El Producto Interno Bruto (PIB) de Panamá creció un 1,7% en el primer trimestre de 2024 impulsado por actividades de la economía interna, como la construcción y la generación de energía, informó este lunes la Contraloría General.
La expansión de 1,7% del PIB entre enero y marzo pasados patenta el frenazo de la economía panameña, que en el mismo período del año pasado experimentó un crecimiento de 9,3%, según las estadísticas citadas por el ente contralor.
De acuerdo con los datos oficiales, el crecimiento del PIB en el primer trimestre de este año fue impulsado por la construcción de proyectos de infraestructura pública en una proporción que no especificó, el aumento de la generación de energía térmica y de fuentes renovables en un 8,9% y un 6%, respectivamente; y los servicios financieros, con el alza del 6,5% en los saldos de préstamos, entre otros.
Por su parte, actividades orientadas al sector externo como servicios portuarios crecieron un 16,4% en el período en estudio; y el tráfico de pasajeros por Tocumen, el principal aeropuerto del país y un centro regional de conexiones, en un 5%, entre otros.
Pero los ingresos por peajes del canal de Panamá cayeron un 17,6% en el primer trimestre de este año e «igualmente las actividades comerciales desarrolladas en la Zona Libre de Colón, y la explotación de minas y canteras producto del cierre de la mina de cobre», agregó la Contraloría en un comunicado.
Las causas del frenazo
Analistas locales e internacionales y calificadoras de riesgo han señalado la fuerte desaceleración económica que enfrenta Panamá este año, cuando su PIB «probablemente crecerá un 2,5%» según calculó en marzo pasado Moody’s, una cifra muy por detrás del 7,3% del 2023.
Los expertos adjudican esta caída en el ritmo del crecimiento al cierre a finales del 2023 de una gran mina de cobre propiedad de la canadiense First Quantum Minerals, la sequía que obligó al canal interoceánico a restringir el paso de buques, y a la incertidumbre por los comicios generales, que se celebraron el pasado 5 de mayo y ganó José Raúl Mulino, quien se presenta como un presidente pro-empresa privada, lo que ha generado cierto optimismo económico.
El yacimiento Cobre Panamá, operado por la canadiense First Quantum Minerals y que llegó a representar el 2% de la producción mundial de ese mineral, está paralizado a raíz de un fallo del Supremo panameño que declaró inconstitucional el contrato de concesión de la mina, cuya actividad supuso casi el 5 % del PIB de Panamá, país que puede enfrentarse a arbitrajes internacionales multimillonarios por esta decisión.
El canal interoceánico se enfrenta desde el año pasado a una fuerte sequía que lo obligó a reducir el tránsito diario de buques, hasta 22 en noviembre de 2023 (de un óptimo de 36), una cifra que ya ha ido aumentando y que se sitúa ahora en 32 con anuncios de elevarlo a 34 en julio ante la llegada de las lluvias.
Esta crisis por la sequía puede hacer caer hasta en 800 millones de dólares los ingresos por peajes de la vía en el actual año fiscal, de acuerdo con los cálculos oficiales iniciales.
La dolarizada economía de Panamá creció un 10,8% en 2022 y un 15,3% en 2021, dejando atrás la debacle por la pandemia, que derrumbó en el 2020 el PIB en un 17,9%. Entre 1993 y 2018 fue la economía de mayor crecimiento de América Latina, con una media de 5,9% anual, de acuerdo con datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).