Los mercados emergentes ante los cambios en la composición de los inversionistas mundiales
01 de abril de 2014
Fuente:
Tomado de la Web del FMI
Washington, 1 de abril.- La composición de los inversionistas en acciones y bonos de los mercados emergentes ha evolucionado considerablemente en los últimos 15 años, y eso ha incrementado la sensibilidad de los flujos de capitales y los precios de los activos en estos países a acontecimientos transfronterizos, según un nuevo estudio del Fondo Monetario Internacional.
En su más reciente Informe sobre la estabilidad financiera mundial (GFSR, por sus siglas en inglés), el FMI investiga los efectos de los cambios en la composición de esta base de inversionistas mundiales.
Los fondos de bonos —en especial los fondos de bonos denominados en moneda nacional— han venido desempeñando un papel cada vez más preponderante desde comienzos de la década de 2000. Los ahorristas en las economías avanzadas ahora canalizan cada vez más su dinero a través de fondos comunes que invierten en economías tanto avanzadas como de mercados emergentes. La participación de fondos soberanos de inversión y bancos centrales en estos mercados financieros también está creciendo.
En los años noventa, en cambio, invertir en economías de mercados emergentes significaba principalmente adquirir participaciones accionarias a través de fondos especializados en estos países.
El FMI señaló que cada grupo de inversionistas se comporta de manera particular. Durante la venta masiva de acciones y bonos de mercados emergentes en 2013 y a comienzos de 2014, los inversionistas institucionales tales como fondos de pensiones y compañías de seguros con estrategias a largo plazo en general mantuvieron sus inversiones en los mercados emergentes. Los fondos comunes de inversión orientados al mercado minorista se retiraron. Los distintos tipos de fondos comunes —como los que se especializan en bonos y acciones— también han mostrado distintos grados de sensibilidad ante las turbulencias financieras mundiales.
“Conocer a los inversionistas es esencial para comprender los cambios en la estabilidad de los flujos de capitales hacia los mercados emergentes, sobre todo si persiste una elevada incertidumbre en torno a la política monetaria de las economías avanzadas”, declaró Gastón Gelos, Jefe de la División de Análisis de la Estabilidad Mundial en el Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI, y director del equipo que elaboró el análisis.
Ningún mercado emergente está aislado
Los cambios en la composición de los inversionistas mundiales en acciones y bonos de mercados emergentes probablemente incrementarán la sensibilidad de la totalidad de los flujos de capitales a las condiciones financieras mundiales, indicó el FMI.
Según el análisis, la proporción de flujos más volátiles colocados en bonos ha aumentado a medida que han surgido más oportunidades para invertir en los mercados emergentes, y esa mayor participación extranjera directa en los mercados financieros podría transmitir la volatilidad mundial a los precios de los activos locales.
La inversión en fondos comunes es más sensible a los altibajos de las condiciones financieras mundiales que a los vaivenes de los inversionistas mundiales. Muchos de los pequeños inversionistas que colocan dinero en fondos comunes son ahorristas menos informados que pueden realizar ventas inducidas por pánico ante señales de volatilidad. Los fondos comunes también invierten en acciones y bonos que han tenido un buen desempeño en el corto plazo, y venden los que no han tenido buenos resultados, estrategia que se ha denominado “momentum trading” porque trata de aprovechar el ímpetu del mercado. Esto puede contribuir a inducir ciclos de auge y caída en los precios de los activos, señaló el FMI.
Captar más recursos de inversionistas institucionales por lo general es positivo para la estabilidad de los flujos de capitales durante períodos normales y de volatilidad moderada, ya que estos inversionistas suelen tener estrategias a largo plazo. No obstante, el informe GFSR advierte que dichos inversionistas también pueden retirar mayores cantidades de dinero de un país y demorar más en retornar tras shocks más extremos, como durante la crisis financiera mundial, o si se baja la calificación de los bonos públicos de un país a grado especulativo.
Los fundamentos son importantes, pero persiste el comportamiento de rebaño entre los inversionistas mundiales.
Tras dos décadas invirtiendo, ¿han aprendido más los inversionistas mundiales sobre los mercados emergentes y se han vuelto menos propensos al pánico? Según el FMI, son pocos los indicios que apuntan a que eso haya sucedido.
Las condiciones económicas en un país inciden en la inversión y los precios de los activos locales, señaló el FMI. Por ejemplo, en los meses posteriores a las ventas masivas ocurridas en mayo y junio de 2013, los inversionistas mundiales empezaron a tratar a las economías con mejores fundamentos de manera diferente que a aquellas con fundamentos más débiles.
Pero en general no hay evidencia de que las decisiones tomadas por los inversionistas en los momentos de tensión de los últimos años hayan estado basadas en los fundamentos económicos de los países más de lo que lo estuvieron en las crisis de finales de los años noventa y comienzos de la década de 2000, según el FMI.
El FMI señaló además que tampoco ha disminuido la tendencia de los inversionistas a imitar las decisiones de los otros, es decir, el comportamiento de rebaño.
Opciones para las autoridades en los mercados emergentes
Esto no significa que los esfuerzos de los mercados emergentes para afianzar sus economías sean ineficaces y que estas economías estén a merced de los inversionistas mundiales y las políticas en las economías avanzadas, aseveró el FMI.
Además de consolidar los fundamentos económicos, los mercados emergentes han reforzado y profundizado sus sistemas financieros en los últimos 15 años. El tamaño de la base de inversionistas internos—fondos comunes de inversión, fondos de pensiones, compañías de seguros y bancos locales— ha aumentado, a veces gracias a la participación directa de inversionistas extranjeros en los mercados locales.
Además, ahora son más los mercados emergentes que pueden vender bonos denominados en moneda nacional a inversionistas extranjeros, dejando atrás el problema del “pecado original”. La calidad institucional de los mercados locales también ha mejorado considerablemente.
El análisis presentado en el informe GFSR destaca que los sistemas financieros locales que cuentan con más servicios, productos y mercados líquidos a escala interna ayudan a reducir la sensibilidad de los rendimientos de las acciones y los bonos de las economías emergentes a los cambios en las condiciones financieras mundiales. Y las reducciones son cuantitativamente importantes también, explicó el FMI.
Por lo tanto, las políticas para fomentar el desarrollo del sistema financiero permitirán a los mercados emergentes estar mejor preparados para cosechar los frutos de la globalización financiera y al mismo tiempo reducir los costos potenciales, añade el informe GFSR.
El FMI señala además que en general son beneficiosas las iniciativas para apoyar el desarrollo de los mercados de bonos denominados en moneda nacional. Los países deben vigilar el tamaño de la participación directa de los inversionistas extranjeros en los mercados locales, ya que una presencia extranjera muy importante puede transmitir nueva volatilidad. Esto asimismo destaca la importancia de desarrollar una base de inversionistas locales.
El FMI publicará más análisis del Informe sobre la estabilidad financiera mundial el 9 de abril.