“La Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza nace de esta voluntad política y de este espíritu de solidaridad. Será uno de los principales resultados de la presidencia brasileña del G20. Su objetivo es dar un impulso renovado a las iniciativas existentes, alineando esfuerzos a nivel nacional e internacional”, afirmó Lula da Silva durante su discurso en la reunión del Grupo de Trabajo del G20.
El mandatario destacó que la Alianza será oficializada formalmente por el G20 en la Cumbre de Jefes de Estado de noviembre en Río de Janeiro, y está abierta a todos los países del mundo, así como a organizaciones internacionales y bancos de desarrollo que quieran sumarse voluntariamente a la iniciativa.
En la reunión ministerial previa se aprobaron cuatro documentos: los términos de referencia y gobernanza de la Alianza; los criterios de inclusión de la cesta de políticas públicas que podrán ser replicadas por los países; el modelo de las declaraciones de compromiso que cada miembro deberá construir y suscribir, y el documento fundacional de la Alianza Global: la declaración política “Unidos contra el Hambre y la Pobreza”.
Lula da Silva afirmó que el G20 fue fundamental para “evitar el colapso” de la economía internacional en el contexto de la crisis económica de 2008.
“Necesitamos soluciones duraderas, y debemos pensar y actuar juntos”, expresó el mandatario, para quien el “hambre y la pobreza han estado rodeados de prejuicios e intereses” a lo largo de los siglos.
“El hambre es la más degradante de las privaciones humanas. Es un ataque a la vida, un ataque a la libertad”, dijo Lula da Silva, mientras que la pobreza ha sido tratada sólo como una “molestia” que, “en el mejor de los casos”, se abordaba con “medidas paliativas”.
El presidente brasileño explicó que la iniciativa será gestionada por una secretaría ubicada en las sedes de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en Roma y Brasilia, y que la mitad de los costos serán sufragados por Brasil.