Los motores de la prosperidad en América Latina y el Caribe en la última década
21 de abril de 2015
Fuente:
Tomado de la Web del Banco Mundial
Washington, 21 de abril de 2015.- En la última década, América Latina y el Caribe estuvo al frente del mundo en desarrollo en términos de logros en prosperidad compartida, siendo testigo de un éxito sorprendente en cuanto a reducción de la pobreza, impulsado por el crecimiento, los ingresos laborales y redes de protección social efectivas. La clase media se expandió y como resultado se transformó la composición socioeconómica de la región. Ahora que la región se enfrenta a una desaceleración económica y a un estancamiento de la desigualdad, comprender qué ayudó a impulsar estas conquistas se vuelve particularmente importante.
Un nuevo informe del Grupo del Banco Mundial, Prosperidad compartida y erradicación de la pobreza en América Latina y el Caribe, explora el desempeño de ocho países para comprender qué se esconde detrás de estos avances y qué hace falta para mantenerlos. A lo largo de la región, será importante lograr mayores ingresos, mejorar el capital humano y alcanzar mecanismos que les permitan a los pobres y vulnerables perseverar de cara a cualquier impacto, para salvaguardar las conquistas de la última década.
“Las políticas y programas, para ser efectivos, no pueden diseñarse sin evidencia que los respalde, o enfocarse solo en aquello que creemos podría funcionar”, escribieron Jorge Familiar, Vicepresidente para América Latina y el Caribe, y Ana Revenga, Directora Sénior para la Pobreza en el Grupo del Banco Mundial en el prólogo del libro. “Este estudio ayudará a los diseñadores de políticas a realizar un mejor trabajo a la hora de aprovechar los avances de la última década, promoviendo el crecimiento y los ingresos más allá de la desaceleración mundial y avanzando hacia una década aún más exitosa para la población de América Latina y el Caribe”.
Cada país deberá abordar sus desafíos de manera diferente, pero todos se beneficiarán de comprender cómo lograron tanto. El enfoque del libro ofrece un análisis individualizado de cada país, tomando en cuenta su estructura socioeconómica, nivel de desarrollo y avances en términos de reducción de la pobreza e impulso del bienestar de los menos favorecidos, en lugar de tomar el buen desempeño general de la región y aplicarlo a cada país de manera uniforme.
En Brasil, por ejemplo, su crecimiento modesto aunque sostenido se volvió más inclusivo gracias a políticas fuertemente enfocadas en reducción de la pobreza y a favor de un mercado laboral fuerte. Si bien el país eliminó casi por completo la pobreza extrema en la última década, 18 millones de brasileños siguen viviendo en la pobreza.
En Colombia, el fuerte crecimiento, aunado a incrementos en el ingreso laboral y la participación en el mercado laboral, así como transferencias, ayudaron a reducir la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, uno de cada tres hogares sigue siendo vulnerable.
Y en Paraguay, el 40 por ciento más pobre en la escala de distribución del ingreso vio los mismos crecer a una tasa más elevada que el promedio. Todo esto es resultado de un fuerte crecimiento económico, que derivó en mayores ingresos laborales y niveles de empleo, menores precios de los alimentos y mayores transferencias públicas.
El estudio también incluye capítulos sobre Argentina, El Salvador, México y Uruguay. Este análisis por país sirve de ventana para conocer cuáles políticas resultaron efectivas y cuáles no. Esto puede orientar a los gobiernos, sector privado y demás socios en el desarrollo hacia un renovado camino de prosperidad para todos los latinoamericanos, en un momento en que las condiciones externas que facilitaron mucho de este progreso parecen estar cambiando de manera permanente.