Colombia llega a la COP29 de Cambio Climático, en Bakú (Azerbaiyán), con una agenda ambiciosa enfocada en la integración de biodiversidad y clima, el financiamiento climático y la reducción de emisiones, bajo el liderazgo de la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia y presidenta de la COP16, Susana Muhamad.
Muhamad, que tendrá a su cargo la presidencia de la COP16 durante los próximos dos años, representará a las partes que conforman el Convenio sobre Diversidad Biológica en esta COP29 para adelantar uno de los puntos clave definidos durante la COP de Cali: defender la convergencia entre los compromisos de conservación de la biodiversidad y las metas de reducción de gases de efecto invernadero.
“La COP16 tomó una decisión por consenso sobre la necesidad de las sinergias entre biodiversidad y cambio climático. Esta decisión la llevaremos precisamente a la COP29 de Clima para reivindicar la importancia de incluir en las NDC, que vienen el próximo año, el cuidado de la biodiversidad y las metas del Marco Kunming Montreal”, dijo Muhamad.
"En un contexto de urgencia global, Colombia también reafirma su compromiso para que los países con mayor diversidad biológica cuenten con las herramientas necesarias para enfrentar la crisis climática sin comprometer sus ecosistemas", indican desde Minambiente.
Alineada con esta visión, Colombia presentará en Azerbaiyán el primer reporte del panel de expertos sobre deuda, clima y naturaleza, una iniciativa impulsada por la ministra para crear condiciones de financiamiento equitativo. En paralelo, Colombia aprovechará la COP29 para avanzar en el Tratado de No Proliferación de Combustibles Fósiles, sumando a tres nuevos países a la iniciativa.
“Vamos a empujar en esta COP el tema del Pacto Económico, del Pacto Financiero”, comentó Muhamad, en referencia a la urgencia de reformar el sistema económico que mantiene una dependencia estructural en combustibles fósiles, donde “cada tonelada de emisiones paga más en Producto Interno Bruto para los países que concentran hoy el capital en el mundo”.
La ministra Muhamad también hizo eco de los hallazgos del Informe sobre la Brecha de Emisiones 2024, que recalca la necesidad de recortes del 42 % en emisiones para 2030 y del 57 % para 2035, a fin de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 ºC. Sin estas reducciones, el planeta podría enfrentar un aumento de entre 2,6 y 3,1 ºC este siglo, lo cual tendría “consecuencias devastadoras para las personas, el planeta y las economías”.
La ministra señaló que, mientras Colombia y otras naciones megadiversas lideran iniciativas locales y financian la protección de la Amazonía, estos esfuerzos serán insuficientes sin compromisos de reducción de emisiones por parte del G20, responsable de cerca del 80 % de las emisiones globales.
Para responder a esta emergencia, la ministra enfatizó que “si el G20 no baja sustancialmente las emisiones y si no hay un arreglo económico de fondo, también estos esfuerzos de cuidado de la biodiversidad van a ser insuficientes”. Recordó los recientes incendios y sequías en la Amazonía como una muestra del colapso ecosistémico al que se enfrenta este bioma, advirtiendo que “el cambio climático y la desestabilización hidrológica de la Amazonía está generando un colapso ecosistémico y esto sólo se va a acelerar si no hay una reducción de emisiones”.
Colombia llega a la COP29 con la firme determinación de impulsar una reforma global que permita a las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) de los países del sur global y de las economías emergentes responder de manera integral a la crisis climática, combinando políticas de conservación con crecimiento económico.
Este esfuerzo será respaldado también con la presentación del inventario nacional de gases de efecto invernadero de Colombia, así como con actualizaciones sobre el portafolio para la transición climática que el país espera fortalecer mediante nuevas oportunidades de financiamiento internacional.