Brasil es el 12º país del mundo y el primero de Latinoamérica mejor preparado para la transición energética necesaria para frenar el cambio climático según la clasificación que elabora periódicamente el Foro Económico Mundial (WEF), en la que Costa Rica es el segundo mejor situado en la región, al ocupar la 30ª posición global.
Brasil, que según el informe está encabezando la inversión de grandes potencias en energías limpias tales como la hidroeléctrica o los biocombustibles, asciende dos puestos en el ránking con respecto al año anterior, adelantando así a Reino Unido o Estados Unidos.
Costa Rica, pese a perder cinco posiciones a nivel global con respecto a 2023, pasa de ser el tercer país latinoamericano en la clasificación al segundo, ya que Uruguay, que el año pasado estaba en el 23ª puesto mundial, cae en 2024 al 33º.
Tras ellos se sitúan Colombia (35º), Paraguay (42º), El Salvador (46º) y Perú (47º), mientras que México ocupa un discreto puesto 57º y Argentina está en la mitad baja de la clasificación de 120 países, al ser 82º.
Suecia repite en el ránking como el país mejor colocado, seguido también una vez más por Dinamarca, mientras que hay pequeñas variaciones en los siguientes puestos, ocupados por Finlandia (cuarta en 2023), Suiza (que gana también un puesto) y Francia, que asciende dos.
Alemania es undécima, mientras que China es 17ª, Estados Unidos 19ª, Japón 26ª e Italia 41ª, según una clasificación de 120 países que en último lugar sitúa a Tanzania, Yemen y la República Democrática del Congo.
A nivel general, el WEF, entidad organizadora de las cumbres anuales de líderes políticos y económicos de Davos, subraya que las incertidumbres globales están frenando el ritmo de la transición energética, por lo que, aunque ésta prosigue lo ha hecho a menor velocidad en los últimos tres años.
De los 120 países estudiados, 107 han logrado progresos en la pasada década, aunque «el panorama global se ve perjudicado por la volatilidad económica, las crecientes tensiones geopolíticas y los cambios tecnológicos».
El informe destaca que el pasado año se invirtieron 1,8 billones de dólares en transición a energías limpias, una cifra récord que supuso un aumento del 17 % con respecto al año anterior, aunque las emisiones del sector siguieron creciendo, un 1,1 % interanual.