El Fondo Monetario Internacional (FMI) ve “indicios de una incipiente recuperación” económica en Argentina, pero hacer frente a las elevadas tasas de pobreza “sigue siendo una prioridad”, afirmó la semana pasada una portavoz de la organización financiera.
Desde la octava revisión el gobierno del presidente de derecha Javier Milei “ha seguido aplicando el programa” crediticio por 44.000 millones de dólares contraído con el FMI.
La aplicación del programa “se ha traducido en una reducción de la inflación y del déficit fiscal, y hay indicios de una incipiente recuperación de la actividad y de los salarios reales, pero aún persisten varios retos”, declaró Julie Kozack en rueda de prensa en Washington.
El índice de pobreza en el país sudamericano se ha disparado al 52,8%, en parte como consecuencia de una política de ajuste fiscal centrada en reducir el gasto y la inflación. Hacer frente a “estas elevadas tasas de pobreza y garantizar que el crecimiento sea más integrador sigue siendo una prioridad”, afirmó la portavoz del FMI.
“Las autoridades han ampliado programas de asistencia social bien orientados que benefician a mujeres y niños pobres”, añadió.
En los primeros tres meses del año, Argentina registró un superávit fiscal de 0,4% del Producto Interno Bruto, aunque a costa de una contracción de actividad que hizo caer el PIB 1,7% en el segundo trimestre en comparación al anterior, profundizando la recesión y el desempleo.
Según el Fondo, “las continuas medidas para reducir la inflación y las reformas para fomentar el empleo y la inversión deberían conducir a una mayor mejoría de los salarios reales y de la actividad económica en el futuro”.
El presidente argentino, Javier Milei, vetó la semana pasada una ley de mejora del presupuesto de las universidades que había sido aprobada recientemente por el Congreso, horas después de una multitudinaria protesta liderada por estudiantes y docentes en apoyo a la educación pública y en repudio al ajuste económico del gobierno.
La masiva protesta defendía una ley aprobada en la madrugada del 13 de septiembre por el Congreso que aumenta los salarios de docentes y trabajadores de la universidad pública para contrarrestar el impacto de la inflación de 236% interanual en agosto. Pero, como había prometido, Milei vetó la norma.