Barbados acoge de este miércoles el XVI Foro Ministerial de Desarrollo en Latinoamérica y el Caribe, considerado como un evento crítico para que los países de la región enfrenten oportunidades y construyan resiliencia y sustentabilidad contra eventos climáticos de cara al futuro.
«La región está bajo una presión tremenda. El desarrollo está bajo presión y las democracias están bajo presión. Por lo que este es un espacio para discutir e intercambiar ideas en una manera concreta y pragmática», ha dicho la directora regional del Programa de Desarrollo de la ONU en Latinoamérica y el Caribe (UNDP, en inglés), Michelle Muschett.
«¿Cómo nos podemos ajustar a esas válvulas de escape y que con nuestra presión, alimentar y acelerar el desarrollo y reforzar las democracias en nuestra zona?», se ha preguntado Muschett ante los delegados de más de 20 gobiernos de la región que han acudido a la cita de dos días.
Muschett ha adelantado que para ello, el UNDP analiza la oportunidad de discutir y conversar con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe y con el Gobierno de Barbados.
El administrador del UNDP, Achim Steiner, quien ha acudido al foro, ha avanzado que las sesiones del evento se concentrarán en la adaptación a la crisis climática.
«No solamente esperamos que hayan discusiones constructivas y fructíferas, sino también con representantes del gobierno local y socios de proyectos y programas aquí en Barbados», ha reconocido.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores y de Comercio Exterior de Barbados, Kerrie Symmonds, ha indicado que el foro es «crítico» en su ayuda al país y al resto de la región en la discusión y propuestas en sus planes para obtener una zona resiliente y sustentable.
Referente al tema de la resiliencia, el funcionario ha sostenido que en el foro se expondrá «no solo la capacidad de exponer en cómo esa resiliencia se refleja, no solamente en los retos financieros que enfrentamos en el país y en la necesidad de adaptarnos en cuanto al clima, sino para cualquier ciudadano en la calle».
«También en cómo afecta a los niños en las escuelas, en nuestros planes de construcción de vivienda para el futuro, el transporte público o en lugares de mucha necesidad para educarlos sobre la resiliencia planificando nuestro futuro», ha enfatizado.