Apoyo a la agricultura familiar: los gobiernos de América Latina y el Caribe miran más allá de lo productivo
06 de noviembre de 2014
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Tomado de la Web de la FAO-ALC
Santiago, 6 de noviembre de 2014.- Las políticas orientadas a la agricultura familiar deben incorporar un enfoque transversal que vaya más allá del apoyo productivo y considere el rol del sector en la lucha contra el hambre y la pobreza, la preservación del medio ambiente, la educación y salud y el desarrollo territorial, señaló la FAO.
“No podemos tratar situaciones distintas con las mismas herramientas: debemos focalizar las políticas orientadas a la agricultura familiar en los desafíos propios de este modo de producción, de lo contrario profundizamos sus desigualdades”, explicó Raúl Benítez, durante un seminario organizado por CEPAL, FAO, IICA y CIRAD para analizar la situación actual y los retos futuros de las políticas públicas de agricultura familiar en la región.
Al respecto, la Secretaria de Desarrollo Rural de Argentina, Carla Campos Bilbao, destacó que, “Los agricultores de pequeña escala pueden ser la alternativa al problema del hambre en nuestro continente. Trabajar con ellos implica ahondar en una agenda que busca mayor igualdad y equidad social, para reivindicar los derechos de sectores que han sido históricamente postergados”.
La nueva generación de políticas para la agricultura familiar debe responder a la realidad rural, en particular a la situación de mujeres, jóvenes y de los pueblos indígenas, y ser construida con la participación de la población campesina, un tema sobre el que tanto Fernando López, de la Alianza por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos, como Manuel Llao, representante de las organizaciones de la agricultura familiar e indígenas de Chile, concordaron, resaltando la importancia de reconocer los derechos a la tierra, agua y semillas y la diversidad existente en el sector.
Parte de la solución, no del problema
“La agricultura familiar no es sinónimo de pobreza ni parte del problema del problema del desarrollo rural: es parte de su solución”, señaló Álvaro Ramos, Coordinador del Programa FIDA MERCOSUR, destacando que en muchos países de la región la agricultura familiar es la principal proveedora de alimentos para los programas públicos como la alimentación escolar.
Valter Bianchini, Secretario de Agricultura Familiar del Ministerio del Desarrollo Agrario de Brasil ejemplificó la forma en que la agricultura familiar de Brasil supo responder a la demanda de alimentos generada por el aumento de ingresos de la población de dicho país: “Hoy con un sueldo mínimo se compran dos canastas básicas, el doble de lo que se compraba en el inicio de la década. Eso significa que se produjeron más alimentos a costos más bajos y ahí se ve la importancia de la agricultura familiar”.
Según Antonio Prado, Secretario Ejecutivo Adjunto de la CEPAL, hay tres grandes retos a futuro para el sector: generar políticas que le den viabilidad en un contexto de transformación productiva; promover el desarrollo de capacidades entre los agricultores dado que presentan baja escolaridad; y generar políticas enfocadas en mujeres y jóvenes para facilitar el recambio generacional.
Una prioridad regional de la FAO
“Todo el mundo está pendiente de lo que está haciendo la región en materia de agricultura familiar gracias a los avances logrados en los últimos años”, señaló Benítez, destacando que la FAO está apoyando fuertemente a los gobiernos mediante la Iniciativa Regional Agricultura Familiar y Desarrollo Territorial Rural, una de sus tres prioridades de trabajo en la región.
La iniciativa de la FAO está trabajando con los gobiernos nacionales y los principales organismos de integración regional –como CELAC, SICA, CARICOM, CAN, MERCOSUR, PETROCARIBE-ALBA- para incorporar al sector como un pilar en sus planes de trabajo para erradicar el hambre y la pobreza.
“Como FAO estamos fomentando sinergias entre los planes de protección social y los de agricultura y desarrollo rural tanto a nivel nacional como regional, a través de instrumentos como el Plan de Erradicación del Hambre y la Pobreza de la CELAC, el cual ha sabido reconocer el potencial de los agricultores y agricultoras familiares”, explicó Benítez.
Crece el protagonismo del sector
Según la publicación Políticas públicas y agricultura familiar en América Latina y el Caribe, presentada por la CEPAL durante el seminario, se pueden observar tres dinámicas principales en la región.
La primera tiene que ver con la visibilidad y el reconocimiento que la agricultura familiar ha obtenido en las últimas décadas. La segunda guarda relación con la designación por los gobiernos de un presupuesto específico para esta categoría de productores, asegurándoles un acceso garantizado a recursos reservados; y la tercera remite a la complejidad creciente del tejido de políticas e instituciones con incidencia en la agricultura familiar.
El libro señala que Argentina ha dedicado en 2013 1,7 millones de US$ para el programa de inscripción de los agricultores familiares en el Registro Nacional de la Agricultura Familiar y 37,5 millones de US$ para apoyar dos cadenas donde la agricultura familiar está presente (CEPAL et al., 2013). Chile incrementó 8,2% el presupuesto del INDAP (Instituto de Desarrollo Agropecuario) en 2013 para apoyo a la agricultura familiar, y en Cuba, en base a los logros de la agricultura campesina/familiar, el gobierno ha redistribuido 1 580 000 ha –o sea un 15 % de la superficie agrícola utilizable del país a campesinos ya establecidos y nuevos agricultores.
El libro señala que Uruguay comenzó a implementar programas especiales para agricultura familiar y a invertir en el desarrollo rural descentralizado y participativo con las Mesas de Desarrollo Rural, mientras que Brasil ha multiplicado por diez el presupuesto del Programa de Fortalecimiento de la Agricultura Familiar, PRONAF, desde 1996, y en 2013/14 dedicó 9,5 miles de millones de US$ en 2013/14 al crédito para la agricultura familiar.
“Todo lo anterior muestra que América Latina y el Caribe no sólo está al frente de la lucha contra el hambre global, sino que ha sabido reconocer en la agricultura familiar a un aliado clave para la seguridad alimentaria”, concluyó Raúl Benítez.