ALIDE: América Latina puede y debe elevar bancarización e inclusión financiera
18 de marzo de 2014
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Tomado de la Web de la ALIDE
Lima, 18 de marzo.- “La banca de desarrollo y la creación de productos para la inclusión financiera”, el más reciente libro de la Asociación Latinoamericana de Instituciones Financieras para el Desarrollo (ALIDE), parte de una radiografía de la situación del sector financiero en América Latina y El Caribe y destaca que si bien en los últimos años el sector ha crecido, este crecimiento es aún insuficiente si se le compara con las economías emergentes de otras partes del mundo.
Mientras que casi el 90% de la población en países de altos ingresos tiene al menos una cuenta bancaria, en la región esta cifra llega apenas al 39%, lo que significa que más de 250 millones de adultos están fuera del sistema financiero formal, indica el estudio.
Las diferencias también se dan dentro de la región, en donde algunos países han sobrepasado el 80% del ratio de profundización financiera, mientras que otros han bordeado apenas el 20% durante el periodo 2006-2010. En este sentido, el libro resalta que “más allá de la relación entre PIB per cápita promedio y acceso, existen otros factores, como por ejemplo, desigualdad en la distribución del ingreso, aspectos institucionales y macroeconómicos, que también son claves en la determinación del nivel de acceso a los servicios financieros”.
Al tener como eje estas ideas, el libro resume las distintas estrategias que han promovido algunos países de ALC para difundir la educación financiera. Una de las experiencias referidas es la de Brasil, con la “Estrategia nacional de educación financiera (ENEF)”, orientada principalmente a adultos mayores y escuelas privadas y públicas.
Entre 2010 y 2011, se creó un proyecto piloto en casi 900 colegios que introdujo el tema de la educación financiera de manera transversal en la malla curricular de los estudiantes de bachillerato. Del proyecto se concluyó que los alumnos aumentaron sus competencias en el tema financiero pasando de 5% al 7%. “Con ello, se espera que la sociedad desarrolle habilidades financieras que la ayuden a la identificación de los riesgos y oportunidades implícitos en las decisiones económicas”, explica.
Del mismo modo, el libro expone cómo las innovaciones y las nuevas tecnologías, tales como la banca móvil o la banca por internet, pueden ser herramientas adecuadas para dinamizar la profundización de la bancarización en la región. El rol que en este sentido juega la banca de desarrollo queda evidenciado en productos soportados en las nuevas tecnologías de la comunicación e información (internet), "programas de microcrédito, o más aún, los generados en el campo de las microfinanzas, las alianzas estratégicas, el desarrollo y fortalecimiento de intermediarios financieros no bancarios, los procesos de bancarización de los programas sociales, la expansión geográfica a través de corresponsales bancarios para estar cerca de los clientes, los programas financieros rurales, la adopción de innovaciones tecnológicas, cambios de su core-bancario para hacerse más eficientes y brindar su servicio en forma masiva y en tiempo real”, describe el estudio.