América Latina y el Caribe necesita emprender profundas transformaciones para superar la crisis de desarrollo en la que está inmersa y que se da en un contexto internacional incierto, que presenta retos pero también oportunidades para la región. Para ello, la CEPAL identifica once transformaciones indispensables, y plantea lineamientos sobre cómo gestionarlas. Se trata de una invitación a los países a conversar no solo sobre qué hacer y sino también sobre cómo gestionar las transformaciones necesarias que muevan las agujas del desarrollo hacia estadios de mayor crecimiento, productividad, inclusividad y sustentabilidad.
Esta es la propuesta que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) presentará a sus 46 Estados miembros y 14 países asociados durante su Cuadragésimo período de sesiones, la reunión bienal más importante de esta comisión regional de las Naciones Unidas, que se realizará del 9 al 11 de octubre en Lima, Perú.
En el evento, que reunirá a altas autoridades de la región, además de investigadores, académicos, representantes de la sociedad civil y funcionarios internacionales, el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, dará a conocer el documento institucional titulado América Latina y el Caribe ante las trampas del desarrollo: transformaciones indispensables y cómo gestionarlas. En sus siete capítulos este documento analiza las tres trampas de desarrollo en las que la CEPAL ve sumida a la región: una de baja capacidad para crecer; otra de elevada desigualdad, baja movilidad social y débil cohesión social; y una tercera de bajas capacidades institucionales y gobernanza poco efectiva.
En esta propuesta de la CEPAL se responden las siguientes preguntas: ¿qué debería hacer América Latina y el Caribe para avanzar hacia un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible? y ¿cómo puede gestionar las acciones necesarias para lograrlo? La CEPAL pone énfasis en la importancia de moverse del “qué” al “cómo” hacerlo. Es decir, ofrece recomendaciones que van más allá de listas de objetivos y aspiraciones, al abordar sistemáticamente los retos de la gobernanza, la calidad institucional y el diálogo social para implementar políticas y transformaciones exitosas.
En cuanto al “qué hacer” el informe sugiere once grandes transformaciones que se consideran indispensables para avanzar hacia un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible: 1) Crecimiento rápido, sostenido, sostenible e inclusivo, con énfasis en el desarrollo productivo, productividad y el empleo; 2) Reducción de la desigualdad y aumento de la movilidad y la cohesión social; 3) Ampliación de la protección social y del Estado de bienestar; 4) Educación efectiva para todos y acceso amplio a la formación profesional; 5) Avance hacia la igualdad de género y la sociedad del cuidado; 6) Gran impulso ambiental para promover la sostenibilidad y enfrentar el cambio climático; 7) Transformación digital; 8) Migración segura, ordenada y regular; 9) Avance hacia una integración económica regional y mundial más profundas; 10) Una fiscalidad sana y fuerte, y 11) Capacidades del Estado fortalecidas: instituciones, gobernanza y diálogo social.
De estas, en este documento, la CEPAL ha seleccionado cuatro transformaciones para un análisis en profundidad: i) la gran transformación productiva para lograr un crecimiento más alto, sostenido, inclusivo y sostenible; ii) la gran transformación consistente en reducir la desigualdad y promover la inclusión y la movilidad social, iii) la gran transformación consistente en impulsar la sostenibilidad y combatir el cambio climático, y iv) la gran transformación en materia de financiamiento para el desarrollo. Sobre estas transformaciones el documento responde preguntas en las que ofrece análisis, orientación y direcciones sobre cómo gestionarlas.
“Crear un nuevo consenso regional sobre la forma de mirar los desafíos del desarrollo y cómo superarlos puede ser un objetivo ambicioso, pero es, sin duda, un objetivo necesario y deseable. Para avanzar hacia un futuro más productivo, inclusivo y sostenible se requieren visiones y estrategias de largo plazo, la participación real de todos los actores de la sociedad, y un Estado e instituciones competentes con capacidades para orientar, convocar y dar servicios de calidad”, afirma José Manuel Salazar-Xirinachs, Secretario Ejecutivo de la CEPAL, en el prólogo del documento.
Para alcanzar la gran transformación productiva y superar la trampa de la baja capacidad para crecer se requieren políticas de desarrollo productivo centradas en la transformación y diversificación productiva y el aumento de la productividad, bajo la nueva visión que enfatiza el papel central de la gobernanza y la colaboración público-privada, señala el documento.
Para la gran transformación de reducción de alta desigualdad y aumento de movilidad y cohesión sociales, se requieren políticas integradas y coordinadas, que incidan de manera simultánea en las diversas causas que generan esta trampa, las cuales son identificadas en el documento.
Asimismo, la región necesita promover la sostenibilidad y enfrentar el cambio climático, lo que puede lograrse a través de un nuevo y más amplio enfoque de las políticas de desarrollo productivo, que priorice sectores dinamizadores que darían un gran impulso a la sostenibilidad ambiental en América Latina y el Caribe. Los sectores analizados incluyen: la transición energética; la electromovilidad; la gestión responsable, cadenas de suministro y desarrollo productivo de los minerales críticos; la gestión eficiente, responsable y sostenible del agua; la promoción del turismo sostenible; el fomento de la bioeconomía; y la promoción de la economía circular.
El análisis que presenta la CEPAL sobre cómo hacer las grandes transformaciones propuestas incluye una estrategia para la movilización del financiamiento requerido, tanto en cuanto a la movilización de recursos internos a través del fortalecimiento de las finanzas públicas, la movilización de recursos del sector privado, la inversión extranjera directa y la banca de desarrollo, como de políticas macroprudenciales. Y en el frente externo el apoyo a la reforma de la arquitectura financiera internacional.
En todos estos ámbitos, América Latina y el Caribe tiene un amplio margen de acción, que depende de decisiones propias de política pública y asignación de recursos. La CEPAL llama a que la región no espere a que culminen las transformaciones globales para atender sus necesidades, y satisfacer las legítimas aspiraciones de su población. América Latina y el Caribe necesita actuar y emprender acciones decididas, integradas y coordinadas que le permitan superar las trampas de desarrollo. Confiamos en que este documento será una guía para gestionar transformaciones que son necesarias para lograrlo.
“El desarrollo de los países es un proceso complejo y de largo plazo, que no ocurrirá automáticamente por las fuerzas del mercado, aunque estas tienen un gran papel que desempeñar con formas adecuadas de gobernanza y regulación. Si queremos superar las trampas y cerrar las brechas, si queremos alcanzar el tantas veces postergado sueño de un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible y evitar que América Latina y el Caribe viva más décadas pérdidas, el momento de actuar y colaborar es ahora”, afirma José Manuel Salazar-Xirinachs.
Finalmente, la CEPAL reitera que pone a disposición de los países de la región sus conocimientos y capacidades para acompañar procesos nacionales y regionales que permitan gestionar las transformaciones necesarias para superar las trampas de desarrollo, mediante análisis y recomendaciones sobre los retos y las oportunidades que tiene la región para avanzar hacia un desarrollo más productivo, inclusivo y sostenible, con evidencia técnica para la formulación y el monitoreo de políticas públicas, y la apertura de espacios de colaboración técnica para el fortalecimiento de las capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas (capacidades TOPP) de sus instituciones a través de, por ejemplo, la creación de herramientas técnicas innovadoras; la impartición de cursos, talleres y seminarios; el desarrollo de metodologías de planificación e intervención pública; la difusión de buenas prácticas internacionales, y el acompañamiento de procesos colaborativos.