La Asamblea de Ecuador aprobó el miércoles un acuerdo comercial con China que permitirá, según las autoridades, que diversos productos ecuatorianos ingresen al mercado asiático sin aranceles.
Con el respaldo de 76 votos de 137, el Legislativo ratificó el Tratado de Libre Comercio (TLC) suscrito por ambos países en mayo de 2023 y cuya negociación se realizó en 2022.
El debate legislativo estuvo antecedido por una rueda de prensa de la ministra de Producción, Sonsoles García, exministros y representantes del sector productivo que defendieron los beneficios del acuerdo para el país andino.
Según García con la vigencia de TLC se da paso a la “potencial creación de más de 50.000 empleos con un crecimiento de más del 32 % de la oferta exportable”.
La ministra destacó que lo esencial es el “acceso a un mercado” de más de 1.400 millones de personas, de las cuales 1.000 millones “se encuentran constantemente haciendo comercio electrónico”. La funcionaria explicó que tras la aprobación se notificará la decisión al gobierno chino.
Productos como la fruta pitahaya, que actualmente ingresan al mercado asiático con el 20 % de arancel, dejarían de pagarlo de manera inmediata, explicaron las autoridades, además de abrir mercados para carnes congeladas, té, arándanos, naranja piña, café, guaba, espinaca y quinoa, entre otros.
El presidente de la Asamblea y legislador por el Partido Social Cristiano, Henry Kronfle, defendió en el debate la aprobación del acuerdo y aseguró que “el 71 % de las exportaciones que se van a generar con este TLC son de las micro, pequeñas y medianas empresas de la economía popular y solidaria y del sector artesanal”.
Sin embargo, en la sesión hubo quienes advirtieron sobre las consecuencias de la vigencia del TLC con China.
José Agualsaca, legislador indígena por la Revolución Ciudadana, movimiento afín al expresidente Rafael Correa y crítico de los acuerdos comerciales, anticipó una “profundización de la crisis” económica y “consecuencias graves” por la competencia desigual que impondrá la ley del mercado y cuyo resultado, dijo, será “la destrucción de la industria nacional, de los pequeños y medianos productores”.
La ministra García aseguró al respecto que la negociación fue técnica y que en defensa de la industria local se fijaron 820 exclusiones para sectores sensibles y plazos largos de desgravación de hasta 20 años.
Pese a que el partido de derecha Social Cristiano apoyó al acuerdo, el legislador de ese movimiento Lenin Rongel, electo en representación de la provincia de Galápagos, votó en contra asegurando que “China ha incumplido la normativa” en esas islas.
En varias ocasiones la presencia de flotas chinas en la zona económica exclusiva de Galápagos que se dedican a la pesca ilegal ha sido denunciada por autoridades y organizaciones no gubernamentales.
Sobre los reclamos de sectores que cuestionan un tratado comercial con China porque convertiría a Ecuador en un depósito de desechos, la ministra García dijo que el país cuenta con normativas nacionales e internacionales “que son filtros para hacer el ingreso de desechos”.
Entre enero y noviembre del año pasado Ecuador exportó 5.291 millones de dólares e importó de China 4.747 millones, pero durante 2022 las ventas ecuatorianas fueron de 5.810 millones y la compras de 5.573 millones, en ambos casos dejando un saldo positivo para el país andino.