La extraterritorialidad del embargo de EEUU a Cuba irrita a Europa

13 de mayo de 2015
Fuente: Publicado por ElNuevoHerald.com, EEUU
La Habana, 13 de mayo de 2015 (AFP).- A medida que avanza la apertura de Cuba, las voces se multiplican en Europa para que Washington ponga fin al embargo, una sanción que genera incertidumbre entre los empresarios e irrita al más alto nivel político en las capitales europeas.

La última expresión de esta “irritación” europea, como la califican altas fuentes comunitarias en Bruselas, fue del presidente francés, François Hollande, en su histórica visita a Cuba.

“Ustedes saben que siempre ha sido la posición de Francia el levantamiento del embargo que traba el desarrollo de Cuba”, expresó Hollande en un discurso en la Universidad de La Habana en la primera visita de un presidente francés desde la independencia de Cuba en 1898.

El embargo de Estados Unidos a la isla fue decretado por el presidente John F. Kennedy el 3 febrero de 1962 y reforzado luego por diferentes leyes, entre ellas la conocida como Helms-Burton de 1996.

A pesar del fuerte rechazo internacional, esta última ley le otorga al bloqueo estadounidense un alcance extraterritorial, en particular por una de sus disposiciones que prevé sanciones a las personas o compañías de terceros países que “trafiquen” con propiedades norteamericanas que hayan sido confiscadas en Cuba.

La UE considera esta ley como contraria a los compromisos de Estados Unidos en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

“Hay preocupación e irritación en la UE”, reconoció una alta fuente del servicio diplomático comunitario.

Existe “un entendimiento entre la UE y EEUU. Estados Unidos no debe aplicar la Helms-Burton a la UE”, recordó en referencia al acuerdo alcanzado en 1997 por el cual la UE renunciaba a denunciar a Washington en la OMC a cambio de que se exceptúe a las empresas europeas de esta disposición.

“Pero en los últimos dos años vimos una serie de casos en que se iniciaron demandas contra actores europeos”, añadió.

El caso más emblemático, y reciente, es la sanción impuesta el año pasado al primer banco francés BNP Paribas por sus transacciones con la isla, así como con Sudán e Irán. El banco aceptó pagar una multa de 8,900 millones de dólares para evitar juicios penales en Estados Unidos.

Esta sanción fue considerada por el gobierno cubano como un “atropello” al derecho internacional. Se trató de la mayor multa “en toda la historia por violaciones del bloqueo a Cuba”.

En 2012 el banco holandés ING fue multado y en 2013 el italiano Intesa Sanpaolo. En los últimos años, 38 compañías y bancos extranjeros fueron multados en Estados Unidos por realizar operaciones con Cuba, por un total que supera los 11,000 millones de dólares.

“Hay un punto en nuestra relación con Estados Unidos que tiene impacto en nuestras relaciones con Cuba. Uno de los puntos de divergencias es la ley Helms-Burton”, explicó una alta fuente comunitaria.

En la UE aseguran que hablan “frecuentemente con Estados Unidos” de este tema.

“Sabemos que la extraterritorialidad de las leyes genera dificultades”, dijo en Washington Luis Miranda, ex asesor de la Casa Blanca en el primer gobierno del presidente estadounidense Barack Obama.

Al frente de Engage Cuba, Miranda impulsa el lobby en el Congreso estadounidense para que ponga fin al embargo con la “preocupación fundamental” de “apoyar a las empresas estadounidenses a librarse de trabas que claramente no funcionan”.

El embargo a Cuba constituye el principal obstáculo al comercio y la inversión en la isla, tanto para compañías estadounidenses como europeas en un mercado “virgen” de once millones de habitantes, y sólo puede ser eliminado por el Congreso de Estados Unidos.

En Bruselas creen que una vez decidido, desenmarañar más de medio siglo de leyes contra Cuba “irá rápido”, aunque en la carrera por el mercado cubano esto constituya un arma de doble filo.

El deshielo entre La Habana y Washington abrió una verdadera carrera para conquistar ese mercado. En Europa se ufanan que sus empresas están bien implantadas en Cuba, y esto desde hace años.

La UE es el mayor inversor externo de la isla, pero, consciente de cómo avanza Estados Unidos con Cuba, la UE quiere acelerar su proceso de normalización, aunque el resultado para sus empresas sea incierto. Con resignación, un embajador de un pequeño país del bloque europeo estima que “sin lugar a dudas” la UE va a quedar fuera de juego: “lo que interesa a Cuba y los cubanos es Estados Unidos”.