BM: Perspectivas económicas mundiales mejorarán en 2015, aunque tendencias divergentes generan riesgos hacia la baja
14 de enero de 2015
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Tomado de la Web del Banco Mundial
Washington, 14 de enero de 2015.- Después de otro año decepcionante en 2014, este año los países en desarrollo deberían experimentar un alza en su crecimiento gracias en parte al impulso que generan los precios del petróleo bajos, el fortalecimiento de la economía de EE.UU., tasas de interés mundiales que siguen apuntando hacia la baja y a la disminución de las contrariedades en varios mercados grandes y emergentes, señala el informe del Grupo Banco Mundial Perspectivas Económicas Mundiales (GEP).
Tras el crecimiento que bordeó el 2,6 % en 2014, las proyecciones muestran que la economía del mundo crecerá 3 % este año, 3,3 % en 2016 y 3,2 % en el año 2017[1], según predice el emblemático informe bianual del Banco Mundial. Las naciones en desarrollo crecieron un 4,4 % en 2014 y se espera que en 2015 bordeen el 4,8 %y se fortalezcan en 5,3 % y 5,4 % en 2016 y 2017, respectivamente.
“En ese incierto entorno económico, los países en desarrollo deben desplegar sus recursos de manera juiciosa para apoyar programas sociales con un foco muy preciso y emprender reformas estructurales que inviertan en la gente”, sostuvo el Presidente del Grupo Banco Mundial Jim Yong Kim. “También es fundamental que los países retiren los obstáculos innecesarios a la inversión del sector privado, actor que por lejos es la principal fuente de empleos y que puede sacar a cientos de millones de personas de la pobreza”.
Tras esta débil recuperación mundial se encuentran tendencias cada vez más divergentes con importantes implicancias para el crecimiento global. En Estados Unidos y el Reino Unido, la actividad está tomando nuevo impulso a medida que el mercado laboral se sana y la política monetaria sigue muy acomodaticia. Sin embargo, la recuperación ha sido más inestable en la zona del euro y en Japón, que heredaron el retardo de la crisis financiera. China, por su parte, está experimentando una desaceleración cuidadosamente administrada con un crecimiento lento aunque robusto de 7,1 % este año (7,4 % en 2014), 7 % en 2016 y 6,9 % en 2017. Y el colapso de los precios del petróleo tendrá tanto ganadores como perdedores.
Los riesgos en las perspectivas siguen inclinándose hacia la baja, debido a cuatro factores. En primer lugar está la persistente debilidad del comercio mundial. En segundo, está la posibilidad de que la volatilidad del mercado financiero en la forma de tasas de interés en las principales economías aumente en diferentes momentos. Y en tercer lugar, está el nivel de tensión que generarán los bajos precios del petróleo en los balances de los países productores. El cuarto es el riesgo de un período prolongado de estancamiento o deflación en la zona del euro o en Japón.
“Lo más preocupante es que el estancamiento de la recuperación en algunos países de ingreso alto e incluso de ingreso medio puede ser síntoma de males estructurales más profundos”, sostuvo Kaushik Basu, Vicepresidente superior y economista principal del Banco Mundial. “A medida que el crecimiento demográfico bajó su ritmo en muchos países, el grupo de trabajadores más jóvenes es más pequeño, poniendo presión sobre la productividad. Pero hay luz al final del túnel. El menor precio del petróleo, que se espera se mantendrá durante 2015, está bajando la inflación en todo el mundo y es probable que retarde los repuntes en las tasas de interés en los países ricos. Esto genera una oportunidad para los países importadores de petróleo, como China e India; esperamos que el crecimiento de India llegue al 7 % en 2016. Lo que es fundamental es que las naciones aprovechen esta oportunidad para impulsar reformas fiscales y estructurales, las cuales pueden incrementar el crecimiento a largo plazo y el desarrollo inclusivo”.
