Latinoamérica debe depender menos de las remesas y consolidar el crecimiento, según el PNUD
01 de septiembre de 2014
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Publicado por la Agencia Télam, Argentina
San Salvador, 1 de septiembre de 2014 (Télam).- Las remesas que los migrantes mandan a sus familias "ayudan" a la economía de sus países de origen, pero estos debe crear su propia riqueza y no ver esos envíos "como la solución de sus problemas", señaló la directora del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
La funcionaria hizo declaraciones a la agencia Efe en El Salvador, donde se presentaron los números de America Latina del Informe mundial del organismo sobre Desarrollo Humano 2014, titulado “Sostener el Progreso Humano: Reducir Vulnerabilidades y Construir Resistencias”, divulgado en julio de este año.
Ese informe destacó que entre 2000 y 2012 hubo 56 millones de personas salieron de la pobreza extrema en Latinoamérica, aunque casi 199,7 millones se enfrentan al riesgo de volver a esa situación en caso de que se produzca alguna crisis o adversidad. Una proporción que, según el PNUD, es “demasiado alta”.
Naciones Unidas ubica en situación de pobreza extrema a quienes reciben hasta cuatro dólares al día. Los latinoamericanos en esta situación eran 189,9 millones en 2000, el 41,7% de una población de 454,9 millones de personas. En 12 años, 56,2 millones dejaron ese grupo, de modo que el número de pobres bajó a 133,7 millones en 2012, el 25,3% de los 528,3 millones de habitantes de la región, subraya el PNUD.
Ese progreso es resultado sobre todo del crecimiento económico de la última década, pero el estudio revela que el 38,3% se debió también a políticas redistributivas. Los resultados varían: en países como México o El Salvador, la contribución de este efecto superó el 80 %, mientras que en países como Venezuela o Colombia más del 80% de la reducción de la pobreza se debió al crecimiento.
El documento apunta, además, a que 81,6 millones lograron acceder a la clase media —ciudadanos con un ingreso per cápita diario de entre 10 y 50 dólares—. En 2000 eran 99,6 millones de latinoamericanos, el 21,9% del total; en 2012 ascendieron a 181,2 millones, el 34,3%. También aumentó, aunque en menor grado, el número de personas cuyos ingresos per cápita superan los 50 dólares al día: eran 8,9 millones en 2000 (el 2%) y, en 2012, 13,7 millones (el 2,6%).
No obstante, el estudio destaca que la región no logró disminuir la población que se encuentra vulnerable. Al revés. Ese grupo aumentó entre 2000 y 2012, al pasar de 156,5 millones de habitantes, el 34,4% del total, a 199,7 millones, el 37,8%. Es decir, 43,1 millones de ciudadanos más. Se trata de personas que se encuentran en un limbo social: son trabajadores informales, migrantes, personas con discapacidad, minorías, personas de edad, mujeres, niños, entre otros, según el PNUD. Ya no se encuentran en la pobreza pero tampoco han logrado acceder a la clase media.
“Si los países no reducen su vulnerabilidad y refuerzan la capacidad de recuperación ante crisis financieras y desastres naturales, no seremos capaces de garantizar, y mucho menos de ampliar los avances en la región en el ámbito social, económico y ambiental”, subrayó Jessica Faieta, directora del PNUD para América Latina y Caribe, en la presentación del informe.
Respecto de las remesas, la funcionaria agregó en una entrevista concedida a Efe que no tienen "un flujo confiable" porque dependen del "vaivén" de la economía de los países de acogida de los inmigrantes, por lo que los gobiernos no deber ser considerados “como la solución de sus problemas”.
Los emigrantes remitieron 61.252 millones de dólares a América Latina y el Caribe en 2013, casi la misma cifra que en 2012, indicó en junio pasado un informe del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), del grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En algunos países de Centroamérica las remesas familiares son la principal fuente de divisas y su peso en el producto interior bruto (PIB) va del 10 % en Guatemala o Nicaragua, al 16 % en El Salvador y el 25 % en Honduras.
Cabe destacar que entre los 18 países estudiados, que concentran el 90% de la población de América Latina y el Caribe, el PNUD revela que Bolivia fue el que más logró reducir sus índices de pobreza, en un 32,2%, pero también el que más aumentó el tamaño de su población vulnerable, en un 16,9%. Le sigue Perú, que redujo en un 26,3% la pobreza, logró trasladar la mayoría de los que eran pobres a la clase media, que se incrementó en un 19,1%, el principal aumento de la región.
El estudio subraya también que Argentina, Chile y Costa Rica consiguieron reducir tanto la pobreza como la vulnerabilidad, con el consiguiente incremento de la clase media. Sobre todo en Argentina, donde este grupo se incrementó en un 17,5%, el segundo mejor resultado de la región después de Perú.
En camino opuesto se encuentran Guatemala y República Dominicana, donde la pobreza aumentó en un 6,8% y un 0,7% respectivamente. También disminuyó el tamaño de la clase media en un 3,3% en Guatemala y un 3,7% en República Dominicana. Este país preocupa aún más porque el índice de ciudadanos vulnerables también se incrementó en un 3,6%, mientras que en Guatemala bajó en un 3,1%.
“En todas las regiones del mundo el ritmo del progreso social y económico es más lento hoy que en la década pasada. Es muy claro que más de las mismas políticas no nos van a rendir los mismos resultados de antes”, añadió Faieta. “Más que nunca la región tiene que invertir en protección social universal, particularmente en las fases más críticas de la vida de los latinoamericanos, como es el caso de las y los niños, jóvenes y ancianos”, concluyó.