Según el informe, el crecimiento actual del ecosistema fintech en la región se debe a la alta demanda de los consumidores financieros, al estado de la infraestructura digital financiera y a la disponibilidad de una fuerza laboral especializada.
PAÍSES
Por su parte, la consolidación y estabilidad del ecosistema, no solo se refleja en el aumento en la cantidad de empresas emergentes, especialmente en países donde el sector era incipiente, sino también en la diversificación y distribución en términos de segmentos, modelos de negocio, capitalización y tecnologías habilitantes.
Brasil sigue siendo el país de la región con el mayor número de emprendimientos fintech, con un 24 % del total. Le siguen México con el 20%, Colombia con el 13 %, y Argentina y Chile con el 10 % cada uno. Por su parte, los países que registraron mayor crecimiento en los últimos dos años fueron Perú, con el 5,3% del número de empresas, seguido por Ecuador con un 3 % y República Dominicana con un 2,1 %.
Perú, Ecuador, República Dominicana, Uruguay, Costa Rica y Guatemala constituyen un conjunto de mercados emergentes que está desarrollándose con notable dinamismo, registrando un crecimiento anual promedio de 44 % entre 2017 y 2023. Estos mercados pasaron de representar apenas el 7 % del ecosistema regional en 2017 (48 emprendimientos), a casi 15 % en 2023 (455 emprendimientos).
SEGMENTOS
Los segmentos que lideran el número de plataformas en la región continúan siendo pagos y remesas, con el 21 % del total de empresas, préstamos con el 19 % y gestión de finanzas empresariales con el 13 %. Estos tres segmentos han experimentado crecimientos anuales promedio de 24 %, 31 %, y 28 %, respectivamente.
Cada vez más emprendimientos fintech en América Latina y el Caribe se enfocan en personas y empresas sub-bancarizadas o no bancarizadas, lo que muestra el impacto positivo de este sector en la inclusión financiera.
Actualmente, el 57 % de las fintech tiene como población objetivo a este grupo poblacional, mientras que, en 2021, ese porcentaje era del 36 %. El segmento de préstamos lidera la atención a personas no bancarizadas, mientras que pagos y remesas representa el segmento que más atiende a pequeñas y medianas empresas sub-bancarizadas.