Con la medida, el presidente de El Salvador pretende eliminar los impuestos de importación a los alimentos de la canasta básica y así mitigar el alza de precios. La decisión llega después de que el mandatario hiciera un llamado a comerciantes, importadores y mayoristas para bajar los precios de los alimentos y justo después de su iniciativa de pequeñas plazas de mercado con venta directa a los consumidores para evitar los intermediarios.
Conocido internacionalmente por haber lanzado una cuestionada guerra contra las pandillas, ahora el recién reelegido Nayib Bukele le declara la guerra a las que llama las “mafias empresariales”.
El presidente salvadoreño dijo que los aranceles desaparecerán de todos los alimentos que integran la canasta básica ampliada, más otros 70 productos, sin dar detalles de cada uno.
El anuncio vino acompañado de una advertencia para los comerciantes que “abusan” de los incrementos en los precios de los productos básicos. En su alocución amenazó con aplicarles “todo el rigor de la ley”.
“Voy a hacer un llamado como el que hicimos a las pandillas a inicios de 2019, que les dijimos paren de matar o no se quejen después. Pues yo les voy a dar un mensaje a los importadores, comercializadoras, mayoristas y distribuidores de alimentos: paren de abusar del pueblo salvadoreño o no se quejen después”, dijo Bukele en cadena nacional de radio y televisión.
Según las cifras oficiales, cuando Bukele llegó al poder en 2019, el promedio de la canasta básica alimentaria era de 200,02 dólares y en 2024 marca los 256,02 dólares en el área urbana, mientras que en la zona rural pasó de 144,48 a 182,62 dólares en el periodo comprendido entre 2019 y 2024.
Para una familia de unos cuatro miembros, la canasta familiar básica la constituyen alimentos como pan, tortillas, fríjoles, carnes, huevos, frutas, lácteos, azúcar, grasas, arroz y verduras.
¿El plan soluciona el problema?
Los datos oficiales muestran que El Salvador importa el 90% de las legumbres, verduras y frutas y la mayoría de los otros productos básicos dentro de la canasta los compra de sus vecinos como Guatemala, Honduras y Nicaragua para cubrir la demanda local.
El 60% de los derivados de la leche debe importarlos, así como el 25% del fríjol o el 33% de todo el arroz que necesitan los ciudadanos.
Sin embargo, algunos analistas férreos críticos del presidente aseguran que la medida no tendría un amplio efecto, pues la mayoría de los aranceles a los alimentos que se compran del exterior son cercanos a cero.
"La solución es estimular la producción nacional, solo así vamos a garantizar la estabilización de precios en el caso de verduras y legumbres", dijo a la AFP el presidente de la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Campo), Luis Treminio.
Para algunos productores, el plan de Bukele fomenta la importación de alimentos y podría dar una solución rápida para los precios, pero no fomenta el producto nacional.
Sin embargo, menos de una semana atrás, el Ministerio de Agricultura estableció los llamados “agromercados” donde los productores empezaron a vender sus productos, casi en todo el país de unos 6,4 millones de habitantes, sin intermediarios, para evitar el aumento de los precios.