, Joaquín Arias.

Entre las recomendaciones del boletín, sobresale la importancia de avanzar en la construcción de estrategias integrales de gestión de riesgos (sobre todo en la agricultura familiar), fortalecer los sistemas de monitoreo y de alerta temprana y promover la innovación para mejorar la resiliencia de la agricultura y la gestión de los recursos naturales.

De acuerdo con la especialista en Agricultura y Cambio Climático del IICA y coautora del documento, Kelly Witkowski, las actuales manifestaciones de El Niño en las Américas son un ensayo de lo que la región podría experimentar en pocos años con el incremento del impacto del cambio climático.

Con ella coincidió el Representante del IICA en Brasil y coautor del documento, Manuel Otero. “La toma de acciones reactivas que se anticipen a los impactos de El Niño solo será posible si se mejora el monitoreo climático y se utiliza la información resultante para desarrollar, en conjunto con la sociedad, acciones de respuesta a los diversos efectos y consecuencias del fenómeno”, dijo. 

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Expertos coinciden en que la única vía para anticipar, prevenir y mitigar sus impactos es integrar la gestión de riesgos en la planificación agrícola. Créditos: IICA.

A través de la historia, El Niño ha afectado en el sector productivo, social y ambiental. En ALC, por ejemplo, entre 1997-1998 el fenómeno generó pérdidas del 50% en algunas actividades agrícolas y pecuarias, aunado a los daños en infraestructura de transporte, electricidad y agua. La situación conllevó al incrementó de los costos de producción.

De acuerdo con Chavarría, existen impactos significativos en algunos de los principales productores agrícolas a nivel mundial, lo cual podría desestabilizar los mercados mundiales de alimentos.

“Un potencial incremento en los precios internacionales de los commodities podría generar presiones al alza en los precios locales, afectando a las poblaciones de menores recursos que destinan un mayor porcentaje de su ingreso a la compra de alimentos”, dijo.

Chavarría explicó que, según evidencia recolectada desde 1960, los fenómenos de El Niño han generado un aumento en los precios en diez commodities agrícolas. Los incrementos han variado desde el 23,7 % para los contratos de soja, hasta el 5,1 % para el ganado.