Latinoamérica y el Caribe crecerán menos de lo esperado este año, según proyecciones del Banco Mundial (BM) publicadas el martes. El Producto Interno Bruto (PIB) de la región crecerá 1,8% este año, un 0,5% menos que lo anticipado en enero, cuando la multilateral publicó sus últimas previsiones. Esto representaría una desaceleración en comparación con el crecimiento de 2,2% experimentado el año pasado. El pronóstico para 2024 se ha revisado a la baja debido a una “marcada rebaja” de las expectativas para Argentina, cuya economía se espera que se contraiga este año antes de reanudar el crecimiento el próximo, informó el BM.
Condiciones financieras mundiales más estrictas de lo previsto, así como altos niveles de deuda local, podrían afectar la demanda privada y requerir una consolidación fiscal acelerada en la región. El banco también advirtió que una mayor desaceleración del crecimiento en China podría perjudicar las exportaciones. Otro riesgo negativo para América Latina son los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático. Por otra parte, una actividad mayor a la esperada en Estados Unidos podría impulsar el crecimiento regional.
“Si bien la región de América Latina y el Caribe enfrentará dificultades económicas en 2024, se espera que muestre una recuperación gradual en 2025, apoyada por el descenso de la inflación y una política monetaria acomodaticia”, escribieron especialistas del banco en un reporte el lunes. “El desempeño económico de la región dependerá de una combinación de factores internos e internacionales, y los precios de los productos básicos y la demanda mundial desempeñarán un papel moderado en este panorama”, agregaron. La economía repuntará en 2025 con un alza de 2,7% estimado, conforme las tasas de interés se normalicen y baje la inflación.
No todos los países de la región han podido bajar las tasas de interés, debido a que la inflación ha permanecido alta. Esto impactó de manera negativa al crecimiento, el cual se desaceleró en la segunda mitad del año pasado. Mientras que en Brasil y México se ha mantenido la confianza de los empresarios, en Colombia no se ha recuperado totalmente y Argentina ha tenido una fuerte contracción económica.