A partir de la recuperación gradual del mercado laboral, un menor ajuste presupuestario, precios bajos de los productos básicos y costos de financiamiento aún reducido, se espera que el crecimiento conjunto en los países de ingreso alto ascienda levemente al 2,2 % este año (1,8 % en 2014) en 2015 y cerca de 2,3 % en 2016-2017. El crecimiento en Estados Unidos debería acelerarse a 3,2 % este año (a partir de 2,4 % el año pasado) antes de moderarse a 3 % y 2,4 % en 2016 y 2017, respectivamente. En la zona del euro, la inflación incómodamente baja podría prolongarse. El pronóstico para el crecimiento en la zona del euro es un lento 1,1 % en 2015 (0,8 % en 2014), que alcanzará un 1,6 % en 2016-2017. En Japón, el crecimiento se elevará a 1,2 % en 2015 (0,2 % en 2014) y 1,6 % en 2016.
Es probable que los flujos comerciales sigan siendo débiles en 2015. Desde la crisis financiera global, el comercio se ha desacelerado significativamente, creciendo menos del 4 % en 2013 y 2014, muy por debajo del crecimiento promedio previo a la crisis, el que alcanzaba 7 % al año. La desaceleración se debe en parte a la debilidad de la demanda y a lo que parece ser una menor sensibilidad del comercio a los cambios en la actividad mundial, concluye el análisis en el informe. Los cambios en las cadenas de valor a nivel mundial y una composición variable de la demanda por importaciones pueden haber contribuido a disminuir la capacidad de respuesta del comercio ante el crecimiento.
Las proyecciones señalan que los precios de los productos básicos permanecerán bajos en 2015. Como se analiza en un capítulo del informe, la caída inusualmente precipitada del precio del petróleo en el segundo semestre de 2014 podría reducir significativamente las presiones inflacionarias y mejorar los saldos en cuenta corriente y de las arcas fiscales en los países en desarrollo importadores de petróleo.
“La baja en el precio del crudo originará cambios notables en el ingreso real desde los países exportadores a los países importadores de petróleo. Tanto para exportadores como para importadores, la baja en los precios representa una oportunidad para llevar a cabo reformas que puedan aumentar los recursos fiscales y servir a objetivos ambientales más amplios”, agregó Ayhan Kose, Director de Perspectivas de desarrollo del Banco Mundial.
Entre los países grandes de ingreso medio que se beneficiarán de los precios más bajos del petróleo se encuentra India, donde se espera que el crecimiento se acelere a 6,4 % este año (a partir de 5,6 % en 2014) y alcance 7 % en 2016-2017. En Brasil, Indonesia, Sudáfrica y Turquía, la caída en los precios del petróleo ayudará a reducir la inflación y el déficit en cuenta corriente, una causa importante de vulnerabilidad para muchos de estos países.
Sin embargo, si se sostienen los precios bajos del petróleo, se debilitará la actividad en los países exportadores. Por ejemplo, para la economía rusa se proyecta una contracción de [2,9] % en 2015, la que podría entrar nuevamente en un terreno positivo en el año 2016, cuando se espera un crecimiento de [0,1] %.
A diferencia de los países de ingreso medio, la actividad económica en los países de ingreso bajo se fortaleció en 2014 debido al aumento en la inversión pública, la expansión significativa del sector de servicios, buenas cosechas y entradas importantes de capital. Se espera que el crecimiento en los países de ingreso bajo mantenga su solidez en 6 % entre 2015 y 2017, a pesar de que la moderación en los precios del petróleo y otros productos básicos frenará el crecimiento en los países de ingreso bajo exportadores de estos bienes.
“Los riesgos para la economía global son considerables. Los países que cuentan con marcos de políticas relativamente más confiables y los gobiernos que se orienten hacia las reformas estarán en mejor posición para sortear los desafíos de 2015”, concluyó Franziska Ohnsorge, autora principal del informe.
El crecimiento en América Latina y el Caribe se desaceleró notoriamente al 0,8 % en 2014, pero con avances divergentes en toda la región. América del Sur se desaceleró bruscamente cuando factores internos, agravados por la desaceleración económica en la mayoría de los socios comerciales y la caída mundial de los precios de los productos básicos, causaron estragos en algunas de las economías más grandes de la región. Por el contrario, el crecimiento en América del Norte y Central fue sólido gracias al fortalecimiento de la actividad en Estados Unidos. Mejores exportaciones impulsadas por la recuperación permanente entre países de ingreso alto y flujos de capital firme deberían levantar el crecimiento del PIB regional a un promedio cercano al 2,6 % en 2015-17. Una desaceleración más fuerte de lo esperado en China y una caída más pronunciada de los precios de los productos básicos representan riesgos importantes a la baja en las perspectivas.