La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó cuatro publicaciones basadas en experiencias en Colombia, Republica Dominicana y Nicaragua que resaltan la importancia de la acción anticipatoria inclusiva, destacando la necesidad urgente de impulsar medidas concretas a corto plazo ante pronósticos de desastre.
En rueda de prensa, la FAO reveló que los fenómenos meteorológicos extremos y otras amenazas están impactando directamente la seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe. Según el Reporte Global de Crisis Alimentarias 2023, estos eventos son uno de los principales impulsores de las crisis alimentarias en la región, junto con conflictos y crisis económicas.
América Latina y el Caribe, altamente vulnerable a desastres y cambio climático, ha experimentado una proporción significativa de pérdidas económicas mundiales por desastres climáticos, según la Oficina de Naciones Unidas para la Gestión del Riesgo de Desastres.
En palabras de Marion Khamis, especialista en gestión del riesgo de desastres de la FAO para la región, ''en un contexto de necesidades humanitarias en aumento y el flagelo creciente de la inseguridad alimentaria, es urgente reducir los riesgos. Las acciones anticipatorias son una excelente opción para mitigar el potencial impacto de amenazas antes de que se materialicen los desastres, salvando vidas y medios de vida''.
Estudios de la FAO respaldan la eficiencia de estas acciones anticipatorias, indicando que por cada US$1 invertido, se pueden evitar hasta US$7 en pérdidas.
Las cuatro publicaciones lanzadas se basan en lecciones aprendidas de un proyecto regional en Colombia, Nicaragua y Republica Dominicana. Abordando diversas dimensiones, proponen un cambio de paradigma que integre la acción anticipatoria en mecanismos de protección social, similares a los activados durante la respuesta a la pandemia del covid-19.
Con un enfoque inclusivo, las publicaciones resaltan la importancia de considerar diferencias en género y origen étnico/racial al abordar las necesidades de comunidades vulnerables. Las orientaciones prácticas proporcionan un marco para la planificación y materialización de procesos inclusivos entre políticas gubernamentales, protección social y acciones anticipatorias.
La FAO también extendió su apoyo a dieciocho países, especialmente en América Latina y el Caribe, en acciones anticipatorias frente al Fenómeno de El Niño. Movilizando a US$6,28 millones, estas acciones buscar mitigar el impacto de sequías e inundaciones en medios de vida rurales, fortaleciendo sistemas de alerta temprana y la resiliencia de los países afectados por esta problemática.