De acuerdo con el panorama energético de América Latina y el Caribe 2024, en lo que va del año se observa un crecimiento moderado en la oferta y un aumento en la demanda de energía, con un notable avance en la adopción de fuentes renovables, que representan el 69% de la matriz energética en la región. Sin embargo, persisten algunos desafíos como la brecha de acceso a la energía, que afecta a unas 17 millones de personas.
Andrés Rebolledo, secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (Olade), presentó el panorama energético de América Latina y el Caribe 2024, en el marco de la IX Semana de la Energía realizada en Asunción.
El documento revela un escenario de crecimiento moderado en la oferta de energía, así como una demanda en aumento y significativos avances en la transición hacia fuentes de energía renovables.
Por otro lado, el informe destaca además que la oferta total de energía en la región aumentó un 2,2%, mientras que el consumo final energético incrementó en un 3,8%, impulsado por un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) promedio del 3% en América Latina y el Caribe.
El documento subraya en particular, que la generación renovable alcanzará cerca del 69% de participación en 2024, con un aumento de casi 5 puntos porcentuales con respecto al año anterior, consolidando de esta manera, la tendencia hacia una matriz energética más verde.
ENERGÍAS RENOVABLES NO CONVENCIONALES
Por su parte, las energías renovables no convencionales (ERNC), como la solar y la eólica, experimentaron un crecimiento destacado en capacidad y generación, con un notable aumento de 30% el año 2024.
De acuerdo a lo que explicó Andrés Rebolledo, el avance ha sido fundamental para acompañar los esfuerzos de electrificación en la región, que aumentará su oferta en un 3,2%.
Asimismo y a pesar de que la producción de petróleo experimentó un crecimiento significativo por cuarto año consecutivo, impulsado por el aumento de las exportaciones, el consumo de derivados mostró una leve caída, lo que
muestra cambios estructurales en los patrones de consumo energético en la región.
En el caso del gas natural, este producto también registró un leve incremento, el cual se vio impulsado en gran medida por su uso en la generación eléctrica.
Respecto a la producción de carbón, el informe asegura que, esta fuente importante y tradicional para algunos países, sufrió una caída importante del 20%, en consonancia con los esfuerzos globales por reducir las emisiones de
carbono.
En contraste, señala que la eficiencia energética (EE) aún no muestra una recuperación sólida tras la pandemia, lo que representa un área de oportunidad para las políticas públicas y las inversiones futuras.
Un aspecto crucial que aún requiere atención, según el secretario ejecutivo de la Olade, es el acceso a la energía. Según el informe, 17 millones de personas en la región siguen sin tener acceso a servicios energéticos básicos, lo que refleja que los avances en este campo no son suficientes para cerrar completamente esta brecha de acceso.