Bajo el título «Desafíos y oportunidades de una relación trasanlántica triangular», se ha iniciado hoy en la Secretaría General Iberoamericana el VII Foro Trilateral Europa – América Latina – Norteamérica. El evento se ha abierto bajo la pregunta: «¿Hay margen para profundizar las relaciones triangulares EEUU-Europa-América Latina?», cuestión que han respondido el Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand; el Presidente del Real Instituto Elcano, Juan José Ruiz, y el Director Ejecutivo del Centro para América Latina Adrienne Jason Arsht del Atlantic Council, Jason Marcak, moderados por la Directora de Relaciones Externas de Segib, Cristina Manzano.
Andrés Allamand inició el debate haciendo referencia al «triángulo escaleno» que, según él, componen Norteamérica, América Latina y Europa, «un triángulo irregular por las diferentes longitudes y relaciones que se crean entre las tres regiones». Desde esa perspectiva, apuntó, EEUU y Europa serían los lados mayores, lo que implica «una relación que podría denominarse de fuerte intensidad» en la que los «lazos políticos son estables y sólidos, el comercio es extendido y las inversiones cuantiosas».
Para el Secretario General Iberoamericano, el «lado» de la relación entre la Unión Europea y América Latina, estaría en un momento que podría denominarse de «intensidad ascendente», especialmente a partir de la «reciente definición política europea en torno a su voluntad de transformarse en el aliado preferente de América Latina». Por contra, el lado «más corto», o de menor intensidad, según palabras de Allamand, sería el que une los vértices de EEUU y América Latina. «Sería deseable y positivo que la intensidad de los lados del triángulo fuese más fuerte. Eso generaría beneficios para la comunidad internacional», subrayó.
Para avanzar en esa relación, el Presidente del Real Instituto Elcano consideró que hace falta dejar de ver los problemas desde la perspectiva de los países y mirarlos desde una perspectiva global. «Tenemos que colaborar entre las tres partes del triángulo porque solos no vamos a encontrar soluciones, ninguno de los tres lados. Y para eso tendremos también que resolver las dificultades que tenemos para colaborar, porque somos parecidos, pero no nos conocemos nada», enfatizó. Ruiz también señaló que es necesario analizar aspectos como la cultura, la polarización o la desigualdad, que suelen dejarse en segundo plano. «Lo que está en juego es la democracia, la defensa de los derechos humanos», puntualizó.
Asuntos globales como marco común
El nexo para afianzar la relación entre ese triángulo, según el Director Ejecutivo del Atlantic Council, pasaría por afrontar los grandes problemas del mundo de una forma conjunta. Para Jason Marcak, la relación trasatlántica resulta clave para afrontar temas como la migración y la seguridad. Allamand coincidió en la necesidad de acotar las temáticas a abordar y señaló que tanto la seguridad como el crimen internacional y el crecimiento económico son tres asuntos vitales para las democracias y para la comunidad internacional. Ruiz hizo además especial hincapié en la descarbonización y en pensar en mecanismos de compensación para «los perdedores».
El Foro Trilateral Norteamérica, América Latina y Europa tiene como objetivo analizar el estado actual de las relaciones birregionales, el potencial de la colaboración triangular, así como profundizar en algunos de sus aspectos –gobernanza, desinformación y seguridad– que suponen desafíos comunes, pero con características específicas en cada región.
Tras la sesión inaugural, el resto del encuentro se celebra a puerta cerrada. Los temas a tratar son: Gobernanza, ¿resiliencia o erosión de los sistemas políticos?; Desinformación, ¿a quién le importa la verdad?; y Migraciones, ¿soluciones políticas o de seguridad para un desafío global?