La brecha de conectividad en América Latina y el Caribe alcanza a una tercera parte de su población, 250 millones de personas en la región no tienen acceso a servicios de internet y se debe en parte a que los servicios no llegan a sus comunidades, pero también a que no existe la capacitación y/o los ingresos económicos suficientes para acceder, expusieron representantes de la industria de telecomunicaciones, durante un evento de la GSMA, una organización de operadores móviles y compañías relacionadas.
Daniel Hajj, director ejecutivo de América Móvil, destacó que cerrar las brechas de acceso requiere inversiones equitativas por parte de quienes participan en el sector. “El crecimiento en el tráfico de datos aumenta el costo para los operadores e impone desafíos para disponer de recursos que permitan ampliar la infraestructura y garantizar servicios de calidad. En la actualidad, un reducido número de grandes empresas son generadoras de la mayor parte del tráfico, tienen gran rentabilidad y no pagan el uso de las redes”, enfatizó.
“Son condiciones desiguales, los participantes del sistema deben contribuir de manera equitativa”, reiteró durante la inauguración del GSMA M360 Latam. En el mismo evento, Mónica Aspe, directora ejecutiva de AT&T México, sostuvo que el modelo actual que pesa sobre los negocios de telecomunicaciones no es sustentable, los ingresos por cliente no se perfilan a subir lo suficiente para cubrir la demanda de redes (infraestructura) que se necesitan de cara a la automatización de las actividades industriales.
Las compañías de telecomunicaciones tienen tiempo pidiendo “espectro asequible y certidumbre jurídica”. Con un cambio de administración recién decidido en las urnas el 2 de junio, a favor de Claudia Sheinbaum, aún no se ha designado de manera formal a un probable responsable de la Subsecretaría de Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico durante la próxima administración; tampoco se ha avanzado a nadie para todo el sector: la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).
Como parte del equipo saliente, y en una intervención similar a la del año pasado, el subsecretario de Transportes, Rogelio Jiménez Pons, destacó que las industrias de telecomunicaciones se perfilan como el enclave del desarrollo económico en el futuro cercano y en ese sentido se tiene en la agenda el costo del espectro.
Javier Juárez Mojica, comisionado presidente del Instituto Federal Electoral, enfatizó que “las telecomunicaciones se han convertido en la infraestructura crítica, dentro de las infraestructuras críticas”, tienen un impacto transversal y la relocalización de cadenas de suministro –conocida como nearshoring– puede potenciar en 8 por ciento el producto interno bruto (PIB) durante los próximos diez años. Esta proyección “no se va a materializar de manera inercial”, acotó; es necesaria una política industrial acompañada de una digital, para construir la infraestructura que soporte la automatización de la industria.
Si bien hay muchos aplicativos que vienen aparejados del avance de las telecomunicaciones y nuevas tecnologías, Hajj enfatizó que “no todo por novedoso será útil o rentable”. Recuperó estimados del Fondo Monetario Internacional sobre que el 40 por ciento de los puestos de trabajo están por perderse en los próximos diez años a manos de la inteligencia artificial, pero subrayó que ésta no eliminará a los trabajadores, sino que sentará un nuevo piso para la competitividad.